"El ¨¢rbol de los zuecos", un documento sobre los campesinos italianos
Como continuaci¨®n de la l¨ªnea que va de Novecento (Bernardo Bertolucci, 1977) a Padre Padrone (Paolo y Vitorio Taviani, 1978), en El ¨¢rbol de los zuecos, la pel¨ªcula de Ermanno Olmi, ganadora del ¨²ltimo festival de Cannes, tambi¨¦n hay una visi¨®n del campesinado de principios de siglo, pero con la diferencia que mientras en aquella hab¨ªa una ideolog¨ªa comunista seg¨²n el pensamiento de sus realizadores, en ¨¦sta la hay dem¨®crata cristiana, tambi¨¦n seg¨²n la ideolog¨ªa de su director.Hablada en dialecto bergamasco, interpretada por campesinos de la regi¨®n, El ¨¢rbol de los zuecos es un documento sobre la vida de los campesinos italianos de la regi¨®n de B¨¦rgamo que comienza en 1898. Con sus tres horas de duraci¨®n, su coste reducido y su producci¨®n por radiotelevisi¨®n italiana, esta pel¨ªcula es el resultado de m¨¢s de veinticinco a?os de trabajo de Olmi, su desconocido director.
Ermanno Olmi nace en B¨¦rgamo en julio de 1931. Interrumpe sus estudios para trabajar en Edisonvolta, una gran empresa el¨¦ctrica milanesa. Comienza a rodar documentales sobre los problemas de su empresa y as¨ª nace en 1954 la secci¨®n de cine de Edisonvolta, donde Olmi hace unos cuarenta documentales en los que trata de superar el esquema t¨ªpico con referencias m¨¢s directas a la realidad.
En 1964 empieza a hacer documentales para televisi¨®n. Sus ¨²ltimos trabajos cinematogr¨¢ficos son E venne un uomo (1964), donde utiliza al norteamericano Rod Steiger, el ¨²nico actor profesional de su obra, para dar su versi¨®n del diario ¨ªntimo del papa Juan XXIII; y Un cierto d¨ªa (?Un certo giorno?, 1969), donde aprovecha un accidente automovil¨ªstico para contar la crisis de conciencia de un publicitario de mediana edad.
?Tambi¨¦n para m¨ª -dice Olmi- El ¨¢rbol de los zuecos es un retorno a los or¨ªgenes, un mirarme hacia dentro. Mis tres primeras pel¨ªculas se sit¨²an en un mundo obrero brotado de la ¨²ltima generaci¨®n campesina. Despu¨¦s he vuelto hacia el mundo burgu¨¦s, en Un certo giorno y La circostanza, tratando de describir el papel que ha asumido el burgu¨¦s de hoy. Porque yo tambi¨¦n me considero un burgu¨¦s fallido. Pero he conseguido recobrar mi realidad y con la ambig¨¹edad y el privilegio de la condici¨®n burguesa me he ido a vivir con mi familia a Asiago, dondu he podido reanudar mis relaciones, con una comunidad que conserva la unidad de que hab¨ªa dado el pruebas el mundo campesino. Esto me ha permitido enfrentarme con mi pasado y encontrar, de nuevo, respuestas en el presente. Las ¨²nicas posibles, las de la tierra. Esto lo he intentado sugerir en El ¨¢rbol de los zuecos.?
?Las diferentes historias que componen mi ¨²ltima pel¨ªcula sigue Olmi- nacen de los recuerdos del mundo campesino que conoc¨ª en mi infancia, cuando iba de vacaciones a casa de mis abuelos. Son narraciones que o¨ª a los viejos, durante tardes en el establo o bajo el p¨®rtico, cuando se esperaba que los ni?os se durmiesen y se finalizaban los ¨²ltimos trabajos del d¨ªa. He visualizado estas historias, que se refieren tanto a finales de siglo siglo a principios, en la realidad de un mismo momento, porque el mundo campesino no vari¨® hasta el final de la ¨²ltima guerra, en que el siglo XIX dej¨® de estar presente. ?
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