Arturo Soria, un progresista reducido a la vulgaridad
La calle de Arturo Soria, una de las m¨¢s largas de Madrid, es el resultado final de lo que en su origen se hab¨ªa previsto como un complejo urban¨ªstico de mucha mayor entidad: la Ciudad Lineal, respuesta al problema de expansi¨®n urbana. Pero el ambicioso proyecto ideado por Arturo Soria y Mata, precursor del urbanismo moderno, ha quedado reducido a un mero trazado viario y algunas peque?as y aisladas construcciones. El tiempo y la falta de inter¨¦s general han ido ocultando la gran importancia de la idea, que ya desde su origen tuvo amplia repercusi¨®n fuera de nuestras fronteras.En 1966 el Plan General de Ordenaci¨®n de Madrid convirti¨® los restos ya degradados de la Ciudad Lineal en importante autov¨ªa de circunvalaci¨®n. El tema salt¨® a la prensa y la opini¨®n p¨²blica se interes¨® en la pol¨¦mica planteada por un importante grupo de arquitectos y profesionales que defend¨ªan la validez de la idea original.
Aunque su autor no dej¨® ning¨²n trazado urban¨ªstico, expuso claramente sus principios en una serie de art¨ªculos, que en 1882 comenzaron a aparecer en el diario madrile?o El Progreso. Arturo Soria se plante¨® el problema ?entre remendar el plano defectuoso de Madrid o hacer uno nuevo?. Opt¨® por esta ¨²ltima soluci¨®n apoy¨¢ndose en razonamientos naturalistas y geom¨¦tricos: ?Los edificios se construyen espont¨¢neamente, en l¨ªnea, a lo largo de las carreteras de los arrabales de las ciudades.? Propuso entonces lo que m¨¢s tarde se reconoci¨® como antecedente de las famosas ciudades jard¨ªn inglesas: ?Una sola calle de quinientos metros de ancho y de la longitud necesaria. En el centro, ferrocarriles y tranv¨ªas, ca?er¨ªas para agua, gas electricidad, estanques y jardines, y de trecho en trecho, peque?os edificios para los diferentes servicios, con una serie dilatada de dos filas de casas u hoteles aislados.? Estas viviendas, previstas con peque?as huertas o jardines, confieren un car¨¢cter rural y urbano al conjunto.
El transporte colectivo, gratuito o casi, aseguraba la conexi¨®n con el centro urbano y a lo largo de la nueva ciudad. Desaparec¨ªa, adem¨¢s, el criterio de terrenos preferentes y privilegiados, aportando as¨ª una soluci¨®n m¨¢s justa al uso y disfrute del suelo. Soluci¨®n, en general, muy acorde con toda demanda de crecimiento urbano.
El proceso del desarrollo de esta idea fue penoso. Ante el desinter¨¦s de los organismos oficiales, Arturo Soria cre¨® la Compa?¨ªa Madrile?a de Urbanizaci¨®n, emitiendo acciones p¨²blicas. En 1894 comenz¨® la compra de terrenos. Dos a?os m¨¢s tarde la sociedad pose¨ªa casi dos millones de metros cuadrados. Se realiz¨® la explanaci¨®n de la calle principal y, aprovechando la primera celebraci¨®n de la Fiesta del Arbol, se emprendi¨® una repoblaci¨®n que llegar¨ªa a contar con 100.000 ejemplares, pasando con posterioridad a preocuparse del abastecimiento de agua y del transporte.
Tambi¨¦n se public¨® de forma peri¨®dica una revista (La Ciudad Lineal) que, adem¨¢s de informar a los accionistas minuciosamente de las actividades de la compa?¨ªa, fue una de las primeras publicaciones del mundo dedicada a temas de urbanismo.
En 1911 hab¨ªa ya 680 viviendas, parque de diversiones, teatro y front¨®n, pero al surgir la crisis econ¨®mica, con la guerra del 14, la compa?¨ªa se resinti¨® de ella y dej¨® de emprender nuevas iniciativas.
Con la muerte de Arturo Soria y Mata, el 6 de diciembre de 1920, el final del proceso se precipit¨® y, aunque se produjo un ligero resurgimiento econ¨®mico, al t¨¦rmino de la guerra civil la compa?¨ªa se colaps¨® por completo, quedando todos los proyectos olvidados hasta que en 1966 la Gerencia Municipal inici¨® las obras de urbanizaci¨®n y el Ayuntamiento compr¨® m¨¢s de 130.000 metros cuadrados, a 23,10 pesetas el metro. A ra¨ªz de estos hechos y del inter¨¦s suscitado en el tema, Fernando Ter¨¢n public¨® un libro en 1968, en el cual recog¨ªa y analizaba la obra de Soria, ofreciendo una clara visi¨®n de la situaci¨®n existente: ?Para el Ayuntamiento, la urbanizaci¨®n de la calle responde a una necesidad evidente para resolver el problema del tr¨¢fico y una etapa m¨¢s del Plan General de Ordenaci¨®n. Esto era una loter¨ªa que revalorizar¨ªa sin m¨¢s un sector de propiedades privadas. La transformaci¨®n se verificar¨ªa por s¨ª misma en cuanto la avenida se empiece a urbanizar. Basta para ello con aplicar las ordenanzas vigentes, que permiten edificaciones de cuatro plantas, con un aprovechamiento del terreno del 40 al 60%.?
Por otra parte, la conservaci¨®n ?a ultranza? del proyecto primitivo fue pr¨¢cticamente inviable, pero, como Ter¨¢n apunt¨®, ?ser¨ªa cuesti¨®n de ver si revisada la idea y puesta a punto, como lo ha hecho una y otra vez la Ciudad Jard¨ªn, ser¨ªa totalmente rechazable?. Propuso entonces ?hacer un concurso, aceptada la condici¨®n de la linealidad del tr¨¢fico y adoptada la autov¨ªa, haciendo recaer el ¨¦nfasis en el tratamiento del conjunto y la ordenaci¨®n de las franjas laterales?.
Por desgracia, al cabo de diez a?os, esta propuesta no ha sido en absoluto tenida en cuenta y hoy una de las grandes (y escasas) ideas urban¨ªsticas que se han dado en Espa?a ha quedado reducida a una amplia calle donde se reproducen sin soluci¨®n de continuidad los problemas que afectan al resto de una ciudad cargada de ellos.
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