La campa?a de la izquierda no responde a las expectativas
A lo largo de esta campa?a electoral, los partidos de izquierda no est¨¢n respondiendo a lo que parec¨ªa que iba a ser su imagen ante los comicios municipales. En efecto, tanto el tema de la corrupci¨®n municipal como la cuesti¨®n de la unidad de la izquierda para copar las entidades locales con corporaciones mayor?tariamente progre sistas se est¨¢n dejando de lado o al menos, se presentan muy difuminados. El Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE), el que m¨¢s ha hablado de las corruptelas municipales, sigue sin dar a conocer el dossier que guarda sobre esta grave cuesti¨®n, que ha contribuido a hacer ineficaz y sospechosa la gesti¨®n de los ayuntamientos.
Los partidos y los candidatos que acuden a las elecciones municipales tuvieron, antes de que se convocaran los comicios, una actitud diferente a la que ahora mantienen con respecto a esta confrontaci¨®n, la primera que ocurre a nivel local desde hace m¨¢s de cuarenta a?os. Este cambio de orientaci¨®n es especialmente notorio entre los partidos de izquierda y, en concreto, en los mayoritarios, PSOE y PCE. De decir que ?las elecciones municipales son la principal batalla del momento? (declaraci¨®n de los comunistas catalanes a principios de 1978) se ha pasado a aceptar que la campa?a de las elecciones generales fue demasiado dura e infructuosa, en cuanto a los resultados obtenidos por la izquierda, y que hab¨ªa que recortar el gasto electoral en las rnunicipales.Esa actitud no se ha traducido s¨®lo en la lentitud de la campa?a, que se desarrolla a ritmo menos vertiginoso que el que acompa?¨® a las generales, sino que se manifiesta tambi¨¦n en lo que los partidos dicen de lo que han sido y deben ser los ayuntamientos. Antes de que fueran convocados los comicios locales, todos los partidos de izquierdas hicieron denuncias, en abstracto, de la rampante corrupci¨®n que afecta a la vida municipal espa?ola. A lo largo de la campa?a, al menos hasta ahora, esas denuncias, sobre las que se pens¨® que iba a girar el debate electoral, no se han puesto de manifiesto. Casi dos semanas despu¨¦s de su comienzo, la campa?a municipal ha parecido una prolongaci¨®n de las diatribas que precedieron a las elecciones generales y que tambi¨¦n fueron referidas m¨¢s a propuestas de opciones pol¨ªticas que a la cr¨ªtica exhaustiva y sistem¨¢tica de los que han detentado el poder.
Los antiguos alcaldes, a UCD
En muchos municipios, la principal opci¨®n de derechas, Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, se desgaj¨® notoriamente del poder municipal, ante la eventualidad de las elecciones, para que la posible cr¨ªtica a la gesti¨®n anterior no salpicara a sus candidatos.
Sin embargo, esta pretensi¨®n de UCD, que podr¨ªa ser un factor determinante de que la izquierda no haya podido iniciar frontalmente un ataque, no ha impedido el trasvase de la vieja clase pol¨ªtica local al partido en el Gobierno. Esta presencia de antiguos; alcaldes y concejales en las listas de UCD se da especialmente en los peque?os municipios.
Otro de los prop¨®sitos de los partidos pol¨ªticos de izquierdas, explicado antes de que se convocaran las elecciones generales y las municipales, era el de conseguir alguna clase de alianzas que garantizaran un predominio progresista en las entidades locales. En el caso del PCE-PSOE, los partidos de la izquierda parlamentaria que m¨¢s posibilidades tienen en esta contienda, ese prop¨®sito fue se?alado por fuentes muy autorizadas. Este peri¨®dico dio publicidad a esos intentos de uni¨®n municipal entre comunistas y socialistas el mismo d¨ªa en que el partido de los primeros rivalizaba con el PSOE a trav¨¦s de los anuncios publicados en la prensa: mientras el PSOE aseguraba que la democracia y el socialismo pod¨ªan ser simbolizados por una rosa, el PCE daba a la luz un anuncio en el que aseguraba enf¨¢ticamente que ?la democracia no es un camino de rosas?.
El ambiente no estaba para alianzas, ni siquiera municipales. El ambiente ha seguido siendo ese: no es muy com¨²n que personajes tan comedidos en sus, relaciones parlamentarias, pol¨ªticas y personales, como Santiago Carrillo y Enrique Tierno Galv¨¢n, este ¨²ltimo candidato socialista a la alcald¨ªa de Madrid, se acusen en p¨²blico de no haber trabajado en su vida o de vivir en el limbo filos¨®fico.
Igual prop¨®sito unificador ten¨ªan algunas izquierdas regionales, como las del Pa¨ªs Vasco, Catalu?a y Andaluc¨ªa. La proximidad de los comicios generales, que acentuaron diferencias en las relaciones de los distintos grupos, impidi¨® esas coaliciones municipales, que en el caso del Pa¨ªs Vasco llegaron a darse por hechas, con su nombre y, todo.
El tema de la corrupci¨®n municipal, pues, ha quedado hasta ahora francamente intocado. El Partido Socialista Obrero Espa?ol ha manifestado en muchas ocasiones disponer de un dossier en el que se especifican casos manifiestos de corruptelas. Es posible que el PSOE guarde ese documento como un arma arrojadiza para los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a. EL PAIS solicit¨® hace unos d¨ªas datos de ese dossier. Tales datos fueron dados m¨¢s como insinuaciones que como el informe sistem¨¢tico que es de esperar que el mencionado partido tenga.
Por otro lado, la uni¨®n de las izquierdas no se ha logrado, a excepci¨®n del caso ORT-PTE, a cuya uni¨®n se le ha dado el calificativo de matrimonio de conveniencia despu¨¦s del descalabro en las generales. Pero los alcaldables de unas y otras opciones ya aparecen en p¨²blico, sonrientes (como sucedi¨® anteayer en Vallecas con los candidatos a la alcald¨ªa de Madrid) aunque en los m¨ªtines se sigan acusando de haber pasado por la vida sin cumplir con el deber del trabajo. Da la impresi¨®n de que lo que hacen los l¨ªderes de las distintas candidaturas municipales en este momento es acostumbrarse a ser compa?eros de corporaci¨®n.
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