Finaliza la huelga de la siderurgia alemana
Tras 42 d¨ªas de lucha obrera en el sector del hierro y el acero en tres regiones clave de la Rep¨²blica Federal de Alemania, el Sindicato del Metal ha llegado a un acuerdo con la patronal del ramo con lo que se da por concluida la primera huelga de los metal¨²rgicos alemanes, bajo control sindical. desde hace cincuenta a?os. Mientras ayer al mediod¨ªa se encontraba reunida la Gran Comisi¨®n Tarifar¨ªa, que cuenta con un centenar de miembros, un nutri do grupo de trabajadores se manifestaba ante la central sindicalista, en Dusseldorf, bajo una gran pancarta en la que denunciaban el olvido del objetivo primordial de la huelga: ?No queremos m¨¢s vacaciones; queremos m¨¢s puestos de trabajo.?El acuerdo obtenido entre patronal y sindicato significar¨¢ un aumento progresivo de las vacaciones hasta establecerse, en 1982, el mes de descanso continuado. Los empresarios han mantenido hasta el final la progresi¨®n hacia la semana de 35 horas. Para los sindicalistas, el aumento de las vacaciones es una aproximaci¨®n efectiva a esta reivindicaci¨®n, impresi¨®n que no comparten quienes hacen hincapi¨¦ en que no se ha avanzado nada en este sentido, ya que los patronos han dicho incluso despu¨¦s de logrado el acuerdo que no tiene nada que ver incrementar las vacaciones y aumentar el ni, mero de puestos de trabajo.
Dada la naturaleza del sindicalismo en la RFA, no parece dudoso el que los representantes de los trabajadores voten hoy contra la decisi¨®n de la Gran Comisi¨®n Tarifaria, de la que el 87% de sus miembros opt¨® ayer por aceptar el acuerdo logrado con la patronal. En la directiva del Sindicato del Metal se han suscitado graves tensiones en torno al modo de orientar, o de terminar, esta huelga en la que han tomado parte, como huelguistas o suspendidos por la patronal de empleo y sueldo, m¨¢s de 110.000 trabajadores. Eugen Loderer, jefe del sindicato, se ha visto obligado a declarar: ?S¨¦ con absoluta precisi¨®n a d¨®nde quiero ir con mi pol¨ªtica?, lo cual ha sonado a m¨¢s de un dirigente como reflejo de una actitud pretenciosa. Esta crisis, la m¨¢s cara de la historia social de la moderna Alemania, puesto que ha costado mil millones de marcos a sindicatos y patronal, perdi¨® en las ¨²ltimas fechas el car¨¢cter pol¨ªtico-social que tuvo en las primeras semanas.
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