Esta semana pueden quedar decididos los precios agrarios

Se reanudan hoy, en el Ministerio de Agricultura, las negociaciones entre Administraci¨®n y organizaciones agrarias para el establecimiento de los precios de productos agrarios sometidos este a?o a regulaci¨®n de campa?a. Tras un proceso de reuniones, que dura ya 42 d¨ªas, ser¨¢ posiblemente ma?ana cuando comiencen las negociaciones propiamente dichas, estudiando los precios, producto por producto, y con el propio ministro de Agricultura, Lamo de Espinosa, como interlocutor v¨¢lido con capacidad ejecutiva. Hasta ahora, el FORPPA s¨®lo ha sido el ?coordinador? de un negociaci¨®n que, seg¨²n todos los indicios, est¨¢ pr¨®xima a su culminaci¨®n. Escribe Carlos Rodr¨ªguez.

El primer contacto entre Gobierno y sindicatos agrarios tuvo lugar el d¨ªa 6 de febrero. El FORPPA convoc¨® a cinco organizaciones nacionales a un contacto previo, en el que pulsar¨ªa su opini¨®n respecto de una nueva negociaci¨®n, explicar¨ªa su propia postura y les entregar¨ªa un cuestionario sobre cada producto, que deber¨ªa entregarse, debidamente cumplimentado, en el plazo de diez d¨ªas. Las organizaciones de agricultores citadas entonces fueron la Confederaci¨®n Nacional .de Agricultores y Ganaderos (CNAG), Centro Nacional de J¨®venes Agricultores (CNJA), Uni¨®n de Federaciones de Agricultores de Espa?a (UFADE), Federaci¨®n de Trabajadores de la Tierra (FTT) y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Esta ¨²ltima tuvo que abandonar aquella reuni¨®n por decisi¨®n mayoritaria de los asistentes, al manifestarse en varias calles madrile?as 5.000 de sus afiliados. Era la primera tensi¨®n resultante de la pugna entre la COAG y la FTT por la hegemon¨ªa en el agro espa?ol y tambi¨¦n en las negociaciones. La Administraci¨®n, que negocia por medio del FORPPA, manifest¨® su deseo de seguir, en cuanto al m¨¦todo de fijaci¨®n de precios, el utilizado por la CEE (m¨¦todo objetivo), que consiste en recoger da tos de varias explotaciones-tipo y con ellos establecer unos precios medios. La postura de los sindicatos, a la vista de esta alternativa de sus respuestas a los cuestionarios y de las primeras reuniones qued¨® as¨ª: la FTT pretend¨ªa negociar producto a producto, como el a?o pasado, concediendo mucha importancia a las medidas complementarias. La CNAG aceptaba la posibilidad de seguir el m¨¦todo objetivo, y si no fuera posible ponerlo en pr¨¢ctica con la infraestructura espa?ola, un sistema mixto objetivo, producto a producto; este m¨¦todo ser¨ªa el adecuado para la COAG, dada la posici¨®n de los precios de los distintos productos. Los precios se deb¨ªan negociar junto con las medidas complementarias, haci¨¦ndose necesaria una clarificaci¨®n de la comercializaci¨®n de los productos. El CNJA argumentaba que una evaluaci¨®n del incremento global ser¨ªa un buen punto de partida para descender posteriormente a los productos regulados, siempre dentro de una pol¨ªtica agraria a corto y medio plazo. Y la UFADE aseguraba que la negociaci¨®n de precios deb¨ªa arrancar de los escandallos de producci¨®n; tambi¨¦n aceptaba como v¨¢lido el m¨¦todo mixto para la fijaci¨®n de precios.

Tras varias reuniones con todos los sindicatos, por separado y en conjunto, el FORPPA sigue sin desvelar cu¨¢les son sus propuestas concretas. Antes de viajar a Brasil, el ministro de Agricultura se reuni¨® durante varias horas con el vicepresidente econ¨®mico, Abril Martorell, y obtuvo ?luz verde? del Gobierno para negociar. En su ¨²ltima reuni¨®n (viernes pasado), Luis Garc¨ªa reiter¨® la propuesta inicial de la Administraci¨®n de subir globalmente los precios en un 9%, pero todo hace suponer que Lamo de Espinosa estar¨¢ dispuestos a aceptar hasta el 12%, en lo que se prev¨¦ una negociaci¨®n rel¨¢mpago. No hay que olvidar que las elecciones locales est¨¢n convocadas para dentro de dos semanas y que un mal paso del Gobierno en el campo en materia de precios repercutir¨ªa en los votos.

El a?o pasado, la regulaci¨®n conjunta de los precios agrarios qued¨® establecida en los pactos de la Moncloa y deb¨ªa hacerse con antelaci¨®n suficiente para orientar las distintas campa?as. Este a?o, la Administraci¨®n no tiene obligaci¨®n legal de negociar, y si lo hace es por deseo expreso del ministro de Agricultura y ante una presunta oposici¨®n del vicepresidente econ¨®mico, Abril Martorell. Las organizaciones agrarias temieron, en principio, por las negociaciones ante el calendario pol¨ªtico; posteriormente, por la interinidad del Gobierno, y en ¨²ltima Instancia, por el distanciamiento de las posturas. Ahora se preguntan por qu¨¦ el Gobierno no decide institucionalizarlas por decreto, puesto que se hacen necesarias de cara a la integraci¨®n espa?ola en la CEE.

