Los frutos de la indecisi¨®n

Ante la permanente indefinici¨®n del Gobierno, sindicatos y patronal han iniciado una clara guerra por su cuenta, planteando con inusitada dureza sus respectivas posturas, cara a la negociaci¨®n de los m¨¢s de 2.000 convenios colectivos pr¨®ximos a expirar. Primero Carlos Ferrer, en nombre de CEOE, y luego las dos centrales mayoritarias -CCOO y UGT- han expuesto ya sus criterios negociadores que, a primera vista, hacen temer una explosi¨®n conflictiva en el mundo laboral m¨¢s all¨¢ de lo previsto.Las contradicciones en que viene incurriendo el m¨¢ximo responsable de la pol¨ªtica econ¨®mica gubernamental -el vicepresidente Fernando Abril- han propiciado un clima de excitaci¨®n permanente entre las fuerzas sociales, en nada favorable a la trayectoria que la dif¨ªcil coyuntura econ¨®mica aconseja recorrer. Por si ello fuera poco, es tambi¨¦n el se?or Abril uno de los directos responsables -junto al presidente Su¨¢rez- del torpe mantenimiento de las expectativas pol¨ªticas. Es un secreto a voces que los propios miembros del Gobierno y, por descontado, los l¨ªderes pol¨ªticos -sean o no de la oposici¨®n- ignoran en estos momentos cu¨¢l va a ser el calendario pol¨ªtico inmediato. Si mantener la incertidumbre pendiente de un d¨²o en un pa¨ªs de 37 millones de personas es siempre grave, incidir con ello en la delicada situaci¨®n econ¨®mica, con una negociaci¨®n colectiva en puertas que afectar¨¢ a casi cuatro millones de trabajadores, constituye un hecho sin precedentes, para el que es notablemente dif¨ªcil hallar calificativo alguno.

Si la explosi¨®n laboral se produce, la investidura, las elecciones, las declaraciones rimbombantes y cualquier ley de limitaci¨®n salarial, se vote o no en las Cortes. no ser¨¢n suficientes para impedir que este pa¨ªs entre en una espiral conflictiva sin precedentes.

Es curioso que el Gobierno demande responsabilidad a las fuerzas sociales cuando ni siquiera es capaz de ejercer la suya propia: gobernar. Precisamente para lo que fue elegido.