Una ni?a de veinte meses fue maltratada en una guarder¨ªa de Carabanchel
Un extra?o caso de agresi¨®n a una ni?a de veinte meses, Cristina Jarr¨ªn Fari?as, ha conmocionado a las familias del barrio de Comillas, en Carabanchel, y motivado la presentaci¨®n de una querella contra la directora de la guarder¨ªa El Nido. Seg¨²n la versi¨®n de los hechos ofrecida por la madre de la ni?a, Josefa Fari?as, cuando el pasado 2 de abril fue a recoger a su hija, una de las cuidadoras se la entreg¨® cubierta de mordiscos en la cara y una pierna, as¨ª como ara?azos cerca de los ojos y la cara cubierta de sangre, sin que nadie quisiera facilitar una explicaci¨®n satisfactoria del incidente.
La ni?a Cristina Jarr¨ªn hace apenas un mes que queda al cuidado de la guarder¨ªa El Nido, sita en el n¨²mero 48 de la calle de Fern¨¢ndez D¨ªaz de Mendoza, en el barrio de Comillas, distrito de Carabanchel. Su madre, Josefa, asiste a un curso de ayudantes de farmacia, por lo que necesita tres horas libres por la ma?ana: de 9.30 a 12.30, aproximadamente. El 2 de abril se encontr¨® con que su hija sal¨ªa de la guarder¨ªa con la cara llena de sangre, sin que nadie, al parecer, se hubiera preocupado no ya de evitar la agresi¨®n de que fue objeto, sino ni siquiera de curarla. Trasladada a un centro m¨¦dico cercano, se le apreciaron tres mordeduras en la cara: dos cerca de la boca y una en una mejilla; dos fuertes ara?azos en la frente y otro cerca de un ojo. Ya en su casa, al cambiarla de ropa, la madre apreci¨® otro fuerte mordisco en la pierna.Las gestiones de los padres para averiguar lo que hab¨ªa pasado con su hija fueron in¨²tiles en todo momento. La directora del centro se neg¨® en redondo a dar explicaciones concretas y se limit¨® a decir que hab¨ªa sido un ni?o de corta edad. La versi¨®n de una de las tres muchachas encargadas del cuidado de los 49 ni?os, todas ellas muy j¨®venes y sin conocimientos especializados, expone, en cambio, que fue una ni?a la agresora. Nadie ha explicado, en cambio, a qu¨¦ se debi¨® el ataque ni d¨®nde estaban las cuidadoras, que, al parecer, no hicieron nada por impedirlo, ni por qu¨¦ no la curaron m¨¢s tarde. La directora del centro, en un tono de voz desafiante, siempre seg¨²n la versi¨®n de los padres, les desafi¨® a que pusieran la denuncia y les amenaz¨® con represal¨ªas en caso de que lo hicieran. La denuncia fue puesta, en la comisar¨ªa de Carabanchel.
El extra?o incidente ha llamado fuertemente la atenci¨®n de todas las familias de la zona, preocupadas por las deficientes normas de atenci¨®n que, en general, se dispensan en las guarder¨ªas. Como expuso Josefa Fari?as a EL PA?S: ?Nuestra intenci¨®n es conocer qu¨¦ ni?o o ni?a infringi¨® tales da?os a nuestra hija, no para pedir su castigo, sino para saber si tiene alg¨²n problema psicol¨®gico que le pueda llevar a cometer otra acci¨®n semejante. La directora nos dijo m¨¢s tarde que hab¨ªa sido un ni?o y que le hab¨ªa expulsado deja guarder¨ªa pero eso pensamos que es una monstruosidad. "No es al ni?o a quien pedimos responsabilidades, sino a la direcci¨®n y a las cuidadoras de la guarder¨ªa. Lo que nos preocupa a las madres es que hechos como ¨¦ste puedan ocurrir sin que nadie se digne dar una explicaci¨®n convincente. La fuerza de la agresi¨®n fue tal. que hoy, cinco d¨ªas m¨¢s tarde, nuestra hija a¨²n tiene sangre seca en la cara, que no le podemos quitar porque se le ha formado como costra. El m¨¦dico nos mand¨® antibi¨®ticos y vitaminas, porque la ni?a se niega a comer, est¨¢ muy asustada, y nos recomend¨® tambi¨¦n que no la dej¨¢ramos de nuevo en un plazo de algunos meses. Lo incre¨ªble es la falta de preparaci¨®n y atenci¨®n de las responsables del centro. Hubiera bastado la aplicaci¨®n de compresas fr¨ªas en su momento para que Cristina no hubiera quedado marcada como lo est¨¢.?
Por su parte, la directora del centro, que prefiri¨® omitir su nombre, desmiente rotundamente las acusaciones de los padres: ?La ni?a llevaba en cuesti¨®n quince d¨ªas en la guarder¨ªa, y ese d¨ªa se encontraba jugando al lado de otra ni?a de diecisiete meses que acababa de ser admitida. Ambas estaban perfectamente vigiladas por las cuidadoras, y en un momento dado o¨ªmos un llanto y vimos que la segunda hab¨ªa mordido a la primera. A ¨¦sta la desinfectamos las heridas y m¨¢s tarde pedimos perd¨®n a sus padres, porque el incidente result¨® un disgusto para todos. Ia madre nos amenaz¨® con poner una denuncia, lo que no me extra?a que haya hecho, porque es una se?ora muy aficionada a poner denuncias por cualquier motivo; pero realmente esto no ha tenido mayor importancia que una pelea entre dos ni?as peque?as. L¨®gicamente nos negamos a dar el nombre de la otra ni?a, por respeto a sus padres; pero consultamos con ¨¦stos y nos confirmaron que su hija tiene tendencias a pegar a otros ni?os, por lo que les pedimos que la retiraran de la guarder¨ªa. Eso es todo lo que pas¨®.?
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