PTE-ORT: sobre la orientaci¨®n estrat¨¦gica del nuevo partido
Secretario general del Partido del Trabajo de Espa?a
La unificaci¨®n PTE-ORT en marcha ha causado un apreciable impacto en la opini¨®n p¨²blica y ha suscitado comentarios de los m¨¢s diversos (aprobaci¨®n, ataques, interrogantes). Parece obvio que esta unificaci¨®n, en la medida que crea una fuerza m¨¢s potente que pueda ser un polo de atracci¨®n pol¨ªtica, preocupa -en positivo o negativo- a todas las grandes estrategias que pugnan en nuestro pa¨ªs, incluidas las internacionales. ?A qu¨¦ lado se inclinar¨¢ el nuevo partido? ?A qu¨¦ y a qui¨¦n beneficiar¨¢ o perjudicar¨¢ en su actividad inmediata y a largo plazo?
Hay dos estrategias importantes y claras de la izquierda representada en el Parlamento: el PSOE, como alternativa de poder que entra?a la defensa del bipartidismo, y la pol¨ªtica de concentramos "pol¨ªtica a la italiana" (PCE). Y una estrategia netamente predominante en la derecha (UCD): utilizar las contradicciones entre las dos anteriores para asegurar el hegemonismo de la derecha, con lo que ello implica de soluciones econ¨®micas, concreci¨®n de los derechos democr¨¢ticos y nacionales y decisiones en pol¨ªtica exterior. Las dos primeras tienen diversas caracter¨ªsticas esenciales comunes.
El contenido: Ambas plantean simples matizaciones de contenido respecto al programa econ¨®mico-social que puede aplicar UCD. Respetan los l¨ªmites estrictos del modelo que se ha venido configurando en Europa durante los ¨²ltimos treinta a?os. Un modelo que objetivamente ya no puede ni solucionar el paro, ni mantener -y mucho menos mejorar- la capacidad adquisitiva de los salarios, ni conceder los bienes sociales que fueron posibles en la ¨¦poca de crecimiento del capitalismo europeo. A este respecto puede comprobarse declaraciones de dirigentes socialistas antes de las elecciones, pues lo afirmaban textualmente. En cuanto a la pol¨ªtica de concentraci¨®n, hoy, o es una utop¨ªa pretender que UCD acepte un programa econ¨®mico progresista que modifique ese modelo... -da?ando al capital financiero-, o es una repetici¨®n de los pactos de la Moncloa, que mostraron, descaradamente y en la pr¨¢ctica, lo que afirmamos.
Las relaciones dentro de la izquierda: Es evidente que considerar al PSOE como alternativa o estrategia del bipartidismo entra?a objetivamente la reducci¨®n de las otras fuerzas de la izquierda a la m¨¢s m¨ªnima expresi¨®n, a su anulaci¨®n pr¨¢ctica como factor pol¨ªtico.
La pol¨ªtica de concentraci¨®n necesita objetivamente del desplazamiento del PSOE como partido hegem¨®nico de la izquierda y de evitar el surgimiento y desarrollo de una opci¨®n como la que nosotros representamos, para poder forzar acuerdos tripartitos de gobierno al estilo de los citados pactos de la Moncloa. De ah¨ª que durante el ¨²ltimo a?o y medio hayan privado a menudo los acuerdos UCD-PCE frente al PSOE y las otras opciones; la especial agresividad del PCE al PSOE durante las elecciones, mientras ignoraba a UCD, etc¨¦tera.
En resumen, ambas estrategias entra?an el choque continuo y prioritario dentro de la izquierda, el desgaste mutuo aprovechado y estimulado desde el Gobierno, entendi¨¦ndose con uno o con otro, seg¨²n las circunstancias y el asunto que est¨¦ sobre el tapete.
La primera diferencia esencial de la alternativa que representamos es de contenido. Nos oponemos al pragmatismo conservador y entreguista. Consideramos la defensa de los intereses pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales de los trabajadores como la raz¨®n de existencia del partido, y el modelo caduco existente como algo a cambiar; el choque con los intereses minoritarios del capital financiero como inevitable, sin da?ar los cuales no pueden conseguirse avances acordes con los intereses de los pueblos de Espa?a.
Esta estrategia se caracteriza y caracterizar¨¢ tambi¨¦n por defender continua y prioritariamente la colaboraci¨®n de la izquierda, planteando cotas cada vez mayores de esa colaboraci¨®n. Basaremos el avance y la penetraci¨®n de nuestras ideas en el cuerpo social, no en el ataque destructivo a nuestros ?competidores? de la izquierda, sino en nuestra consecuencia, decisi¨®n e inteligencia en la defensa de los intereses obreros y populares, en nuestra sistem¨¢tica propuesta y b¨²squeda real de esa colaboraci¨®n deseada por tanta gente, y, cuesti¨®n b¨¢sica para cortar el paso a la derecha, conseguir la salida democr¨¢tica a la crisis y satisfacer las demandas y aspiraciones de los trabajadores y los pueblos de Espa?a.
