Los homosexuales y las mujeres, entre el escepticismo y el voto para la izquierda
Los partidos pol¨ªticos, en plena carrera por cazar el voto de los espa?oles, han topado con un sector al que no saben muy bien que alternativa venderle: los marginados. La poblaci¨®n marginal espa?ola representa al menos a seis millones de personas, sin incluir a las mujeres, cuyos problemas y reivindicaciones intentan asumir a contra reloj la mayor parte de los pol¨ªticos, casi odos ellos varones.Un repaso general a los programas de los partidos revela que, salvo raras excepciones, todos intentan aproximarse a los problemas de los marginados, sin saber muy bien como ni cuando captarse sus simpat¨ªas, o sea, sus votos.
La derecha tradicional, como reflejan en sus opiniones la mayor¨ªa de los grupos marginados, no hace falta que se esfuerce en prometer grandes cosas (tampoco lo hacen) porque, con los cuarenta a?os de poder, ha demostrado su poco inter¨¦s por los problemas de los homosexuales, de los quinquis, de las madres solteras, de las mujeres separadas, de los minusv¨¢lidos, los gitanos, los presos, las prostitutas... de todo ese conjunto humano al que la moral reaccionaria coloc¨® una etiqueta muy significativa: ?la escoria de la sociedad?.
Pero la izquierda tampoco ha sabido aproximarse a este mundo. Por un lado los marginados reprochan a socialistas y comunistas que se hayan dedicado con tanta intensidad a la pr¨¢ctica del consenso, postergando para tiempos venideros sus problemas. Por otro, ponen en evidencia su falta de preparaci¨®n a la hora de abordar este peque?o mundo que funciona con sus propias reglas. Todav¨ªa son recientes los casos de los homosexuales que militaban en los partidos de izquierda y ten¨ªan que mantener entre sus propios compa?eros una doble personalidad, ten¨ªan que ocultar su conducta sexual porque de inmediato surg¨ªa el rechazo. A¨²n hoy ocurre, pero ha descendido o, al menos, se disimula mejor.
Para Roger de Gaimon, nombre de guerra del coordinador general del Front d'Alliberament Gai de Catalunya (FAGC), el Gobierno de UCD es el culpable principal de su marginaci¨®n, al prohibirles recientemente su legalizaci¨®n. ?Dentro de la democracia -dice Roger de Gaimon- se observan estas contradicciones. Al mismo tiempo que se reconoce el respeto de todos los seres humanos, se condena a los seres humanos que resultan molestos a no salir de sus gettos. De ah¨ª que nos hayan prohibido la legalizaci¨®n, ya que no pueden prohibir nuestra existencia.?
?La discriminaci¨®n de los homosexuales comienza en la ley, pero se sigue en cualquier actividad de la vida cotidiana -afirma Roger de Gaimon, quien a?ade-: recientemente, la Magistratura de Trabajo fall¨® a favor de una empresa catalana que hab¨ªa despedido a uno de sus empleados por su condici¨®n de homosexual. La familia, la escuela, la Iglesia, perpet¨²an esta marginaci¨®n. Los medios informativos, especialmente la televisi¨®n, contribuyen tambi¨¦n al rechazo. Dos veces ha sido prohibida la emisi¨®n de un programa de la serie La clave, dedicado a los homosexuales. Pero quiz¨¢, lo que refleja una mayor insensibilidad social, sean las burlas y parodias constantes cuando los humoristas se ponen a imitar a los homosexuales hasta el aburrimiento.? La psiquiatr¨ªa tambi¨¦n deber¨ªa evolucionar, en opini¨®n del coordinador del FAGC, ya que considera a los homosexuales como enfermos, y hasta la moral m¨¢s comprensiva, pero no ausente de paternalismo, les califica de desviados. En este sentido son reveladoras las declaraciones del presidente de honor del PSOE, Enrique Tierno, efectuadas a un semanario de gran tirada, cuando a¨²n era secretario del desaparec¨ªdo PSP: ?La homosexualidad es una desviaci¨®n. No creo que se les deba castigar, pero hay que poner l¨ªmites a este tipo de desviaciones.?
