La URSS siguen con recelo la visita de Teng Hsiao-ping a EEUU
La nueva era de las relaciones internacionales, creada por el reconocimiento diplom¨¢tico entre Washington y Pek¨ªn, comenzar¨¢, en la pr¨¢ctica, hoy, domingo, cuando Teng Hsiao-ping, 74 a?os, viceprimer ministro de la Rep¨²blica Popular China, inicie una visita oficial a Estados Unidos de nueve d¨ªas de duraci¨®n, que se seguir¨¢ con el mayor recelo desde la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Teng Hsiao-ping, cuyo nombre, seg¨²n las nuevas normas de transcripci¨®n del chino a las lenguas occidentales, ha pasado a ser Den Xiaoping, es el primer dirigente de la Rep¨²blica Popular China que viaja a Norteam¨¦rica y su visita puede dejar peque?a aquella otra, no menos hist¨®rica, que realizara en 1959 Nikita Kruschev.El viceprimer ministro chino, tercero en la jerarqu¨ªa de mando pero evidentemente el hombre fuerte de la situaci¨®n y el principal art¨ªfice del proceso de modernizaci¨®n chino, ser¨¢ recibido el lunes en la Casa Blanca con todos los honores, incluidas las diecinueve salvas de ordenanza. Durante tres d¨ªas, Teng se entrevistar¨¢ varias veces con Carter y con altos funcionarios de la Administraci¨®n y el Congreso.
El resto del viaje de Teng Hsiao-ping tiene un car¨¢cter marcadamente comercial, e incluye visitas a Atlanta, Houston y Seattle, donde el l¨ªder chino podr¨¢ comprobar los adelantos de la tecnolog¨ªa capitalista. No falta en el programa una visita a una factor¨ªa de autom¨®viles Ford, ni al centro espacial de la NASA, ni tampoco a la f¨¢brica de los aviones comerciales Boeing. Un rodeo y una barbacoa ponen la nota ex¨®tica al viaje, que ser¨¢ cubierto por centenares de periodistas y cuyas im¨¢genes se transmitir¨¢n diariamente por sat¨¦lite a China.
La URSS, presenteSi los norteamericanos conf¨ªan en obtener sustanciosos contratos econ¨®micos en la visita de Teng Hsiao-ping, no ocultan su preocupaci¨®n ante lo que pueda decir en p¨²blico. Cualquier referencia al futuro de Taiwan que no garantice su independencia puede crear serios problemas a Jimmy Carter. Y, sobre todo, las palabras de Teng sobre la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que nadie duda qu¨¦ las habr¨¢, pueden incidir en la delicada situaci¨®n, cuando est¨¢ a punto de firmarse el segundo acuerdo SALT y pr¨¢cticamente programada la visita de Brejnev a Washington.Teng Hsiao-ping, con su evidente dosis de pragmatismo y su sentido del humor, gustar¨¢, sin duda, a los norteamericanos. Hace cuatro a?os, cuando el viceprimer ministro visit¨® las Naciones Unidas en Nueva York, defini¨® Norteam¨¦rica como un lugar ?de edificios altos y feos, grandes coches y donde no hay sitio para pasear?. Ahora, el l¨ªder chino, dos veces purgado por Mao y vencedor de la guerra interna contra la banda de los cuatro, tendr¨¢ una visi¨®n muy diferente: la de una fuente de tecnolog¨ªa avanzada que puede servir para su esfuerzo de modernizar el pa¨ªs m¨¢s poblado de la Tierra.
Previsiblemente, en Mosc¨² no se perder¨¢ palabra de lo que diga Teng Hsiao-ping o sus anfitriones norteamericanos. La amenaza de un eje antisovi¨¦tico Washington-Tokio-Pek¨ªn est¨¢ en el aire, y cualquier afirmaci¨®n considerada hostil por la URSS puede dar al traste con el futuro acuerdo de limitaci¨®n de armamento estrat¨¦gico, uno de los pilares de la pol¨ªtica exterior del presidente.
Las medidas de seguridad ser¨¢n extremas. Hay convocadas manifestaciones contra Teng desde todos los puntos del espectro pol¨ªtico. Los mao¨ªstas norteamericanos, que algunos hay, le acusan de traidor; los estudiantes del r¨¦gimen de Taiwan protestar¨¢n contra el l¨ªder comunista, y no se descartan incidentes violentos.
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