S¨®lo como m¨¦todo de exposici¨®n, pero no como reflejo de los fen¨®menos reales, pueden separarse los problemas de pol¨ªtica internacional de los problemas internos de cualquier sociedad en nuestros d¨ªas. Principalmente las dos superpotencias (EEUU y URSS) que se disputan la hegemon¨ªa mundial intervienen directa o indirectamente (a trav¨¦s de partidos nacionales) en todos los pa¨ªses para mantener su zona de influencia y tomar posiciones en la del adversario. Hasta ahora, en la naciente democracia, esa pugna en Espa?a no se proyecta principalmente sobre cuestiones espec¨ªficarnente de pol¨ªtica exterior, sino en el apoyo que cada superpotencia le est¨¢ dando al (o a los) partido (s) m¨¢s o menos proclives a ellos, para que conquiste.n posiciones de fuerza en base a los problemas internos de nuestro pa¨ªs.... por el momento.
La orientaci¨®n b¨¢sica, a este respecto, del nuevo partido unificado est¨¢ recogida claramente en la declaraci¨®n conjunta que hemos hecho p¨²blica y en base a la cual se produce la unificaci¨®n: negativa a la integraci¨®n en la OTAN, integraci¨®n en las Comunidades Europeas, teniendo en cuenta los intereses populares; conquistar la plena independencia pol¨ªtica, econ¨®mica y militar respecto a EEUU (que es quien hoy la socava) y en ese proceso evitar que la dependencia del imperialismo de EEUU sea sustituida por el hegemonismo de la URSS.
Para que la alternativa o estrategia general que caracteriza al partido, fruto de la unificaci¨®n PTE-ORT, tanto en pol¨ªtica interior como exterior, se abra paso, consideramos la iniciativa y actividad obrera y popular como claves. Dicho con la terminolog¨ªa tradicional de la izquierda: consideramos la actividad de masas, en base a los derechos que garantiza la Constituci¨®n, como motor y factor determinante de toda posibilidad de cambio.
Pero sobre esta base, toda fuerza que no se limite a pregonar su objetivo futuro, sino que quiera ir cambiando la sociedad, para hacer avanzar esa causa necesita establecer compromisos, aunque a veces ¨¦stos no puedan ser sino de corta duraci¨®n y alcance, a la hora de librar cada batalla parcial para unir en cada caso y momento al mayor n¨²mero de fuerzas susceptibles de ser unidas. Los compromisos son acuerdos entre dos o m¨¢s; por tanto, no dependen s¨®lo de nuestra elecci¨®n a priori, sino tambi¨¦n, de la actitud que adopten los dem¨¢s.
Por ejemplo, ante la unificaci¨®n, mientras el PSOE ha hecho comentarios favorables, dirigentes del PCE se han expresado con la mayor agresividad, llegando a ataques calumniosos. Tomando esto en consideraci¨®n, aparece como m¨¢s factible el llegar a compromisos con los socialistas, pues la estrechez de miras y el chovinismo de esos dirigentes del PCE determinan que esas sean las ¨²nicas posibilidades inmediatas de alianzas. De ello se desprende que si, actuando de esta forma, de nuevo desde la direcci¨®n del PCE se nos atacara acus¨¢ndonos de favorecer el bipartidismo, estar¨ªan cometiendo un grave fraude ante la opini¨®n p¨²blica, pues si, en lugar de arremeter contra la izquierda, antepusiera los intereses obreros y populares al partidismo estrecho y mezquino, se abrir¨ªa la v¨ªa de la m¨¢s amplia colaboraci¨®n en defensa de esos intereses.
Por ejemplo, cuando se trate de oponemos al ingreso en la OTAN o cualquier otra medida que nos suelte lastre respecto del imperialismo de EEUU, coincidiremos objetivamente con los partidos de influencia sovi¨¦tica (entre los que incluyo, y destacadamente, al PCE).
En resumen, la justeza de los compromisos s¨®lo podr¨¢ ratificarse si a trav¨¦s de todos ellos, de los zig-zags de la pol¨ªtica pr¨¢ctica, se avanza hacia los objetivos interiores y exteriores planteados. La posibilidad pr¨¢ctica de hacerlos y con qui¨¦n, repito, depende tambi¨¦n de la actitud de los dem¨¢s ante cada asunto. Condenamos tanto el bipartidismo como la claudicaci¨®n. Aspiramos a que con nuestra labor los trabajadores reclamen y exijan de las direcciones de los partidos de izquierda una pol¨ªtica de colaboraci¨®n entre ellos, pero no en torno a un programa como el de los pactos de la Moncloa, sino en torno a una salida progresista a la crisis, al desarrollo real de la democracia, a la defensa de los derechos de las nacionalidades y regiones y de la plena soberan¨ªa e independencia de la patria. Se trata de una estrategia independiente, no subsidiaria, una alternativa distinta.
Este es mi punto de vista personal sobre algunas orientaciones b¨¢sicas del nuevo partido, que, por otra parte, se desprenden de la lectura de la declaraci¨®n conjunta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.