Surrealismo, versus erotismo
En el primer a?o y medio de vida de la colecci¨®n de libros er¨®ticos La Sonrisa Vertical, que tan acertadamente dirige el especialista Luis G. Berlanga, han aparecido textos fundamentales como Memorias de una cantante alemana, de Wilhelmine Schroeder-Devrienty los dos amplios vol¨²menes de Mi vida secreta, de un autor an¨®nimo ingl¨¦s. En esta misma colecci¨®n acaba de publicarse una cuidada edici¨®n de una de las obras fundamentales del g¨¦nero, Historia del ojo.
Escrita hacia 1927 por Georges Bataille (1897-1962) como consecuencia de una fuerte crisis, posiblemente de naturaleza religiosa, en un momento en que realiza un tratamiento psicoanal¨ªtico con el doctor Adrien Borel, el autor considera su redacci¨®n como una terapia. Esto explica la compleja mezcla de elementos religiosos, taurom¨¢quicos y er¨®ticos que integra la obra y que llega a una extra?a simbolog¨ªa en que las triadas ojo-sexo-huevo y placer-sexo-muerte flotan entre la entonces reci¨¦n nacida teor¨ªa psicoanalista y un surrealismo en todo su esplendor al que nunca lleg¨® a pertenecer directamente su autor.
Georges Bataille
Historia del ojo. Tusquets Editores. Barcelona, 1978.
Originalmente publicada en 1928, incluyendo unos datos para despistar al lector sobre el posible origen de la obra, que van desde el seud¨®nimo, Lord Auch, de las primeras ediciones, a los pies de imprenta de la segunda y tercera ediciones, fijados respectivamente en Burgos en 1940 y en Sevilla en 1941, con la misi¨®n principal de centrar la atenci¨®n sobre la autenticidad de los datos personales que llenan el texto.
En un largo e interesante pr¨®logo de Mario Vargas Llosa a la presente edici¨®n, entre otras cosas dice: ?En Historia del ojo lo importante no es... la exaltaci¨®n grandilocuente de la fiesta sexual ni... el desacato a Dios, sino, m¨¢s egoistamente, la confesi¨®n, mediante una escritura de naturaleza poco menos que documental, de una "experiencia interior". Esta experiencia no es racional, aunque el lenguaje que la refiere lo sea...? La edici¨®n, que tiene una buena traducci¨®n de Antonio Escohotado, se complementa con la reproducci¨®n de seis excelentes aguafuertes realizados por Hans Bellmer para una edici¨®n de lujo de esta misma obra publicada en Par¨ªs en 1944.
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