Ah¨ª va nuestra mano
Diputado del Partido Nacionalista Vasco
?Vamos a discutir una parte peque?a de nuestras aspiraciones contenida en el Estatuto; una parte, peque?a pero apreciabil¨ªsima, en cuya defensa pondremos todos nuestro coraz¨®n, ya que tambi¨¦n, en las cosas peque?as est¨¢ la patria entera contenida. Seguimos adelante sin titubear. Pero si la incomprensi¨®n de quienes han de oirnos es tanta que aquel Estatuto se nos negara, sabed, compatriotas, en este momento solemne, que vuestros diputados est¨¢n conjurados para pedir en pleno Parlamento, arrostrando hasta la muerte, si preciso fuera, la independencia plena de Euskadi.?
Estas emocionantes palabras las pronunci¨® el tan a?orado Lendakari vasco don Jos¨¦ Antonio de Aguirre con motivo del Aberri Eguna celebrado en Bilbao el a?o 1932. Este discurso tiene hoy plena vigencia.
En diversas ocasiones he hecho m¨ªas estas frases, sobre cuyo contenido y, alcance, en los momentos que estamos viviendo, he meditado a fondo, dadas las negras tinieblas que sobre el proyecto de Estatuto de autonom¨ªa parecen acechar en Madrid.
Las circunstancias en las que nuestro lendakari las dijo no son las mismas, pero s¨ª muy semejantes. Hoy y ayer, su mensaje produce un escalofr¨ªo por todo el cuerpo; hoy, como ayer, su impacto es grande y provoca rasgaduras de vestiduras y esc¨¢ndalos mal¨¦volos. ?Por qu¨¦?
Me pregunto, ante tanto farise¨ªsmo, qu¨¦ caminos le quedan a un partido como el Nacionalista Vasco, que con la paz y el di¨¢logo por toda arma va a las m¨¢s diversas instancias de poder a plantear soluciones conciliadoras, solidarias, pol¨ªticas y justas para levantar a Euskadi, para asegurar su supervivencia como pueblo, y no recibe como respuesta m¨¢s que vejaciones, incomprensiones, ataques fulminantes y negativas rotundas.
No hay que recordar a nadie el calvario que padeci¨® el Partido Nacionalista Vasco en los debates constitucionales, en los que UCD rompi¨®, por cinco veces consecutivas, sus compromisos. A nadie se le oculta que la v¨ªa foral que plante¨® el Partido Nacionalista Vasco en sus enmiendas a la Constituci¨®n (disposici¨®n adicional) fue rechazada aun cuando era una oportunidad hist¨®rica para empezar a curar las heridas abiertas que a¨²n tiene el pueblo vasco.
Todo el mundo sabe que no s¨®lo no devuelven a Guip¨²zcoa y Vizcaya sus conciertos econ¨®micos, sino que existe el peligro inminente de que los arrebaten a Alava y Navarra.
Nadie desconoce la cicater¨ªa de UCD para con el Decreto de biling¨¹ismo, o su racaner¨ªa a la hora de traspasar facultades al Consejo General Vasco, o su incalificable torpeza al intentar solucionar los problemas de nuestro pueblo con medidas policiales, no generando otra cosa m¨¢s que radicalismo y exacerbando a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos, como se ha comprobado en las pasadas elecciones.
Pues bien, el Partido Nacionalista Vasco, en medio de este contexto, a pesar de todo. y de todos, contra viento y marea, y sin cambiar sus objetivos y estrategias, aunque a su alrededor surja la violencia revolucionaria o la incomprensi¨®n m¨¢s cruel para con los derechos de un pueblo, vuelve a plantear soluciones pol¨ªticas, dialogantes y pac¨ªficas, a trav¨¦s del Estatuto de autonom¨ªa. Se nos cerr¨® una v¨ªa, la foral; vamos, entonces, por otra, la estatutaria.
El proyecto de Estatuto de autonom¨ªa, presentado el 29-12-78 en el Congreso, es un proyecto constitucional. Precisamente el Partido Nacionalista Vasco no quiso, aunque fuera m¨¢s f¨¢cil, hacer un Estatuto testimonial ni demag¨®gico porque sus recortes o rechazo en Madrid podr¨ªan generar a¨²n m¨¢s frustraciones en Euskadi, y Euskadi no est¨¢ para m¨¢s frustraciones. Esto lo saben hasta en el m¨¢s rec¨®ndito lugar del mundo.
El Partido Nacionalista Vasco ha trabajado y defiende un proyecto de estatuto realista y posibilista. El Partido Nacionalista Vasco ha sabido contener una gran parte de sus aspiraciones en aras de la concordia y el entendimiento,
Muy pocos saben de lo ingrata que es la tarea asumida por el Partido Nacionalista Vasco, del coste que genera, d?el esfuerzo que supone en el contexto de la Euskadi de la Rep¨²blica y de la Euskadi actual. Cu¨¢nto m¨¢s f¨¢ciles son otras t¨¢cticas y otros m¨¦todos mucho m¨¢s espectaculares e incluso hasta m¨¢s populares. Pero el Partido Nacionalista Vasco, en su lucha por una mayor libertad, justicia, solidaridad y, paz, no va a regatear esfuerzos, como no los ha regateado nunca.
Pero la paciencia del pueblo, la paciencia del Partido Nacionalista Vasco, tiene-unos l¨ªmites. No puede ya nadie provocar m¨¢s a nuestro pueblo sin que se agote nuestra paciencia.
Y para eso, para lograrque se acabe de una vez tanta ¨ªncom prensi¨®n, tanta marginaci¨®n, tanto desoir las reivindicaciones de nuestro pueblo el Partido Nacionalista Vasco, junto con otros partidos, tiende una mano de paz y reconciliaci¨®n: el proyecto de Estatuto de autonom¨ªa, la ¨²ltima esperanza, el ¨²ltimo vag¨®n del ¨²ltimo tren de paz que pasa por Euskadi. ?Que nadie lo vac¨ªe de contenido, que nadie lo rebaje en su esencia!
Si, a pesar de todo nuestro esfuerzo y sacrificio, se nos rechaza rotundamente la mano que ten,demos, ?sabed, compatriotas, que nuestros diputados est¨¢n conjurados para pedir en pleno Parlamento), arrostrando hasta la muerte, si preciso fuera, la independencia plena de Euskadi?. (Jos¨¦ A. de Aguirre, 1932.)
?Qu¨¦ otra salida le puede quedar al Partido Nacionalista Vasco, con las v¨ªas foral y estatutaria cerradas, con los ¨¢nimos exasperados y rotos, con la paciencia colmada y, con los derechos vascos ignorados?
?Que no llegue este momento, que no sea necesario, porque la raz¨®n y la comprensi¨®n se imponen por encima de partidismos y personalismos! Este es el deseo del Partido Nacionalista Vasco y su responsabilidad. Que cada uno asuma la que le corresponde, y que no se cumplan los negros presagios que sobre el proyecto de estatuto parecen cernirse en medios pol¨ªticos poderosos.
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