Los parados, a las mesas electorales

Quer¨ªa llamar la atenci¨®n de las autoridades competentes sobre un problema que, seg¨²n creo, podr¨ªa arreglarse con cierta facilidad. Tanto en el pasado refer¨¦ndum constitucional como en las elecciones generales, los miembros de las mesas electorales fueron (fuimos, pues yo era adjunto) los mismos. Ocurre lo siguiente:La labor de un miembro de mesa es dura, pues supone estar al frente de la misma desde las ocho de la ma?ana hasta el fin del recuento, que puede muy bien acabar despu¨¦s de la una de la madrugada. En este caso supondr¨ªa m¨¢s de diecisiete horas de trabajo ininterrumpido. La labor es dura; por tanto, nadie la quiere llevar a cabo. Habr¨ªa que preguntarse si es inevitable que sea tan dura (?no se pueden nombrar m¨¢s miembros por mesa y hacer dos turnos?), y si la contestaci¨®n es afirmativa, creo que la justicia exige que todos pasemos por el mismo trabajo, que la carga sea repartida y que no se den estas repeticiones.

Los miembros de la mesa recibimos por nuestra labor una cierta cantidad (en concreto, mil pesetas, los adjuntos y 1.300 el presidente), la cual no compensa en modo alguno el tiempo y el cansancio sufrido. Querr¨ªa presentar una propuesta, por si se considera viable, y es la de que a partir de ahora sean nombradas miembros de mesa las personas que se encuentren en paro. Como hay muchos parados que no reciben seguro, la cantidad de dinero que recibiesen les vendr¨ªa muy bien (aunque ya s¨¦ que no es la soluci¨®n para resolver sus problemas; es evidente que no), y a los parados que reciban seguro de paro, en el caso de que ¨¦ste sea suficiente, se les podr¨ªa incluso dar una cantidad menor, considerando que el resto lo reciben a trav¨¦s del seguro.

A veces me pregunto si estas cartas sirven para algo o caen en saco roto. Qui¨¦n sabe. Espero que alguien se fije en estas propuestas y se hagan las modificaciones necesarias.