El asesinato del comandante Herrera, como una provocaci¨®n a las Fuerzas Armadas
Tres balas de una r¨¢faga de metralleta disparada a corta distancia acabaron ayer, a las ocho y media de la ma?ana, con la vida del comandante del Ej¨¦rcito de Tierra, Jos¨¦ Mar¨ªa Herrera Hern¨¢ndez, cuando se dispon¨ªa a acomodarse en el autom¨®vil oficial que le esperaba a la puerta de su domicilio en San Sebasti¨¢n. Pocas horas despu¨¦s del mortal atentado llegaba a la capital donostiarra el capit¨¢n general de la VI Regi¨®n Militar, teniente general Sanjurjo, que asistir¨¢ hoy a las once y media de la ma?ana al funeral que se oficiar¨¢ en la parroquia del Buen Pastor de la capital guipuzcoana. La familia de la v¨ªctima ha rogado que ning¨²n grupo pol¨ªtico capitalice los actos f¨²nebres y que los asistentes al funeral expresen su dolor en silencio, sin ning¨²n tipo de manifestaci¨®n externa que tenga implicaciones ideol¨®gicas.
Fuentes oficiales -civiles y militares-, consultadas por EL PAIS, aseguran que el comandante Herrera no ten¨ªa otra misi¨®n en el Ej¨¦rcito que la de ayudante del gobernador militar. En el momento de redactar esta informaci¨®n comenzaban a llegar a las redacciones de los peri¨®dicos vascos comunicados de condena por este nuevo acto de violencia.A la hora mencionada, el comandante Jos¨¦ Mar¨ªa Herrera sali¨® de su domicilio, en el n¨²mero 22 de la avenida de Madrid, y en el momento en que se dispon¨ªa a sentarse en el asiento trasero del turismo oficial, que ven¨ªa a recogerle todas las ma?anas, fue ametrallado por una de las tres personas que integraban el comando armado. Una bala en la cara, otra en el cuello y una tercera en el costado causaron heridas mortales al militar, que perdi¨® la vida pr¨¢cticamente en el acto. M¨¢s tarde fueron encontrados en el lugar del suceso nueve casquillos de bala de calibre nueve mil¨ªmetros, parabellum, marca FN. La cristalera de la tienda de comestibles Fonseca, situada junto al domicilio del militar, presentaba tres impactos de bala, ninguna de las cuales alcanz¨® a las pocas personas que se encontraban en el interior. En medio de un gran charco de sangre fue recogido el cuerpo del comandante Herrera y trasladado a la residencia sanitaria Nuestra Se?ora de Ar¨¢nzazu, desde donde m¨¢s tarde fue conducido a las dependencias del Gobierno Militar, lugar en el que fue instalada la capilla ardiente a las cuatro de la tarde.
Un capit¨¢n y un soldado, ilesos
Al parecer, los agresores s¨®lo abrieron fuego de metralleta contra el comandante y respetaron la vida del soldado que conduc¨ªa el turismo y de un capit¨¢n que, como todas las ma?anas, se desplazaba en el coche en busca del se?or Herrera. El grupo armado, una vez cumplido su objetivo, se dio a la fuga en un autom¨®vil que hab¨ªan situado en las proximidades y en el que esperaba al volante una cuarta persona.
Como es habitual en la t¨¦cnica utilizada en los atentados en el Pa¨ªs Vasco, los agresores hab¨ªan robado horas antes, a punta de pistola, el coche utilizado para la acci¨®n armada. A las seis y media de la ma?ana, el propietario del Simca 1200 de color rojo, matr¨ªcula SS-9964-G, fue sorprendido en las proximidades del campo de f¨²tbol de Atocha por cuatro j¨®venes que con las amenazas de sus armas le obligaron a dirigirse al barrio de Ayete, donde le abandonaron, no sin antes amordazarle y atarle a las rejas de una ventana.
Despu¨¦s de cometido el atentado, una voz an¨®nima comunicaba a la redacci¨®n de Radio Popular de San Sebasti¨¢n, el lugar donde se encontraba inmovilizado el propietario del veh¨ªculo. Desplazado un equipo de la emisora comprob¨® que en el paraje indicado no hab¨ªa nadie en las circunstancias que hab¨ªa explicado el an¨®nimo informador. Los asaltantes ignoraban que momentos antes un transe¨²nte hab¨ªa liberado al afectado quien, en un estado de gran nerviosismo, fue a presentar la correspondiente denuncia en la comisar¨ªa de polic¨ªa.
El gobernador civil de la provincia y autoridades militares consultadas en el Gobierno Militar aseguraron que el comandante Jes¨²s Mar¨ªa Herrera Hern¨¢ndez no ten¨ªa ninguna ?misi¨®n especial en el Pa¨ªs Vasco? y que sus funciones se limitaban al cargo que ostentaba en la actualidad como ayudante del gobernador militar.
Golpe al Ej¨¦rcito
Ambas fuentes interpretan este nuevo acto de violencia como un intento ?de golpear directamente al Ej¨¦rcito en la persona de una v¨ªctima f¨¢cil de sorprender, con un golpe espectacular, que pr¨¢cticamente, con toda la seguridad, no iba contra la persona con nombres y apellidos que ha perdido la vida, sino contra el Ej¨¦rcito como instituci¨®n?. Este an¨¢lisis hecho sobre la ¨²ltima acci¨®n terrorista en Guip¨²zcoa se une a las manifestaciones de la familia de la v¨ªctima, uno de cuyos hijos asegur¨® al gobernador civil que su padre no estaba vinculado a ninguna ideolog¨ªa ni partido y que nunca hab¨ªa ejercido actividad pol¨ªtica alguna.
En otros c¨ªrculos se espera con curiosidad la reivindicaci¨®n de este atentado y los argumentos que se emplear¨¢n en el comunicado por parte de los agresores para justificar su acci¨®n. Esta curiosidad se centra en saber si el atentado era contra la persona, por las razones que fueran, o contra lo que esta persona representaba como integrante del Ej¨¦rcito espa?ol en su calidad de militar profesional.
Una acci¨®n a la desesperada
El gobernador civil, se?or Oyarz¨¢bal, manifest¨® a EL PAIS que este nuevo golpe no le hab¨ªa sorprendido demasiado. ?El n¨²mero importante de detenciones practicadas en los ¨²ltimos meses y el traslado de un n¨²mero importante de presos a la c¨¢rcel de Soria -dijo el se?or Oyarz¨¢bal- nos hac¨ªan pensar en una acci¨®n espectacular.? M¨¢s adelante, el delegado del Gobierno en Guip¨²zcoa opin¨® que a pesar ?del ¨¦xito policial obtenido recientemente, ser¨ªa una ingenuidad pensar que se est¨¢ acabando con la organizaci¨®n armada vasca, aunque tambi¨¦n es cierto que considero que est¨¢n actuando a la desesperada, como lo muestra este nuevo atentado?.
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