Otra forma de marginaci¨®n
El plan de realojamiento de chabolistas presentado ayer por el delegado provincial del Ministerio de Urbanismo, Luis Laorden, incurre una vez m¨¢s en el desconocimiento y la marginaci¨®n de la poblaci¨®n gitana en esta ciudad. Las afirmaciones del se?or Laorden en el sentido de que los gitanos se niegan a vivir en bloques de pisos, que no quieren escaleras ni ascensores, que no se puede poner a vivir a dos familias en un mismo bloque, es una reiteraci¨®n folkl¨®rica del conocimiento superficial que los gestores del urbanismo en esta ciudad han demostrado constantemente.La idea es realojar a los chabolistas madrile?os (el 85% de los cuales son de raza gitana) en las UVAS, casas bajas y, dem¨¢s infraviviendas camufladas que sobren tras la realizaci¨®n de los planes parciales vigentes. Las Unidades Vecinales de Absorci¨®n, oferta urban¨ªstica que se hizo al aluvi¨®n de emigrantes que llegaron a esta ciudad, fueron construidas para ser habitadas muchas de ellas durante cinco a?os, como soluci¨®n de emergencia. Ahora a¨²n existen UVAS que llevan a?os cay¨¦ndose, ofreciendo el espect¨¢culo de la infravivienda oficial.
Nunca hasta ahora se ha considerado la necesidad de realizar un estudio en profundidad sobre las caracter¨ªsticas de una poblaci¨®n que, evidentemente, es diferente a los payos, pero no por eso se le debe ofrecer el sobrante de los planes de remodelaci¨®n. Efectivamente, por tradici¨®n, por oficio y por costumbre los gitanos pref¨ªeren casas bajas, pero el intento de inserci¨®n en la sociedad no se puede hacer a base de embutirlos en chabolas verticales y romper las negociaciones cuando las familias gitanas se marchan de las colmenas a las que obligatoriamente se les ha mandado, fuera de su ambiente y, las m¨¢s de las veces, fuera de sus barrios. Ofrecer las sobras, aunque sean casas de una planta, es otra forma de no solucionar nada.
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