Madrid ya cuenta con un circuito deportivo
Madrid tiene ya un circuito de footing. Instalado en la Casa de Campo, tiene un recorrido de cinco kil¨®metros, con veintiuna estaciones, donde se realizan elementales ejercicios f¨ªsicos, de elasticidad, habilidad o fuerza. Se necesita aproximadamente una hora para hacerlo entero, est¨¢ abierto a cualquier hora, y es apto para todo tipo de gente. El problema es la sensaci¨®n de abandono que ya ofrece.
Este tipo de circuitos son comunes en toda Europa. Permiten una r¨¢pida y perfecta puesta en forma y pueden completarse con otra serie de instalaciones. Su ventaja es la sencillez, escaso costo y bajo mantenimiento. Unos paneles indican los ejercicios a realizar y el n¨²mero de veces que es conveniente hacerlo seg¨²n se trate de ni?os, adultos o -deportistas. Entre los paneles la distancia a recorrer oscila entre los cien y los trescientos metros, que se salvan al trote.El circuito comienza y termina frente a la explanada que hay a la izquierda del lago de la Casa de Campo, seg¨²n se baja desde la estaci¨®n del Suburbano. Nada m¨¢s cruzar la carretera del telef¨¦rico comienzan las estaciones que indican unos ejercicios elementales. El recorrido a seguir est¨¢ indicado por una l¨ªnea blanca. En un momento determinado se divide en dos; la que gira a la derecha conduce hasta el lugar de salida, para que den por .terminado el footing las personas que comiencen la pr¨¢ctica deportiva; este primer circuito tiene una longitud aproximada de mil metros. Si se opta por seguir adelante, la l¨ªnea vuelve a dividirse en dos; la de la derecha lleva al comienzo despu¨¦s de recorrer unos dos kil¨®metros; si se contin¨²a de frente, la l¨ªnea es sustituida por flechas pintadas en el -suelo espor¨¢dicamente y comienzan las estaciones en las que intervienen elementos naturales, principalmente troncos, para facilitar la realizaci¨®n de los ejercicios. Seg¨²n se avanza hasta el final, la distancia entre estaci¨®n y estaci¨®n disminuye. El trazado del circuito es muy variado. Generalmente va por senderos y alterna las zonas llanas con las de desnivel de muy variado porcentaje.
El circuito es un excepcional regalo para los madrile?os, despu¨¦s de las muestras deportivas que han dado durante todo el a?o en cuanto a manifestaciones populares celebradas, pero apenas inaugurado se encuentra en tal estado que se hace dif¨ªcil creer que esa elemental instalaci¨®n haya supuesto un gasto de 500.000 pesetas y que todos los d¨ªas un empleado se encargue del mantenimiento.
Primero, faltan carteles indicadores en toda la Casa de Campo para que los usuarios del circuito sepan d¨®nde est¨¢ instalado. Segundo, la raya blanca esa veces del todo imperceptible, por lo que no es f¨¢cil desorientarse. Tercero, cuando la raya se divide en dos, no se sabe qu¨¦ fin tiene, pues en ninguna parte se dice que se puedan aplicar las distancias de uno, dos o cinco kil¨®metros. Cuarto, los paneles indicadores de ejercicios -algunos ya se tambalean- son de cart¨®n protegidos por un pl¨¢stico por lo que su lectura cada d¨ªa que pasa es m¨¢s ininteligible. Quinto, en algunas zonas donde hay que realizar ejercicios tumbados en el suelo no se ha adecuado ¨¦ste para realizarlos. Sexto, hay escasez de troncos con los que trabajar, por lo que en caso de una gran afluencia de deportistas habr¨¢ que guardar cola. Y s¨¦ptimo, el mantenimiento brilla por su ausencia, ya que hay troncos que se han soltado ya de las cadenas -esta medida fue adoptada para evitar su p¨¦rdida- y algunos postes que sujetan los paneles no tienen ya flecha para indicar por d¨®nde se tiene que continuar.
El circuito, por tanto, es una gran realidad, pero abandonado a su suerte. Y eso que el jueves era la inauguraci¨®n oficial con la visita del alcalde. El asesinato del polic¨ªa municipal aplaz¨® este acto y se decidi¨® declarar el circuito abierto para los madrile?os. El circuito, para su perfecta utilizaci¨®n, debe estar en buen estado y ser completado con otras instalaciones como puedan ser una pista finandesa-, saunas o elementales zonas de musculaci¨®n, asi como repartirse por otros parques de la ciudad.
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