Miedo en los pueblos de la zona afectada
El miedo y la preocupaci¨®n pod¨ªan mascarse ayer en el ambiente de los peque?os y semidesiertos pueblos cercanos a la central nuclear Three Miles Island, aunque no se registraron escenas de p¨¢nico, ni se produjeron embotellamientos en las carreteras.
Avanzando desde Baltimore, por la carretera US 83, hacia Harrisburg, la capital. del estado de PennsyIvania, situada a s¨®lo diecis¨¦is kil¨®metros de la planta at¨®mica en la que se registr¨® el grave accidente el mi¨¦rcoles, nada hace pensar que todo este ¨¢rea est¨¦ expuesto a sufrir las consecuencias de lo que podr¨ªa ser la primera cat¨¢strofe en la historia de la energ¨ªa nuclear
Tr¨¢fico escaso
El tr¨¢fico es escaso y en su gran mayor¨ªa se mueve en direcci¨®n a Baltimore, es decir abandonando esta zona, conocida como el Duich countryside, llena de verde y rica en ganader¨ªa. S¨®lo en York, a unos cuarenta kil¨®metros de Harrisburg, pueden detectarse colas relativamente largas en las gasolineras. Cerca del r¨ªo Susquehanna, que ba?a la capital del estado y en el que, kil¨®metros m¨¢s abajo est¨¢ situada la planta at¨®mica, en una peque?a isla (la isla de las tres millas) puede verse un movimiento anormal de coches de polic¨ªa, camiones y ambulancias.No se sabe con exactitud el n¨²mero de personas que han abandonado este ¨¢rea, en los con dados de York, Cumberland, Perry, Dauphin y Lancaster, desde que se diera la alerta sobre el accidente ocurrido en la central at¨®mica. Los campos est¨¢n desiertos, as¨ª como las calles de los pequenos pueblos cercanos a la capital.
En cualquier caso, la mayor¨ªa de los residentes que hansalido precipitadamente de sus hogares no ha acudido a los quince centros de refugiados instalados por las autoridades, sino que han viajado a casas de sus familiares en otros estados. Carteles improvisados, escritos a mano, se?alan el camino a los refugios que, por el momento, no ser¨¢n utilizados.
En Harrisburg, el gobernador del estado, Dick Thornburgh, descart¨® ayer la posibilidad de una evacuaci¨®n, aunque mantuvo su consejo de que las mujeres embarazadas y los ni?os en edad preescolar se mantengan fuera de un ¨¢rea de ocho kil¨®metros alrededor de la central. La evacuaci¨®n habr¨ªa afectado de modo inmediato a unas 13.000 personas, y en fases sucesivas, en caso de que la situaci¨®n empeorase, a m¨¢s de 100.000, pudiendo llegar a un mill¨®n en caso extremo
En Harrisburg, en uno de cuyos cines se proyecta, por cierto, la pel¨ªcula The China syndrome, en la que se describe un accidente muy similar al registrado en la central de There mile island, hubo momentos de confusi¨®n, cercanos al p¨¢nico, cuando son¨® la alarma antia¨¦rea el viernes a mediod¨ªa. Luego se explic¨® que fue un error, pero el susto no se lo quit¨® nadie a los habitantes, muchos de los cuales se precipitaron a sus autom¨®viles.
Pueblos desiertos y toque de queda
En Middletown, un pueblecito situado a cinco kil¨®metros de la central at¨®mica, se impuso el viernes el toque de queda desde las nueve de la noche a las siete de la ma?ana. Ante la posibilidad de saqueo de tiendas o de robos en las casas abandonadas precipitadamente, el jefe de polic¨ªa orden¨® a sus hombres disparar contra aquellos que sean sorprendidos entreg¨¢ndose al saqueo.Goldsboro, que cuenta con seiscientos habitantes, ten¨ªa ayer menos de un centenar, y ofrec¨ªa un aspecto fantasmal. En Hershey, situado a unos veinte kil¨®metros de la planta nuclear, pasaron la noche m¨¢s de ochenta ni?os y un centenar de mujeres.
La Hershey Arena, un palacio de los deportes dotado de una gran pista de hielo para hockey y patinaje, fue habilitada como centro de refugiados. Algunas mujeres ten¨ªan a¨²n puestos los rulos en la cabeza, y una de ellas manifestaba que aunque pase la alarma y pueda volver a su casa ?nunca ser¨¢ igual? en el futuro, porque desde ahora tendr¨¢n miedo a vivir cerca de la central at¨®mica.
Tel¨¦fono rojo con la Casa Blanca
Helic¨®pteros militares sobrevuelan de vez en cuando la regi¨®n Algunos de ellos llevan a bordo a cient¨ªficos encargados de medir el nivel de radiactividad. Otros transportan altos funcionarios del Gobierno desde Washington, Un tel¨¦fono rojo ha sido instalado entre el despacho del gobernador del estado y la Casa Blanca, pero la responsabilidad de decidir la evacuaci¨®n corresponde al gobernador Thorriburgh, quien la ha descartado por el momento.
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