Campa?a contra el juguete b¨¦lico
Durante las fechas navide?as se vende el 75 % de la producci¨®n nacional de juguetes, que asciende a 15.000 millones de pesetas. Ni?os y padres se apresuran a realizar los sue?os y satisfacer los caprichos que ha inspirado la oleada de publicidad televisiva. Sobre este tema escribe
Ayer por la tarde, frente a los grandes almacenes del centro de Madrid, se celebr¨® un peque?o happening pacifista con globos de colores, m¨²sica de villancicos, poemas y marionetas: ?Si nos gusta vivir por qu¨¦ jugar a matar? Juguetes de guerra, ?para qu¨¦?, son dos lemas de esta campa?a, promovida por grupos de no violencia, que culminar¨¢ el 30 de enero con un gran festival en el que se presentar¨¢ un resumen del trabajo realizado por barrios, colegios y tiendas de Madrid.En Espa?a ya se ha realizado campa?as corno ¨¦sta, pero siempre con car¨¢cter minoritario y sin el menor apoyo oficial. Incluso se han llegado a prohibir como la serie de programas qu¨¦ emiti¨® Radio Popular de Valladolid en las Navidades de 1965 contra los juguetes que ense?an la violencia y que fue suspendida por orden del delegado de Informaci¨®n y Turismo.
En Europa, sin embargo, las organizaciones estatales empiezan a participar en la lucha por la desaparici¨®n del juguete b¨¦lico y as¨ª, la Federaci¨®n de Comerciantes Minoristas de la Rep¨²blica Federal Alemana recomienda este a?o a sus miembros que no pongan a la venta juguetes de guerra, y en Suecia se estudia una ley para limitar y controlar su fabricaci¨®n.
No existen datos estad¨ªsticos sobre la producci¨®n de juguetes b¨¦licos, pero basta fijarse en los escaparates para deducir que representa casi la mitad de la destinada a los chicos. Verdaderos ej¨¦rcitos en miniatura de soldados articulados, sus equipos militares y arsenal artillero; armas de ciencia-ficci¨®n que lanzan rayos luminosos y todo tipo de proyectiles; barcos y aviones de guerra dirigidos a distancia...
Quienes defienden el juguete b¨¦lico opinan que sirven para canalizar la agresividad del ni?o e iniciarle en el conocimiento de la dura realidad. Pero existe cantidad de juguetes mucho m¨¢s apropiados para transformar en creatividad constructiva su agresividad.
No son s¨®lo los juguetes b¨¦licos los que tienen una influencia negativa en la formaci¨®n ps¨ªquica del ni?o. Est¨¢n los juguetes que estimulan su instinto de propiedad, como el conocido Monopoly y otra versi¨®n m¨¢s actual, el Petr¨®polis, y los juguetes sexistas que transmiten y perpet¨²an una discriminatoria divisi¨®n de papeles entre el, ni?o-hombre y la ni?a-mujer.
Estos juguetes psicol¨®gicamente nocivos, m¨¢s o menos costosos y sofisticados, se le imponen al ni?o como algo en lo que no tiene arte ni parte. Son los padres quienes suelen elegirlos influidos por la publicidad, por cuestiones de prestigio social o con el deseo de realizar un capricho frustrado en la infancia. Si es el ni?o el que decide, tambi¨¦n lo hace bajo los efectos de la publicidad y de otros mensajes que recibe de la televisi¨®n (que emite 270 minutos semanales con claro contenido de violencia), de los comics que mitifican h¨¦roes sanguinarios y de una educaci¨®n que con frecuencia es autoritaria y represiva.
Juega, pero seguro
En Estados Unidos unos 200.000 ni?os son heridos por sus juguetes cada a?o. En Inglaterra, durante 1976, 12.500 se accidentaron al caer del monopat¨ªn, al fallarles el freno de la bicicleta o sufrieron diversas quemaduras y, en el verano del 74, varios ni?os resultaron muertos a causa de aquellos tristemente famosos f¨®sforos Garibaldi.
En Espa?a no existen estad¨ªsticas al respecto, pero es presumible que los da?os producidos por juguetes ser¨¢n de frecuencia y magnitud similar, e incluso superior
Los materiales con los que est¨¢n fabricados los juguetes -el 75 % son de pl¨¢stico- son la causa principal de esta peligrosidad: pinturas compuestas con productos t¨®xicos (plomo, ars¨¦nico, bario, etc¨¦tera), y algunas sustancias qu¨ªmicas empleadas para su utilizaci¨®n (gases, disolventes, productos inflamables).
En los pa¨ªses miembros de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) rigen sobre la industria del juguete unas severas normas jur¨ªdicas para evitar estos riesgos. La producci¨®n espa?ola tambi¨¦n est¨¢ afectada por dichas normas, pero s¨®lo en lo que afecta a la exportaci¨®n, ya que Espa?a ocupa uno de los cinco primeros lugares entre los pa¨ªses exportadores de juguetes a la CEE.
En Estados Unidos y en Canad¨¢ tambi¨¦n existe desde el a?o 1969 una ley que garantiza la seguridad de los juguete!. De acuerdo con dicha ley se estudia precisamente estos d¨ªas la supresi¨®n de la mu?eca Wet and care (Moja y cura), uno de los engendros m¨¢s sofisticados de la especie, a la que con ciertos productos qu¨ªmicos se le curan las escoceduras provocadas por otros productos qu¨ªmicos.
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