Se estudian este a?o los precios de los diecinueve productos sometidos a regulaci¨®n: trigo, cebada, avena, centeno, arroz, ma¨ªz, sorgo, habas secas (leguminosas-pienso), algod¨®n, girasol, remolacha azucarera, ca?a de az¨²car, aceite de oliva, vino, carne de bovino, carne de porcino, carne de aves, huevos y leche de vaca. Algunos sindicatos -entre ellos la COAG y la FTT- han mantenido su postura de negociar adem¨¢s otros productos como la patata, cebolla, tomate o carne de ovino, que tambi¨¦n est¨¢n regulados en la Europa de los nueve.

Los sindicatos, preocupados por el futuro y por lo que consideran insuficiente capacidad adquisitiva de las gentes del campo, solicitaron inicialmente incrementos globales para estos precios que oscilan entre el 16% y el 21%, aunque actualmente han unificado posturas en torno al 17,5%. Pero si estructuralmente es importante la discriminaci¨®n del sector agrario, a la hora de fijar los precios hay que tener en cuenta tambi¨¦n la presi¨®n coyuntural y la inestable situaci¨®n del productor agrario dentro del proceso econ¨®mico. En el establecimiento de los precios, de natural tendencia osciladora, influyen fundamentalmente el car¨¢cter biol¨®gico de la producci¨®n agr¨ªcola (imposibilidad de modificar su calidad tan r¨¢pidamente como en la industrial) y la peque?a elasticidad de la demanda alimentaria.

En estas negociaciones se estudian y aprueban solamente unos precios de referencia para algunos productos, pero que marcan despu¨¦s una clara influencia en la cesta de la compra y que pueden disparar los ¨ªndices de precios al consumo, a cuyos resultados, por impopulares, tiene tanto miedo el Gobierno. El grupo alimentario ocupa el 36,1% de los productos que integran la cesta de la compra, por ello el Gobierno habr¨¢ de tener en cuenta que unos porcentajes altos en el incremento global de los precios agrarios, como piden los sindicatos, podr¨ªan disparar a¨²n m¨¢s de lo previsto los ¨ªndices de precios al consumo; teniendo en cuenta, adem¨¢s, que si bien la renta agraria es menor que la industrial, no lo es tanto comparadas con sus respectivos costes.

Se prev¨¦ que en la pr¨®xima d¨¦cada, el consumo alimentario de los pa¨ªses de la Comunidad Econ¨®mica Europea se incrementar¨¢ a un ritmo medio del 3% anual en t¨¦rminos reales. Las modernas t¨¦cnicas industriales y financieras han abierto un proceso de creciente concentraci¨®n, que var¨ªa entre los pa¨ªses que la integran seg¨²n los sectores, y que apuntan hacia importantes mutaciones econ¨®micas y estructurales del organismo europeo. La entrada de Espa?a, Grecia y Portugal en la CEE como miembros de pleno derecho equilibrar¨¢ el sector agro alimentario, por tratarse de pa¨ªses mediterr¨¢neos que se complementan claramente con los ya integrados. Sin embargo, no debe olvidarse que ese mayor equilibrio en el terreno agroalimentario debe comenzar por el de cada uno de los pa¨ªses. Por ello, el Ministerio espa?ol de Agricultura est¨¢ llamado a modificar sus estructuras y acercarlas a las de los pa¨ªses miembros de la CEE. Para ello deber¨¢ incorporar a sus tareas a todo el sector agroalimentario, controlar su balanza comercial y tutelar el consumo del pa¨ªs.

Hace d¨ªas, el Gobierno espa?ol solicit¨® a la Comisi¨®n de las Comunidades Europeas la apertura de negociaciones sobre precios agr¨ªcolas. Al parecer, a nuestras autoridades les interesa de modo especial abordar algunos aspectos relativos al tratamiento que aplica la CEE a las producciones agr¨ªcolas espa?olas y, en general, todo lo que pueda plantearse bajo una proyecci¨®n de futuro. En este sentido, no estar¨ªa mal que el Gobierno espa?ol recordara la pretensi¨®n de la Comisi¨®n Europea de congelar los precios agr¨ªcolas en la campa?a 1979-80, con el fin de ?velar por los derechos del consumidor? (v¨¦ase EL PAIS de 1 de febrero).

Resulta curioso observar c¨®mo en los ¨²ltimos quince a?os el Ministerio de Agricultura no ha propuesto ni estudiado para el campo un mecanismo diferente al de la elevaci¨®n de precios, preocup¨¢ndole mucho m¨¢s el aspecto comercial que el productivo. A la vista de la coyuntura actual y de las perspectivas de futuro, tal vez fuera este el momento id¨®neo para que el Gobierno se plantee las estructuras del Ministerio de Agricultura e incluso su propia raz¨®n de ser.