El error del voto ¨²til
Coalici¨®n Democr¨¢tica
Imitando el movimiento de las olas del mar, murmullo tras murmullo, una llamada telef¨®nica detr¨¢s de otra, los hombres y mujeres de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico est¨¢n pidiendo el Voto para el 1 de marzo, lo cual es plenamente leg¨ªtimo, utilizando, sin embargo, con los indecisos del centro-derecha y de la derecha un argumento falso, lo que ya no es tan l¨ªcito.
El citado argumento lo formulan as¨ª: ?Hay que evitar que en las pr¨®ximas elecciones triunfe el Partido Socialista. Para ello, deb¨¦is comprender que es necesario apoyar, aunque no os guste, a Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, sum¨¢ndole votos y, en consecuencia, abandonar a Coalici¨®n Democr¨¢tica, aunque est¨¦is identificados o pr¨®ximos a ella, porque el voto a ¨¦sta es un voto perdido.?
Este argumento electoralista es falso porque se est¨¢ utilizando en un sistema electoral de representaci¨®n proporcional, como el actualmente vigente en Espa?a, siendo as¨ª que s¨®lo es aplicable en los sistemas de representaci¨®n mayoritaria.
Maurice Duverger, uno de los m¨¢s destacados expertos del mundo en pol¨ªtica y sociolog¨ªa, dice en su Sociolog¨ªa pol¨ªtica que: ?... la brutalidad del escrutinio mayoritario obliga a las tendencias vecinas a reagruparse, so pena de ser aplastadas. Supongamos -sigue diciendo- una circunscripci¨®n donde 100.000 electores moderados se oponen a 80.000 electores comunistas. Si los moderados se hallan divididos en dos partidos, el candidato comunista puede ser elegido en el caso de que sus adversarios moderados tengan m¨¢s de 20.000 sufragios?.
Por ello, en este escrutinio o en el siguiente, en el caso de doble vuelta, ?las dos tendencias moderadas tender¨¢n, naturalmente, a unirse?, Para evitar el triunfo del candidato radical, Esto es lo que sucede en Inglaterra y en Francia.
Pero, como sigue se?alando el mismo Maurice Duverger, ?... en un sistema de representaci¨®n proporcional la situaci¨®n es completamente diferente, porque el principio mismo de la representaci¨®n proporcional se basa en que puedan todos obtener su justa representaci¨®n, incluso las varias ramas de opini¨®n de la misma familia separadas ¨²nicamente por matices?. De aqu¨ª que, con este sistema, lo normal es que ning¨²n partido obtenga la mayor¨ªa absoluta y que, por tanto, sea obligado casi siempre a gobernar en coalici¨®n. Son los casos de B¨¦lgica, Holanda o Alemania.
El primer comentario ante todo esto es que, en un sistema de representaci¨®n proporcional, el voto m¨¢s ¨²til es el voto m¨¢s real: el que cada uno otorga de acuerdo con sus convicciones.
S¨®lo as¨ª se impiden los fraudes en la interpretaci¨®n del voto.
S¨®lo as¨ª se evita, por ejemplo, que con votos de derecha o de centro-derecha se haga pol¨ªtica de centro-izquierda o viceversa.
El segundo comentario es que quienes utilizan el tema del voto ¨²til para beneficiar a un partido -en este caso Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico-, dentro de un sistema de representaci¨®n proporcional, o son ignorantes -lo que es hasta l¨®gico en un sistema tan complejo- o tienen segundas intencionel, como puede ser, por ejemplo, preparar el camino para un Gobierno, con el Partido Socialista.
Para demostrar la validez de estas afirmaciones tomemos como ejemplo dos provincias que en las elecciones del 15 de junio de 1977 tuvieron una fuerte representaci¨®n de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico: Santander y Le¨®n. Sabido es que la primera env¨ªa al Congreso una cifra total de cinco diputados, mientras que la segunda la representan seis. Pues bien, recordemos que en Santander Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico consigui¨® tres diputados, el Partido Socialista uno y Alianza Popular uno, mientras que en Le¨®n, Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico obtuvo cuatro esca?os, el Partido Socialista uno y Alianza Popular otro.
Supongamos ahora que se repiten las elecciones de dicho 15 de junio y que, practicando la teor¨ªa del voto ¨²til que se est¨¢ difundiendo y ?para que no ganen los socialistas? la mayor¨ªa del voto de Alianza Popular se va a Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico. El resultado de ambas provincias ser¨ªa el mismo. Por el juego del sistema de representaci¨®n proporcional dicho ¨²ltimo partido no mejorar¨ªa en nada su posici¨®n y el esca?o perdido por Alianza Popular pasar¨ªa al Partido Socialista. Voto ¨²til, en efecto, pero para este ¨²ltimo.
?Que por qu¨¦ pasa esto? Pues porque con el sistema de representaci¨®n proporcional vigente en Espa?a los votos obtenidos por cada partido se dividen por el n¨²mero de esca?os que corresponden a cada provincia; es decir, primero por uno, despu¨¦s Por dos, por tres, por cuatro, por cinco, y as¨ª sucesivamente, y los diputados se van adjudicando desde el primero al ¨²ltimo, en funci¨®n del mayor cociente en cada escal¨®n, con lo que un partido puede obtener un esca?¨® dividiendo por uno sus votos; es decir, con su suma total, y que? sin embargo sumados la mayor¨ªa de ¨¦stos a otro partido puedan no servir para que ¨¦ste, al que se le a?aden, obtenga el cuarto o el quinto diputado por ser el cociente de dividir su total por cuatro o por cinco inferior al cociente de dividir los votos totales de su competidor pordos. Casos de Santander y de Le¨®n.
Voto ¨²til
El tercer comentario es que si se quiere hablar de voto ¨²til a los hombres y mujeres de la derecha y del centro-derecha, el ¨²nico verdaderamente ¨²til es el que se otorga a Coalici¨®n Democr¨¢tica; y no porque sean los mejores, sino porque es num¨¦ricamente la ¨²nica verdad Para comprobarlo basta con saber que en las elecciones del 15 de junio de 1977, Alianza Popular, hoy integrada en Coalici¨®n Democr¨¢tica, perdi¨® no menos de diez esca?os, en no menos de diez provincias, por faltarle entre 350 votos caso de Burgos, y 1.100, caso de Teruel, y en estas dos provincias, tomadas como ejemplo, ambos esca?os perdidos fueron a parar al Partido Socialista y no a Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico.
La conclusi¨®n es clara. S¨ª quinientos votantes centristas en Burgos y 1.200 tambi¨¦n de centro en Teruel hubiesen votado en ¨²til a Alianza Popular, Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico no hubiera perdido nada y la derecha hubiese mejorado su posici¨®n en el Parlamento.
De cuanto antecede se deduce cu¨¢l es el objetivo de estos comentarios. Demostrar a los hombres y mujeres de la derecha y del centro-derecha que, con vistas a las elecciones del pr¨®ximo 1 de marzo, sin querer o queri¨¦ndolo, est¨¢n siendo inducidos a error. Advertirles que con ellos se est¨¢ cometiendo un fraude: el fraude del voto ¨²til.
Es de suponer que cada uno saque a tiempo las consecuencias, porque despu¨¦s los lamentos de los defraudados ser¨¢n in¨²tiles y tard¨ªos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.