Decepci¨®n en Coalici¨®n Democr¨¢tica ante su descalabro electoral
A las cuatro y media de la madruogada, con el 50% de los votos escrutados, la proyecci¨®n final de los resultados indicaba que Coalici¨®n Democr¨¢tica hab¨ªa perdido la mitad de su electorado, ocho de sus diecis¨¦is diputados, la posibilidad de crear un partido unido que hab¨ªan barajado hace unos d¨ªas los tres l¨ªderes Fraga, Areilza y Osorio, las trillizas, y la apostura y la exquisitez que caracterizaba a alguno de sus l¨ªderes.A esa hora, en la sede electoral de CD, en el bajo de Lagasca, 73 (barrio de Salamanca), apenas cincuenta personas -la mitad, periodistas- asist¨ªan, incr¨¦dulas, al segundo gran descalabro electoral de los franquistas, en cierto modo, al segundo entierro, sumada esta derrota a la del 15-J.
Fraga prefiri¨® no ser testigo, y pasadas las doce se retir¨® a descansar, p¨¢lido, descompuesto, ronco. Areilza hizo lo propio despu¨¦s de la una de la madrugada. Osorio (?desde peque?o he aprendido a no perder nunca la sonrisa ?) permaneci¨® en la sede hasta cerca de las tres. A esa hora su esca?o continuaba en el aire. No iba a salir. Se despidi¨® de los suyos con un ?tengo unos amigos en casa; seguir¨¦ los resultados por televisi¨®n?.
Cuca, una de las eficaces secretarias de CD, preguntaba a la terminal del ordenador. No se lo pod¨ªa creer. La respuesta daba por debajo de un 4,5% en Madrid. ?No es posible?. Volv¨ªa a preguntar. Era posible que Osorio no se sentase en el Congreso.
Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza, conde de Motrico (?no estoy de acuerdo con que mi presentaci¨®n en estas elecciones sea mi ¨²ltima oportunidad pol¨ªtica, la ¨²ltima es siempre la siguiente?). perdi¨® un tanto los papeles para Criticar con palabras ¨¢cidas a EL PAIS (?no me llame se?or Conde, tengo un apellido bastante conocido?). por la publicaci¨®n de un sondeo electoral (v¨¦ase el peri¨®dico del pasado martes), que daba a CD los mismos diputados que obtendr¨¢n en estas elecciones, seg¨²n las previsiones hechas por el ministro del Interior a las cinco de la madrugada, alegando que eso era coacci¨®n psicol¨®gica y terrorismo informativo.
Alfonso Osorio, encerrado en la asesor¨ªa jur¨ªdica de la sede, junto con Ruiz Gallard¨®n, n¨²mero cinco de CD por Madrid, hac¨ªa n¨²meros conforme llegaban los resultados y los comparaba con los del 15 de junio. De cuando en cuando sal¨ªa: ?Estamos igual que entonces.? El optimismo que reinaba en la sede de CD a las nueve de la noche, cuando toda la noche electoral quedaba por delante -?vamos bien?, ?podemos llegar a los veinticinco?- fue bajando paulatinamente de nota. La ?ilusi¨®n y ambiente? y los primeros ?resultados favorables? de C¨¢ceres, Lugo, Granada y Orense, se fueron difuminando en silencio, de la misma forma que se fueron marchando la mayor¨ªa de los casi dos centenares de militantes y simpatizantes que hab¨ªan acudido a la sede.
? Nos hemos jugado una parte de nuestra salud, nuestro tiempo y nuestro dinero?, coment¨® el conde de Motrico. ?Cu¨¢nto? ?Bastante.? ?Y el prestigio pol¨ªtico? ?Ese no. El prestigio no consiste en sacar m¨¢s diputados, sino en hacer y decir cosas coherentes.?
?Quisi¨¦ramos sacar el n¨²mero de diputados suficiente -a?adi¨® Areilza- para ofrecerle a UCD una coalici¨®n que pueda corregir el desv¨ªo hacia la izquierda que ha sufrido la pol¨ªtica de este pa¨ªs en los ¨²ltimos dos a?os.?
Fraga, que estuvo pocos minutos en la sede, fue mucho menos expl¨ªcito. ?Hasta las siete de la tarde de ma?ana no har¨¦ declaraciones. Me voy a la cama. que es donde se est¨¢ bien.? Minutos antes, para descansar, se sent¨® en la mesa de cristal de un despacho y la rompi¨®.
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