La CEE se propone implantar restricciones a Espa?a en pesca y siderurgia
Tanto en pesca como en siderurgia, las propuestas de oferta comunitaria a Espa?a para el presente a?o son m¨¢s bajas que los cupos facilitados en el pasado a?o. Esta pol¨ªtica es, a primera vista, m¨¢s bien contradictoria con el esp¨ªritu de buena voluntad que deber¨ªa mostrar la Comunidad hacia un futuro Estado miembro, que se prepara a iniciar sus negociaciones de adhesi¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 6 de febrero, en Bruselas. De estos temas y del calendario concreto de la negociaci¨®n a seguir trat¨® Leopoldo Calvo Sotelo, ministro espa?ol para las Relaciones con las Comunidades Europeas, en sus entrevistas, ayer en Estrasburgo, con varios, miembros de la Comisi¨®n Europea (Jenkins, Gundelach, Naltali, Brunner y Ortoli).
Al margen del acto protocolario -pero de alto significado pol¨ªtico- que constituir¨¢ la apertura de negociaciones el 6 de febrero, el Gobierno espa?ol parece bastante preocupado por la orientaci¨®n restrictiva de los comunitarios en su oferta para importaciones espa?oles de productos sider¨²rgicos y, sobre todo, en la, reducci¨®n de cupos y licencias de pesca que, al parecer, se avecina cara al futuro.En siderurgia no hay todav¨ªa un compromiso entre Madrid y Bruselas, ante las diferencias de cifras expuestas por cada bando. Espa?a intenta mantener una corriente de exportaci¨®n hacia la CEE, para 1979, comparable a la lograda en el pasado a?o, que no deb¨ªa superar las 900.000 toneladas. Los comunitarios replican que los exportadores espa?oles superaron ampliamente los m¨¢rgenes concedidos por la CEE (se habla de unas exportaciones de un volumen de 1.200.000 toneladas) y, en consecuencia, quieren reducir a s¨®lo 750.000 toneladas las importaciones de origen espa?ol para el a?o en curso. Los argumentos de Madrid se?alan que se trata de incluir err¨®neamente una partida de 250.000 toneladas de productos sider¨²rgicos, incluidas como ?tr¨¢fico de perfeccionamiento ? ojo que es lo mismo, a productos sider¨²rgicos previamente importados por Espa?a de la CEE, tratados en Espa?a y reexportados al mercado comunitario. Un nuevo encuentro, a nivel de expertos hoy en la capital belga deber¨ªa permitir aclarar ciertos puntos, aunque, a juzgar por las diferencias de cifras en presencia, la distancia es muy lejana.
En pesca -sector, si cabe, m¨¢s sensible socialmente que el sider¨²rgico-, la situaci¨®n evoluciona hacia una reducci¨®n previsible de cupos y, en consecuencia, del n¨²mero de licencias. A las 18.000 toneladas de merluza solicitadas por Madrid para 1979, la, Comunidad ofrece s¨®lo 13.000. Los comunitarios argumentan que las restricciones internas para sus propios pescadores obligan a una limitaci¨®n de laoferta exterior. A nivel oficial, los medios espa?oles preparan todo el clima de sensibilizaci¨®n a la baja, que, de todas formas, desear¨ªan retrasar hasta pasadas las elecciones del 1 de marzo. La visi¨®n restrictiva de los comunitarios para el sector pesquero espa?ol no es ning¨²n secreto. Est¨¢ escrito en el dictamen de la Comisi¨®n Europea sobre la candidatura espa?ola que, cara a la integraci¨®n, habr¨¢ que reducir el 50 % del potencial de la flota pesquera espa?ola. Reestructurar el sector y limitar los efectos sociales de tal sacrificio -impuestos, dicen los expertos, por falta de recursos pesqueros en la zona de las doscientas, millas de aguas comunitarias- exigir¨¢ una pol¨ªtica de ayuda financiera por parte del Gobierno espa?ol para los pescadores afectados. Hasta entonces se intentar¨¢ mantener un n¨²mero de licencias pol¨ªticamente presentable, pero que, en cualquier caso, nunca ser¨¢ suficiente para remediar los perjuicios para la pesca espa?ola creados por la extensi¨®n generalizada en casi todos los pa¨ªses del mundo de unas zonas de soberan¨ªa pesquera de doscientas millas.
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