"Derecho a la libre sexualidad"
?Los partidos de izquierdas podr¨ªan, cambiar todo esto -dice Roger de Gaimon-, ya que las leyes son susceptibles de evolucion y de cambio. pero dentro del actual sistema capitalista todo se vuelve muy complicado. La ¨²nica libertad que no se especifica en la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos es el derecho a la libre sexualidad.? Para Roger de Galmon, cualquier partido de clase deber¨ªa estar capacitado para cambiar las leyes.
?El PSC, PSUC y los extraparlamentarios son quienes mejor han asumido en Catalu?a las reivindicaciones homosexuales. Por esto yo creo que nuestros votos van a ir a parar a la izquierda, aunque con cierto escepticismo. No s¨¦ cu¨¢nta abstenci¨®n puede haber, pero intentaremos que haya la menor posible, porque creemos que la abstenci¨®n favorece a la derecha, y lo ¨²ltimo que nos interesar¨ªa ser¨ªa que la derecha ganara posiciones?, termina diciendo Roger de Gaimon, uno de los dos millones de homosexuales que existen en Espa?a.
El 51% de la poblaci¨®n
La mujer, tal vez por representar el 51% de la poblaci¨®n, ocupa un lugar aparte en los programas de todos los partidos, a excepci¨®n de Uni¨®n Naciona, que, preocupados por ?vigorizar la familia?, ni la menciona, o tan s¨®lo lo hace para indicar que debe dedicarse a la ?educaci¨®n cristiana? de sus hijos.
De manera global, la soluci¨®n a los problemas apremiantes que tiene planteados la mujer espa?ola debiera comenzar, a juicio de la abogada Cristina Alberdi, del Colectivo Feminista, por salir del ghetto dom¨¦stico. ?La mujer tiene que superar el prototipo de esposa y madre en la vida, con lo cual es absolutamente necesaria la instalaci¨®n de servicios colectivos y guarder¨ªas gratuitas para que pueda liberarse de las tareas dom¨¦sticas y evitar que la mujer trabajadora est¨¦ realizando en realidad una doble jornada, la laboral y la dom¨¦stica. Habr¨ªa que ir incluso m¨¢s all¨¢ para que la mujer pudiera integrarse en el mundo del trabajo. En EEUU, por ejemplo, existe la obligaci¨®n jur¨ªdica en las empresas estatales para que el 50% de sus plantillas est¨¦n integradas por mujeres.?
S¨®lo un partido de izquierdas podr¨ªa -a juicio de Cristina Alberdi- reformar las leyes en este sentido y crear los servicios colectivos necesarios. ?Lo triste es que hasta ahora la pol¨ªtica del pacto y del consenso ha relegado entre pacto y pacto los problemas de la mujer. Desde luego si un partido gordo, como UCD o PSOE, presentara sus candidaturas con un 50% de mujeres en sus listas las cosas cambiar¨ªan en el Parlamento de manera muy notable.?
En Espa?a hay un mill¨®n de mujeres separadas. La reforma de las leyes significar¨ªa para ellas el poder compartir la patria potestad sobre sus hijos, el poder administrar la parte que le corresponde en los bienes gananciales y la liberaci¨®n de los lent¨ªsimos (y caros) procesos de separaci¨®n eclesi¨¢stica, mediante la implantaci¨®n de una ley de divorcio digna y justa.
Las separadas, sin cualificaci¨®n profesional
Una vez aclarada legalmente su situaci¨®n, el siguiente paso conflictivo para un mujer separada ser¨ªa el de encontrar trabajo. La gran mayor¨ªa de mujeres separadas son s¨®lo amas de casa, no est¨¢n cualificadas para realizar un trabajo cualificado y necesitar¨ªan que el Estado les proporcionase cursos de formaci¨®n profesional acelerada. Pero, de momento, ning¨²n partido se ha ocupado de ello. Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Separadas, afirma que ?los pol¨ªticos han olvidado bastantes problemas de las mujeres?. Pero como la separaci¨®n y el divorcio tambi¨¦n les ata?e a ellos, por la cuenta que les trae reformar¨¢n las leyes. ?Que qui¨¦n prodr¨ªa hacerlo mejor? Evidentemente, la izquierda. El tipo de mujer que propugna la derecha no precisa demasiadas reformas legales.
