Perdi¨® el Atl¨¦tico porque olvid¨® defender
El Burgos supo dejar en el Manzanares los dos negativos que le endos¨® el Sp¨®rting el domingo pasado gracias a un planteamiento claramente defensivo, que se le atragant¨® el Atl¨¦tico, y a la extraordinaria calidad de su extremo L¨®pez -oriundo seleccionable-, hombre que por s¨ª solo se bast¨® para inquietar continuamente a la defensa local. El Atl¨¦tico se esforz¨®, pero no tuvo mucho acierto ni suerte en el remate.El planteamiento del Burgos fue el cl¨¢sico 4-4-2 del equipo que viaja. G¨®mez y Salas eran los laterales, con Ruiz Igartua en el centro como marcador de Rub¨¦n Cano, y Garc¨ªa Navajas como l¨ªbero. En la media se situaron Navarro, Vald¨¦s, Carre?o y Portugal, y en punta, L¨®pez y Adorno. El Atl¨¦tico, por su parte, present¨® innovaciones, porque Ayala volvi¨® a ser un jugador de punta, como en la ¨¦poca de su llegada a Espa?a, y Leivinhajug¨® atrasado, como ordenador del juego, flanqueado por Leal y Guzm¨¢n.
Todo el primer tiempo fue un forcejeo en la l¨ªnea media, donde los jugadores del Burgos fueron m¨¢s activos, con lo que suplieron su inferioridad t¨¦cnica. El Atl¨¦tico meti¨® en esa parcela a Cap¨®n que fue poco m¨¢s que un peso muerto, y gracias a ese dominio en el centro del campo el Burgos pudo jugar con desahogo, sin ex ceso de agobios atr¨¢s, y llegando al ¨¢rea contraria casi tanto como el Atl¨¦tico llegaba a la suya. En los ¨²ltimos metros, adem¨¢s, el Atl¨¦tico no acert¨® mucho. Rubio hizo jugada varias veces, pero sus centros carecieron de precisi¨®n, y Ayala y Rub¨¦n Cano pudieron escapar pocas veces a sus marcadores. En el otro extremo del campo, Ruiz fue mucho enemigo para Adorno, pero, por contra, L¨®pez puso en evidencia de forma casi continua a Marcelino Cada vez que cogi¨® el bal¨®n hizo jugada,y s¨®lo la falta de hombres que acompa?aran las coladas del extremo impidi¨® que el Burgos se adelantase.
En la segunda mitad, Ayala, que hab¨ªa sufrido un golpe en la primera parte, dej¨® el puesto a Julio Alberto, que entr¨® como hombre de la media. El Atl¨¦tico no adelant¨® la posici¨®n de ningu na de sus piezas para ocupar la plaza en la punta de Ayala, pero s¨ª dio m¨¢s libertad a Leal y Guzm¨¢n para subir por la banda derecha. La necesidad de la victoria y la inquietud por lograr el gol que no llegaba espolearon al Atl¨¦tico, que tuvo fases de ataque en tromba. En una colada de Pereira hacia el palo Ruiz Igartua entr¨® insensatamente y le derrib¨®. El penalti lo lanz¨® Rub¨¦n, con parada de Gorospe y repetici¨®n porque el ¨¢rbitro estim¨® que Gorospe se hab¨ªa movido. Repiti¨® Rub¨¦n y marc¨®, aunque esta vez hab¨ªan entrado compa?eros en el ¨¢rea, por lo que volv¨ªa a caber la invalidaci¨®n.
Cometi¨® entonces el Atl¨¦tico el loable error de volcarse en busca de m¨¢s goles, olvidando que dejaba a sus espaldas a un jugador de extraordinaria calidad, L¨®pez, que hab¨ªa seguido atormentando a Marcelino desde la reanudaci¨®n. No fue extra?o que en una de tantas jugadas en las que e joven extremo dej¨® tirado a Marcelino marcase un gol. A partir de entonces, el Atl¨¦tico redobl¨® sus ataques y su presi¨®n fue a m¨¢s seg¨²n transcurr¨ªan los minutos. Hubo ocasiones, se pidieron penaltis, pero no ca¨ªa el gol. Szusza reemplaz¨® a Marcelino, que tardar¨¢ en olvidar a L¨®pez, por Sierra, buscando as¨ª dar m¨¢s seguridad a su defensa. Pero en el ¨²ltimo minuto, con el Atl¨¦tico generosamente volcado al ataque e imprudentemente olvidado de la defensa, Adorno se col¨® hasta el palo en un r¨¢pido contraataque y le puso el bal¨®n en la frente a Vald¨¦s. El Burgos, gracias a su sacrificio atr¨¢s y al olvido del Atl¨¦tico de la defensa, se anotaba as¨ª el partido y truncaba la marcha del club rojiblanco hacia los primeros lugares.
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