De la admiraci¨®n a Franco a la voladura a Carrero
Jos¨¦ Miguel Be?ar¨¢n Orde?ana hab¨ªa nacido hace veintinueve a?os en la localidad vizca¨ªna de Arrigorriaga. Hijo de un obrero industrial, militante del PNV, y de una campesina que hasta su matrimonio hab¨ªa trabajado como empleada de hogar, la infancia de Argala no fue distinta de la de tantos hijos de familia trabajadora. En 1955, con el dinero que le toca en la loter¨ªa, el padre de Be?ar¨¢n Orde?ana se convierte en empresario, al frente de una peque?a constructora. Estos datos, y otros muchos, dedicados a explicar su ?torna de contacto con la problem¨¢tica nacional vasca?, aparecen en una peque?a autobiograf¨ªa escrita por Argala hace dos a?os y publicada como pr¨®logo al libro Nationalisme et question nationale au Pays Basque, de Jokin Apalategui.?Nunca, durante mi infancia -escrib¨ªa entonces Argala-, me hab¨ªa planteado el problema nacional vasco, pese a conocerlo algo a trav¨¦s de mi padre y de sus audiciones nocturnas de una emisora prohibida.? Por el contrario, el futuro dirigente de ETA se consideraba a s¨ª mismo ?un patriota espa?ol, partidario de Franco por la paz que nos hab¨ªa dado tras tres a?os de agitaci¨®n e incendios de conventos?...
Aunque esta divergencia con su padre ?era fuente de continuas discusiones en casa?, Argala recuerda haber quedado muy impresionado por el hecho de no poder comunicarse con su abuela, que hablaba ¨²nicamente euskera: ?Ella muri¨® sin que jam¨¢s hubi¨¦ramos tenido ocasi¨®n de mantener una aut¨¦ntica conversaci¨®n.?
Hacia los diecisiete a?os, Be?ar¨¢n se afilia a la Legi¨®n de Mar¨ªa, una de las ramas de Acci¨®n Cat¨®lica. Es en el seno de este movimiento donde el futuro activista comprende que los consuelos no alivian el hambre. Poco despu¨¦s, tras una etapa de ?abundantes lecturas marxistas?, Argala ingresa en ETA. Ser¨¢ a ra¨ªz de la escisi¨®n producida en 1970 entre ETA (V) y ETA (VI) cuando se decidir¨¢ definitivamente la opci¨®n de Argala en favor de la actividad armada, en la que se ratificar¨ªa con ocasi¨®n de la escisi¨®n entre la rama militar y la pol¨ªtico-militar. ?La lucha armada -escribi¨® Argala entonces- es el resultado de la convergencia entre la opresi¨®n nacional y la explotaci¨®n de clase sufrida por los trabajadores bajo la dictadura franquista, lucha que se desarrollar¨¢ inevitablemente hasta la desaparici¨®n de dicha dictadura.? En septiembre de 1970, Argala se convierte en liberado. La primera acci¨®n en que participa -y seguramente la menos conocida- es la de construir, junto con los dem¨¢s componentes de un comando conocido como los topos, un t¨²nel bajo la prisi¨®n de Burgos por el que deb¨ªan escaparse los procesados en el famoso sumario 31/69, en diciembre de aquel a?o, en el que se dictar¨ªan seis penas de muerte. Posteriormente, y antes de su decisiva participaci¨®n en el atentado contra el almirante Carrero, la polic¨ªa decret¨® orden de ?b¨²squeda y captura? contra ¨¦l como presunto autor de un atraco en Vergara y la voladura de un caser¨ªo en Urnieta (Guip¨²zcoa). Tambi¨¦n figur¨® su nombre entre los acusados de participar en el secuestro del industrial Zabala, en la primavera de 1972.
En diciembre del a?o siguiente forma parte del comando Txikia, autor del atentado contra el presidente del Gobierno. La polic¨ªa le se?al¨® como el personaje que, vestido con un mono azul y haci¨¦ndose pasar por electricista, conect¨®, encaramado a una farola, los cables que activar¨ªan el ingenio explosivo al paso del coche de Carrero Blanco.
En 1974 participa en los debates que culminar¨ªan con la escisi¨®n entre pol¨ªtico-militares y militares de ETA, aline¨¢ndose con estos ¨²ltimos, de los que se convierte en principal dirigente: es ¨¦l quien redacta la mayor¨ªa de los documentos program¨¢ticos publicados por ETA en aquella ¨¦poca. En uno de ellos explica la necesidad de ?mantener en la clandestinidad el aparato militar? y ?dar cauce dentro de la legalidad democr¨¢tica a los grupos obreros y populares independentistas?.
El 16 de octubre de 1976, poco antes del viaje a Par¨ªs del rey Juan Carlos, Argala era detenido en San Juan de Luz por las autoridades francesas, que unos meses antes le hab¨ªan confinado al departamento de Meurthe-et-Moselle. Trasladado a la isla de Yeu, el 14 de febrero de 1977 contrajo matrimonio con Mar¨ªa Asunci¨®n Arana, en ceremonia presidida por el alcalde de Port-Joinville. En julio, el tribunal de Pau le condenaba a cuatro meses de c¨¢rcel bajo la acusaci¨®n de ?pertenencia a organizaci¨®n ilegal?.
Be?ar¨¢n Orde?ana, hombre culto y muy aficionado a la literatura, no daba, ni por su f¨ªsico ni por su car¨¢cter, la imagen habitual del activista de ETA. Ya antes de la escisi¨®n entre ETA (V) y ETA (VI) era el encargado de las relaciones con otros partidos y era considerado por ¨¦stos, en los ¨²ltimos a?os, como ?el menos sectario de los actuales dirigentes de ETA?. De aspecto asc¨¦tico y f¨¦rrea voluntad, se le consideraba como un decidido partidario de la soluci¨®n negociada para el problema vasco, lo cual no le imped¨ªa defender la lucha armada como medio para obligar al Gobierno a la negociaci¨®n.
Respecto al tema de las negociaciones de cara a un eventual alto el fuego, el nombre de Argala era siempre evocado cuando se trataba de buscar, en las filas de ETA, a un militante con suficiente prestigio en el seno de la organizaci¨®n y previsiblemente abierto al di¨¢logo.
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