Para Goyi, secretaria de la Asociaci¨®n de Madres Solteras, sus principales problemas siguen siendo el empleo y la vivienda. Todav¨ªa contin¨²an los despidos de mujeres que han tenido un hijo sin casarse y sobre todo se les rechaza a la hora de pedir trabajo. Precisamente por esta falta de medios econ¨®micos, el problema de la vivienda hay que resolverlo compartiendo el domicilio familiar.
A veces se producen situaciones penosas. ?Mis padres interfieren demasiado en la educaci¨®n de mi hijo, me siguen tratando como a una ni?a y en el fondo a¨²n no me han perdonado el haber tenido un hijo. Esto es lo m¨¢s cruel.? Goyi piensa que si el Estado les concediese alg¨²n tipo de prioridad para adquirir viviendas sociales este problema disminuir¨ªa. ?Los partidos podr¨ªan ayudarnos porque podr¨ªan cambiar las leyes, pero deben ser de izquierda. La derecha ha demostrado un paternalismo nada eficaz. De todas formas yo desconf¨ªo bastante de todos porque no he visto resultados palpables.?
Las estad¨ªsticas hablan de la existencia de 500.000 madres solteras y ofrecen adem¨¢s un dato a tener en cuenta: En una encuesta realizada entre las prostitutas de Barcelona, el 73% eran madres solteras, mujeres que tuvieron un hijo al que no ve¨ªan como alimentarle y proporcionarle estudios.
Las prostitutas, marginaci¨®n total
Las prostitutas, ese sublumpen de proletariado, no est¨¢n consideradas por ning¨²n partido pol¨ªtico. Ni siquiera las feministas, que en un principio se ocuparon de ellas. Cuando levantaron la voz en demanda de un sindicato y de regular la competencia extranjera nadie les hizo caso, ni partidos ni sindicatos.
En realidad, el problema de la prostituci¨®n no se ha abordado seriamente. Sus reivindicaciones dan pie al chiste f¨¢cil y en general son tratadas como algo pintoresco, como una broma. Y las prostitutas espa?olas sobrepasan el medio mill¨®n y est¨¢n ah¨ª, marginadas entre los marginados, como lo est¨¢n tambi¨¦n las lesbianas ?Lo que ocurre con nosotras es que hay un sentimiento paternalista que no se da cuando se trata de juzgar a los homosexuales varones. Nos miran as¨ª y piensan "pobrecilla, es tan joven y tan d¨¦bil que seguro que es as¨ª porque ha tenido la mala suerte de no encontrar un buen var¨®n que la espabile". Esto en la casi totalidad de los casos es falso, porque las lesbianas han sido o son heterosexuales.? Quien dice esto es Carmen, una integrante del desaparec¨ªdo Colectivo de Lesblanas. Carmen se muestra bastante esc¨¦ptica ante las elecciones: ?El rollo pol¨ªtico nos tiene muy desmoralizadas. De la derecha, ni menci¨®n, y la izquierda, bueno, el PSOE y el PCE van a las masas y nosotras ni somos masas ni vamos a contribuir a que las haya, ya que en s¨ª nuestra sexualidad significa la anti procreaci¨®n, as¨ª es que como no saben qu¨¦ hacer con nosotras nos olvidan y ya est¨¢. Nadie admite a una mujer cuyo sexo no va dirigido al macho.?
Ante la problem¨¢tica general de la mujer, los partidos de derecha y centro rechazan el aborto y el divorcio por mero consentimiento de los c¨®nyuges, y se proponen valorar el trabajo del ama de casa. El PSOE, olvida mencionar el tema del aborto en su programa pol¨ªtico y el resto de la Izquierda lo apoyan de manera clara y expl¨ªcita. Casi todos est¨¢n de acuerdo en reformar la patria potestad, la administraci¨®n de los bienes gananciales, la creaci¨®n de guarder¨ªas y servicios colectivos, la protecci¨®n a las madres solteras, y la reforma del contenido sexista de la ense?anza. En este panorama destaca el proyecto de creaci¨®n de una ley que prohiba y penalice el comportamiento machista, idea de MC-OIC, y la propuesta del PCE para eliminar de la televisi¨®n y la radio todos los aspectos que resulten degradantes para la mujer.
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