La mediaci¨®n francesa en el conflicto del Sahara se da como segura en Marruecos
Francia parece haber prometido a Marruecos hacer todo lo posible por favorecer el di¨¢logo directo entre Rabat y Argel, seg¨²n se cree en La capital marroqu¨ª. El rey Hassan II finaliz¨® ayer su visita privada a Par¨ªs. En c¨ªrculos oficiales se estima que el deseo argelino ole acercarse a Francia coloca al presidente franc¨¦s en una buena posici¨®n para mediar.
Los indicios desfavorables a este entendimiento argelino-marroqu¨ª, que conten¨ªa la respuesta del ministro argelino Abdelaziz Buteflika a su colega Mohamed Buceta, no han desanimado a los medios oficiales marroqu¨ªes. La carta de Buteflika, que en realidad remit¨ªa a Marruecos a la ya conocida posici¨®n argelina de que el conflicto del Sahara es un asunto exclusivo de Marruecos y los saharauis, en el cual Argel rechaza todo protagonismo, ha sido, no obstante, interpretada como ?una actitud que Argelia no pod¨ªa dejar de adoptar a las pocas semanas del fallecimiento de Bumedian y cuando la pugna ideol¨®gica dentro del partido FLN a¨²n no ha sido resuelta?.Se sugiere en Rabat que Francia, despu¨¦s de los acontecimientos de Ir¨¢n, est¨¢ realmente preocupada con la posibilidad de desestabilizaci¨®n en esta zona de tanta incidencia para los intereses franceses en ?frica y que ello la llevar¨ªa a presionar para que se efect¨²e un encuentro entre las partes. En Rabat tambi¨¦n se Insiste en que, a largo plazo, la designaci¨®n del presidente argelino, Benjedid Chadly, favorece, al menos, la sustituci¨®n del actual clima de guerra por otro de di¨¢logo.
Sin poder determinar hasta qu¨¦ punto este convencimiento oficial es profundo o no, se cree o se afirma que Argelia deber¨¢ cambiar su posici¨®n porque se entiende que ha sido ella quien ha roto la fraternidad magreb¨ª. Para llevar a Argel a un cambio de actitud, en Rabat, p¨²blicamente al menos, no se ha encontrado ninguna f¨®rmula nueva, sino la tantas veces propuesta colaboraci¨®n Rabat-Argel-Nuakchott para la explotaci¨®n com¨²n de las riquezas de la regi¨®n.
El actual optimismo oficial es ahora abiertamente criticado no s¨®lo por la oposici¨®n socialista y comunista, sino tambi¨¦n por el Partido Istiqal, que participa en el Gobierno nada menos que con cinco carteras.
Todos parecen haber dejado de hacerse ilusiones en cuanto a las posibilidades de entendimiento con Argelia. La principal preocupaci¨®n de ¨¦stos, por el momento, parece ser la grave situaci¨®n econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs, el sensible deterioro del poder adquisitivo, el crecimiento del paro y los inevitables despidos que origina la crisis. que alcanza no s¨®lo a los, trabajadores industriales y agr¨ªcolas, sino a las clases medias.
La oposici¨®n ha enfatizado en estos d¨ªas que la necesidad de defender la marroquinidad del Sahara no puede ser una justificaci¨®n para posponer indefinidamente las reformas econ¨®micas y sociales que consideran imperativas. Las recientes cr¨ªticas formuladas desde los, medios oficiales al movimiento huelgu¨ªstico, cada vez m¨¢s amplio, han sido contestadas por la oposici¨®n con una consigna que para ellos parece resumir la situaci¨®n: ?No habr¨¢ paz social sin justicia social.?
Incluso un partido moderado como el Istiqlal, al cabo de poco m¨¢s de un a?o de participaci¨®n en el Gobierno, pone en duda hoy las ventajas para el pa¨ªs de formar parte del equipo en el poder, si no puede poner en pr¨¢ctica la mayor parte de su programa pol¨ªtico.
Para salir, en parte, de esta grave situaci¨®n econ¨®mica, el Gobierno marroqu¨ª cuenta con el inter¨¦s de los Estados del golfo ar¨¢bigo en apoyar financieramente a la monarqu¨ªa, principalmente despu¨¦s de los acontecimientos de Ir¨¢n. Abu Dhabi ha accedido a prestar 280 millones de d¨®lares a Marruecos. Rabat, sin embargo, contaba, sobre todo, con la ayuda de Arabia Saudita, adonde deb¨ªa viajar, despu¨¦s de Francia, el soberano marroqu¨ª, pero la visita ha sido anulada por el momento.
Al parecer, el rey Hassan II, realmente preocupado por la evoluci¨®n de Ir¨¢n, entiende como prioritario solucionar los problemas pol¨ªticos que, en el fondo, condicionan a los econ¨®micos.
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