El registro encefalogr¨¢fico plano no es la ¨²nica prueba que define la muerte
?Hoy ya no es admisible la sola prueba de un registro encefalogr¨¢fico plano, isoel¨¦ctrico, para definir la muerte.? Esta es la conclusi¨®n que ofrece a EL PA?S el doctor Armando Romanos, catedr¨¢tico de Pediatr¨ªa de C¨®rdoba, cuyo equipo ha llevado a cabo una interesante experiencia en un ni?o ingresado en la unidad de cuidados intensivos de la ciudad sanitaria Reina Sof¨ªa en estado de coma grado cuatro.
El ni?o recibi¨® asistencia respiratoria y, practicado un electroencefalograma, mostr¨® signos considerados hasta ahora como de muerte cerebral, con un trazado plano. Al d¨ªa siguiente, al practicarse nuevo registro encefalogr¨¢fico, le detectaron signos de actividad cerebral. Posteriormente este ni?o sigui¨® vivo. Al principio, con asistencia respiratoria, y despu¨¦s, durante once d¨ªas, fue capaz incluso de respirar por s¨ª mismo. Desgraciadamente, el ni?o, cuya identidad no ha sido facilitada, con un grave deterioro neurol¨®gico, falleci¨®. En opini¨®n del profesor Romanos, no es posible imputar directamente el fallecimiento al episodio que primitivamente padeci¨®.?Hasta qu¨¦ punto esta aportaci¨®n cl¨ªnica puede modificar el concepto de la muerte legal a efecto de extirpaci¨®n de v¨ªsceras humanas para un posterior trasplante? El equipo del doctor Romanos, tras haber estudiado los problemas relacionados con la muerte, ha llegado a la conclusi¨®n de que es extraordinariamente dif¨ªcil establecer criterios objetivos para la definici¨®n de la muerte, tanto de la muerte biol¨®gica como de la muerte en sentido metaf¨ªsico. ?Hoy no es admisible, en su criterio, un registro encefalogr¨¢fico plano para determinar una situaci¨®n de muerte en el individuo.?
Con envidiable modestia, el equipo reconoce, y as¨ª se dij¨® en la presentaci¨®n del caso en el transcurso de una sesi¨®n cl¨ªnica en la ciudad sanitaria. Reina Sofia de C¨®rdoba: ?No somos los ¨²nicos que buceamos eri, este campo. En la bibliograf¨ªa m¨¢s reciente se est¨¢n poniendo muy a discusi¨®n hechos como el relatado. Existen -dijo- otros elementos objetivos de mayor valor para poder definir esto que llamamos muerte. Hechos objetivos que ser¨ªan pruebas cl¨ªnicas diversas, dif¨ªciles de vulgarizar, todas ellas conocidas a nivel de medicina legal y forense.?
?No soy qui¨¦n -afirm¨® el doctor Romanos- para decir si esta aportaci¨®n vendr¨¢ a dificultar el curso de los trasplantes.? Manifest¨®, sin embargo, su creencia de que ello plantea un problema que desborda los l¨ªmites puramente profesionales de la medicina, entrando dentro de la sociolog¨ªa, el derecho, la metaf¨ªsica e incluso la religi¨®n.
Lo cierto es que este hecho, cuyos detalles se guardan todav¨ªa en secreto por el equipo m¨¦dico, aunque los datos fundamentales de la experiencia est¨¢n archivados y a disposici¨®n de quienes quieran comprobarlos, cuestiona en principio la posibilidad de trasplantes de ¨®rganos extra¨ªdos a las veinticuatro horas del fallecimiento de una persona.
Este caso ser¨¢ expuesto, junto con otras experiencias, en un pr¨®ximo simposio sobre Humanidades en pediatr¨ªa.
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