El Gobierno intenta definir la pol¨ªtica familiar
Casi nueve millones de familias fueron censadas en Espa?a el a?o 1970, de las que el 60 % tienen de dos a cinco miembros. Todas ellas se encuentran hu¨¦rfanas de cualquier tipo de ayuda estatal. Hasta ahora, la pol¨ªtica. familiar se ha limitado a conceder premios de natalidad a las parejas superprol¨ªficas. De hecho, la ayuda familiar representa s¨®lo un 1,7 % del salarlo m¨ªnimo interprofesional, cuando el m¨ªnimo fijado en un convenio de la OTI (Organizaci¨®n Internacional de Trabajadores) es de un 3%.Las jornadas que empiezan ma?ana podr¨ªan ser una buena ocasi¨®n para que el Gobierno defina las l¨ªneas maestras de una pol¨ªtica familiar a medida de sus intereses y adaptada a sus criterios ideol¨®gicos. Pero, en principio, el objetivo que manifiestan perseguir sus organizadores es ?determinar bases operativas para el desarrollo sistem¨¢tico de los art¨ªculos constitucionales que hacen referencia a la familia, infancia y tercera edad?. Tambi¨¦n se pretende ?acercar la realidad de cada provincia y de cada problema a los distintos entes p¨²blicos y privados responsables de su correcta gesti¨®n?.
Con esta finalidad se celebraron, a lo largo de la primavera y oto?o pasados, una serie de jornadas de estudio a nivel provincial, Una s¨ªntesis de las conclusiones formuladas en dichas sesiones constituye el documento de trabajo base de las jornadas.
Un programa demasiado amplio
En los tres d¨ªas que durar¨¢n las jornadas se tratar¨¢, en seis mesas distintas, cada uno de los grandes temas que integran el n¨²cleo del ambicioso programa: vivienda y consumo; ense?anza y orientaci¨®n familiar: fiscalidad, ayuda familiar: sanidad y seguridad social; cultura y ocio y, por ¨²ltimo, trabajo.Junto a estos temas, ya de por s¨ª excesivamente amplios, se estudiar¨¢, adem¨¢s, un grupo de propuestas adjuntas en torno a la pol¨ªtica familiar del Gobierno con criterios de Estado, asociacionismo y protecci¨®n integral a la infancia y a la tercera edad y reforma de la legislaci¨®n en materia matrimonial.
En el informe sobre este ¨²ltimo punto aparece un dato revelador del esp¨ªritu que anima las jornadas: de los 36 trabajos presentados, diecisiete rechazan taxativamente la posibilidad de divorcio y, aunque se reconoce el derecho de la pareja a decidir el n¨²mero de hijos y a recibir gratuitamente anticonceptivos a trav¨¦s de la Seguridad Social, se se?ala que la propaganda de ¨¦stos debe ser controlada ? cuando resulte adecuado y se deriven perjuicios para la salud?.
En otros terrenos las propuestas tienen un car¨¢cter m¨¢s progresivo. En materia fiscal, por ejemplo, se indica que los impuestos indirectos deber¨ªan tomarse en consideraci¨®n a la hora de determinar la carga fiscal y que las leyes fiscales deben ser m¨¢s justas para facilitar el acceso a la ense?anza y ?nunca puedan originar un trato discriminatorio de las rentas familiares en relaci¨®n con las individuales?.
En cuanto al problema de la vivienda, se se?ala, entre otras cosas, la conveniencia de primar las construcciones especiales dedicadas a ancianos y minusv¨¢lidos, de penalizar las viviendas vac¨ªas y de dar participaci¨®n al ciudadano en la planificaci¨®n urban¨ªstica.
En lo que se refiere a la ense?anza, se rechaza expl¨ªcitamente cualquier medida que vulnere el derecho de las familias a una educaci¨®n libre y gratuita para sus hijos menores, suponga un dirigismo estatal o contradiga los convenios internacionales al respecto. Tambi¨¦n se apunta la necesidad de intensificar las relaciones familia-centro educativo, y de que el ni?o disponga de tiempo libre para el juego. La educaci¨®n especial del ni?o deficiente y la valoraci¨®n del fracaso escolar tambi¨¦n merecen una menci¨®n.
La familia, incuestionable
Las jornadas parten de un presupuesto inamovible: la validez de la familia como Instituci¨®n y como hecho social, y la necesidad de su protecci¨®n y promoci¨®n por parte del Estado, tal y como consta en la Constituci¨®n. No se admitir¨¢n deb at es que pongan en duda tal principio.Esta actitud representa cerrar los ojos ante un fen¨®meno tan evidente como la crisis de la familia tradicional y la aparici¨®n de nuevas f¨®rmulas alternativas de convivencia. La ¨²nica alusi¨®n a las situaciones familiares at¨ªpicas que aparece en el documento de trabajo de las jornadas se refiere a los matrimonios rotos, para los que se considera oportuna la protecci¨®n legal ?siempre que reunan requisitos de estabilidad?.
Sobre el modelo hacia el cual evolucionar¨¢ en el futuro la estructura familiar, s¨®lo se apunta de forma vaga y et¨¦rea que la igualdad jur¨ªdica que debe regir un nuevo planteamiento jur¨ªdico de la familia no debe ?impedir la apertura de nuevas formas sociol¨®gicas de vivir y realizar el proyecto matrimonial y familiar?.
Aunque no es posible predecir el desarrollo de las jornadas -es de esperar que no se produzca el lamentable espect¨¢culo que se ofreci¨® en las dedicadas a la mujer-, se puede cuestionar ya su eficacia desde el momento que los propios organizadores no tratan de llegar a conclusi¨®n alguna, sino ?a propuestas generales lo bastante amplias para dar cabida a posturas no necesariamente id¨¦nticas?.
La sugerencia m¨¢s concreta que acompana la celebraci¨®n de las jornadas es tambi¨¦n de car¨¢cter consultivo y formal: propugnar la coordinaci¨®n, a nivel de Presidencia de Gobierno, de cualquier planteamiento de promoci¨®n familiar mediante la creaci¨®n de una comisi¨®n delegada interministerial ?con participaci¨®n de la realidad familiar a trav¨¦s de sus cauces asociativos?.
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