La Democracia Cristiana vuelve al poder en Venezuela

(Viene de primera p¨¢gina)

En la historia democr¨¢tica de Venezuela es la segunda vez que los democristianos de COPEI llegan al poder. En los ¨²ltimos veinte a?os ha habido tres Gobiernos de Acci¨®n Democr¨¢tica, presididos por R¨®mulo Betancourt, Ra¨²l Leoni y Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, y uno socialcristiano, encabezado por Rafael Caldera. En las elecciones de 1973, los adecos, como aqu¨ª se conoce a los militantes de Acci¨®n Democr¨¢tica, protagonizaron una sorpresa similar a la producida en las elecciones del domingo: todo el mundo estaba convencido de la victoria del candidato de COPEI, Lorenzo Fern¨¢ndez. Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, sin embargo, arras¨® a sus oponentes con un margen de m¨¢s de 400.000 votos, hecho ins¨®lito en la historia electoral de Venezuela.

El propio Rafael Caldera, al comentar en la madrugada del domingo la victoria de Luis Herrera, resalt¨® que ¨¦sta se deb¨ªa, en buena parte, al resurgimiento que en toda Am¨¦rica Latina est¨¢n teniendo las teor¨ªas pol¨ªticas de la Democracia Cristiana. ?Este es un hecho incuestionable -afirm¨® el ex presidente Caldera-, y as¨ª lo he comentado con figuras importantes de la Democracia Cristiana latinoamericana, como Eduardo Frei. Creo que realmente es ahora cuando ha llegado el verdadero momento para nuestra ideolog¨ªa en el continente?.

Muchos observadores estiman que gran parte de la responsabilidad de la derrota la tiene el propio partido del Gobierno, por su decisi¨®n de escoger a Luis Pi?er¨²a como candidato presidencial. Pi?er¨²a, un honrado e infatigable trabajador de la pol¨ªtica, tiene una suma enorme de virtudes personales y profesionales, pero entre ellas no est¨¢ el carisma capaz de arrastrar masas electorales. En este punto, los hechos parecen dar la raz¨®n al presidente Carlos Andr¨¦s P¨¦rez, que no ocult¨® sus preferencias por Jaime Lusinchi, el otro aspirante a candidato presidencial de Acci¨®n Democr¨¢tica. Pi?er¨²a era el preferido de R¨®mulo Betancourt, el incuestionable l¨ªder de AD. El gran poder del ex presidente dentro de la organizaci¨®n hizo que su criterio prevaleciera sobre el del jefe del Estado.

Mientras el pa¨ªs y los observadores extranjeros a¨²n no se han repuesto de la sorpresa causada por la victoria de Luis Herrera (que es preciso insistir, a¨²n no est¨¢ proclamada oficialmente), los analistas ya hacen c¨¢balas sobre las perspectivas del pr¨®ximo Gobierno dem¨®crata-cristiano. Y la mayor¨ªa coincide en se?alar que a Luis Herrera le ser¨¢ muy costoso cumplir con las promesas en las que ha basado su campa?a electoral.

El nuevo presidente ha insistido, a lo largo de m¨¢s de trece meses de permanente contacto con los vene zolanos, en zaherir los errores de Gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez y, en prometer soluciones inmediatas a los graves problemas que aquejan al pa¨ªs: la inseguridad ciudadana, el aumento de la delincuencia, el deficiente funcionamiento de los servicios p¨²blicos, la corrupci¨®n administrativa y el derroche de las riquezas derivadas del petr¨®leo venezolano son los puntos b¨¢sicos de la constante cr¨ªtica de Luis Herrera a la obra de gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez.

Luis Herrera pertenece al ala izquierda de la Democracia Cristiana venezolana e incluso sus oponentes de Acci¨®n Democr¨¢tica han calificado de comunistoides dos de los proyectos, a¨²n no suficientemente explicados, sobre los que Luis Herrera ha basado su campa?a: la propiedad comunitaria y el Estado promotor.