Duras cr¨ªticas a la represi¨®n cultural en Latinoam¨¦rica
Ayer concluy¨® el Congreso de Escritores, en Almer¨ªa
La transformaci¨®n de la Asociaci¨®n Colegial de Escritores (ACE) en una federaci¨®n de asociaciones con direcci¨®n colegiada para un futuro inmediato y la clar¨ªsima y tajante definici¨®n en favor de los escritores latinoamericanos en Espa?a son quiz¨¢ las dos resoluciones m¨¢s importantes del I Congreso de Escritores, que se clausur¨® ayer en Almer¨ªa.
Despu¨¦s de las dos jornadas dedicadas a la lectura de las 45 ponencias presentadas al congreso en la del domingo, se procedi¨® al trabajo y discusi¨®n en diez comisiones que redactaron las conclusiones que en su enorme mayor¨ªa fueron aprobadas con ligeras modificaciones por la asamblea general, en la que se acord¨® la reforma de los estatutos provisionales que posibilitar¨¢ la definitiva implantaci¨®n de un sistema federal en la ACE, dando cabida a los grupos de escritores de expresi¨®n castellana de Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Valencia, en principio, y a la formaci¨®n desde ya de comisiones aut¨®nomas en los mencionados pa¨ªses.La impresi¨®n generalizada es que a pesar de las inevitables tensiones, afortunadamente superadas, la ACE al menos ha resultado afianzada y con muchas posibilidades de expansi¨®n gracias a su alto nivel reivindicativo, y, despu¨¦s de este congreso, al evidente car¨¢cter progresista que la inspira.
La jornada del domingo, que fue consecuencia de una revuelta de los j¨®venes escritores el d¨ªa anterior, estuvo marcada por la afirmaci¨®n reivindicativa que muchas veces correg¨ªan las ponencias le¨ªdas y otras adelantaban respuestas imaginativas a los problemas.
Por ejemplo, ante el recent¨ªsimo Consejo General del Libro, comisi¨®n interministerial cuya constituci¨®n fue publicada por sorpresa en el Bolet¨ªn Oficial del Estado del jueves pasado, se materializ¨® la petici¨®n de representantes de los escritos en el aparato estatal, y concretamente el reconocimiento de las asociaciones de escritores como los ¨²nicos interlocutores v¨¢lidos para su elecci¨®n. Se declar¨® que las asociaciones rechazar¨ªan como no v¨¢lido cualquier elecci¨®n que fuera hecha al margen de ellas.
Apoyando la propuesta del asesor jur¨ªdico Juan Molla, se propuso la revisi¨®n de la situaci¨®n de los libros que a los ochenta a?os de la muerte de su autor pasan, seg¨²n la ley vigente, a pertenecer al dominio p¨²blico, pero cuyos derechos de autor revierten actualmente en el dominio privado de los editores. En uno de los acuerdos del congreso se exigi¨® la creaci¨®n de un fondo p¨²blico que se nutriese de estos derechos y que deb¨ªa, siguiendo el modelo argentino del Fondo Nacional de las Artes y otras instituciones similares europeas, dedicarse a la potenciaci¨®n de ediciones y a la proyecci¨®n del escritor vivo. Se recomend¨® acortar el plazo para el paso a dominio p¨²blico seg¨²n las recomendaciones de la UNESCO.
Editora Nacional
Uno de los debates m¨¢s apasionados fue el referido a Editora Nacional, de la que se pidi¨® la descentralizaci¨®n con el consiguiente cambio de nombre y de equipo directivo, su puesta en servicio de unos programas positivos de culturalizaci¨®n y la gesti¨®n por parte de personas solventes y efectivas. En la ponencia aprobada ¨ªntegramente, el congreso se compromet¨ªa a pedir las cuentas de Editora Nacional y a exigir la aclaraci¨®n de la situaci¨®n de los libros programados, contratados y no editados, como primera medida.Tambi¨¦n los colaboradores literarios de prensa diaria fueron objetivo del estudio y discusi¨®n del congreso, en una lista de conclusiones dur¨ªsima. El congreso reivindica para ellos posiciones similares ante la situaci¨®n de empleo encubierto, o situaci¨®n igualmente encubierta, en que muchas veces se encuentran, resolviendo exigir la obligatoriedad de la relaci¨®n laboral legal a partir de una periodicidad de publicaci¨®n que ellos suger¨ªan en una cantidad equivalente a seis meses de trabajo de publicaciones diarias, semanales o mensuales.
Por otra parte la asociaci¨®n debatir¨¢ unos baremos de precios de colaboraciones, m¨ªnimos a exigir en concepto de colaboraciones, presentaciones de libros, pr¨®logos, etc¨¦tera, y en este sentido hace un llamamiento a un estudio urgente de lo que legalmente debe considerarse como obra literaria: esto es de ese problema relacionado con los derechos de autor y que tiene que ver con la creaci¨®n encubierta muchas veces en los conceptos de colaboraciones, libros colectivos, art¨ªculos de enciclopedias, antolog¨ªas, etc¨¦tera.
Seguramente el tema pol¨ªtico fundamental del congreso fue el del apoyo a los escritores latino americanos que se explicit¨® en un doble camino. Por un lado se enviaron telegramas a los dictadores latinoamericanos, exigiendo la puesta en libertad de cuantos escritores permanecen detenidos, as¨ª como de los dem¨¢s ciudadanos que lo est¨¢n por sus ideas pol¨ªticas. De otro lado, y ya en relaci¨®n con Espa?a, el congreso ha pedido la eliminaci¨®n de los decretos y leyes que modificando la convivencia habitual y hasta ahora legal con los latinoamericanos en Espa?a y su igualaci¨®n en cuanto a su situaci¨®n laboral est¨¢n suponiendo un estorbo para su integraci¨®n en el pueblo espa?ol. El congreso, tomando conciencia de la situaci¨®n de los escritores exiliados en Espa?a, acord¨® la defensa de todas sus reivindicaciones, as¨ª como la apertura de sus propias puertas.
Estuvieron presentes delegaciones extranjeras que dieron su saludo. Seguramente fue particularmente importante la intervenci¨®n del poeta sueco Lasse S?derberg, que recomend¨®, con una iron¨ªa que hab¨ªa ganado ya a los congresistas durante los d¨ªas anteriores, toda la paciencia y serenidad necesaria para resolver los problemas angustiosa y numerosamente planteados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.