Y ahora las municipales
AYER DIO comienzo la campa?a para las elecciones municipales. La decisi¨®n del Gobierno de situar estos comicios despu¨¦s de las legislativas no fue inocente. Es presumible que el cansancio ciudadano y el drenaje de fondos y de energ¨ªas de los partidos y de sus militantes va a transformar esa renovaci¨®n democr¨¢tica de la Administraci¨®n local -que esperaba turno, nada menos que desde 1933- en una pugna desganada y mucho menos viva de lo que el acontecimiento merec¨ªa. La colaboraci¨®n prestada al Gobierno por el PCE para ese aplazamiento, y la actitud del PSOE al apostar por las elecciones a Cortes, permitieron a UCD fijar la secuencia de los comicios de manera que favoreciera sus intereses. Tras la victoria del 1 de marzo, las posibilidades del partido del Gobierno, montado en la cresta de la ola, son mayores de loque habr¨ªan podido ser si la renovaci¨®n de los ayuntamientos se hubiera realizado en un clima de menor fatiga de los electores, de menor desmoralizaci¨®n de la izquierda y de mayor independencia respecto a las cuestiones generales de la gobernaci¨®n del pa¨ªs.Lo importante, en todo caso, es que los comicios municipales no sean manipulados o interpretados corno una especie de segunda vuelta de las legislativas. Hay demasiadas mediaciones entre la ideolog¨ªa o el modelo de sociedad de cada partido y los problemas municipales como para que sea l¨ªcito montar unas minielecciones generales a prop¨®sito de la designaci¨®n de alcalde. La capital de Espa?a -y los 8.000 municipios del resto del pa¨ªs- tienen planteados numerosos y delicados problemas cuya soluci¨®n o al¨ªvio no depende tanto de un an¨¢lisis ideol¨®gico como de capacidad de los cabeceras de lista y de sus equipos respectivos para afrontarlos. As¨ª que no est¨¢ en juego la consolidaci¨®n del. modelo de sociedad de UCD, ni la revancha del PSOE, ni el aumento de los votos comunistas, ni la rentabilidad electoral de la unificaci¨®n entre ORT y PTE. Lo ¨²nico que deber¨ªa contar en estos comicios son las garant¨ªas que los candidatos nos ofrezcan para hacer nuestros pueblos y ciudades algo menos invivibles.
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