Una colecci¨®n de textos de los profesores heterodoxos
Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, Fernando Savater, Tom¨¢s Poll¨¢n, Javier S¨¢daba y otros profesores heterodoxos han publicado para la editorial Noguer, una serie de libros de texto para COU en los que muestran su aspecto m¨¢s real como pedagogos, al tiempo que rompen de alguna manera los recelos que su imagen contestataria ha podido crear y ha creado en la propia universidad, de la que muchos de ellos fueron apartados por el r¨¦gimen anterior.
Los libros de texto son, seguramente, los m¨¢s fieles reflejos de las ¨¦pocas y de los cambios que se operan en ellas, porque la ense?anza de los ni?os, vigilada adem¨¢s por el Estado, intenta ser fiel a los principios y a los objetivos que informan a las instituciones sociales como medio para su continuidad y supervivencia. Los libros de texto suelen ser, adem¨¢s, el reflejo de lo m¨¢s inm¨®vil de la ideolog¨ªa dominante, el campo de lo irrenunciable para quienes aspiran a dejar el poder ¨²nicamente a sus hijos, de los que esperan que sean iguales a ellos mismos.Cuando los libros de texto cambian, algo est¨¢ cambiando. Y eso ocurre -y no puede dejar de sorprender- con el bloque de manuales para COU publicado por Noguer Did¨¢ctica. Aquellos profesores que en alg¨²n momento fueron expulsados de sus c¨¢tedras o separados de su silla de PNN, eventual y pasajera criba de maestros, o los que han sobrevivido en provincias, con la larga familia detr¨¢s, se unen ahora en esta iniciativa editorial para mostrar que ense?ar no es patrimonio de las derechas, que el aburrimiento no es el acompa?amiento de la ciencia y que ¨¦sta no es incompatible con ese abanico de ideas que van desde el tranquilo dem¨®crata al libertario. A veces sorprende al lector de peri¨®dico darse cuenta de que Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, adem¨¢s de poeta importante y maestro de fil¨®sofos, es un claro y definitivo latinista, y que adem¨¢s puede trabajar con Bartolom¨¦ Segura, un tierno y tranquilo profesor que a algunos nos ense?¨® que la noche de la ciudad no dejaba ver las estrellas del cielo, perseguido ¨¦l, en su despacho, por la nostalgia cultural de las buc¨®licas. O que Fernando Savater, adem¨¢s de h¨¢bil polemista y brilllante, inteligente y lenguaraz joven fil¨®sofo, puede, junto a S¨¢dabal, Quintanilla, Tom¨¢s Poll¨¢n, Reyes Mate, J. A. Ugalde y Juan Aranzadi, sorprender a los j¨®venes alumnos con una: Historia de la Filosof¨ªa que da la vuelta a los viejos problemas, consigue vitalizar hasta a Santo Tom¨¢s, y no se quedajusto cuando llegaban los existencialistas, los marxistas y Nietzsche, que es lo que les pasaba a la mayor¨ªa de los manuales.
Libro por libro se convence uno de que aqu¨ª no hay panfletos; hay ciencia y muchos nombres en letra chiquita, con m¨¢s rigor de lo que se nos acostumbra. Y alg¨²n dato m¨¢s: en el de Lat¨ªn, de Garc¨ªa Calvo y Segura, se empieza por ese cap¨ªtulo oscuro que diferencia nuestra lengua madre, de ¨¦stas en que nos expresamos ahora, la m¨¦trica, que ser¨¢ fundamental para los j¨®venes traductores de Horacio y de Virgilio, y que s¨®lo dando cabida a la diferencia en la definici¨®n puede ser comprendida.
El que los libros hayan sido escritos en su mayor¨ªa por equipos de personas con orientaciones similares permite a los alumnos contrastar, por un lado, el lenguaje diferente, y por otro, asumir el que puede ser un punto de vista como colectivo, al tiempo que individualiza cada tema, y ¨¦sta es una ventaja importante sobre los libros, de costumbre casi an¨®nimos, y que se hacen aparecer como el resumen de la verdad. Eso ocurre, adem¨¢s de con los mencionados anteriormente, con el de Historia del arte -que atiende curiosamente a la hist¨®ri¨¢ de la m¨²sica y al contempor¨¢neo, y con ¨¦l, al cine- y que ha sido trabajado por Joaqu¨ªn Yarza, Fernando Collar, Milagros Guardia y Mar¨ªa Dolores Ll¨®rens. Tambi¨¦n el de F¨ªsica ha sido redactado por varios profesores: Enrique Garc¨ªa Camarero, Eduardo Elizalde y Francisco Ariona, mientras el de Lengua ha corrido a cargo de Francisco Marcos Mar¨ªn.
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