La alegr¨ªa de los n¨²meros

Pasar ¨¦l tiempo no es, forzosamente, matarlo. El tiempo es irrecuperable, desde luego, pero nosotros podemos hacerlo discurrir de acuerdo con nuestra voluntad. En su transcurso podemos crear, trabajar, dedicarnos al placer y tambi¨¦n, s¨ª, matarlo sin pena ni gloria. Pero ¨¦ste, precisamente, no siempre es el caso cuando nos entregamos a los llamados pasatiempos, que pueden constituir tan s¨®lo una simple distracci¨®n, pero que a menudo se convierten en el motor que hace funcionar la mec¨¢nica del ingenio.Y esto, por ejemplo, es as¨ª cuando los pasatiempos se nos ofrecen en forma de problemas y acertijos en los que los n¨²meros juegan un papel principal, como en el libro de Mariano Mataix, Divertimientos l¨®gicos y matem¨¢ticos. En cincuenta enunciados, Mataix nos presenta, con gran amenidad, diversos tipos de adivinanzas. Unas har¨¢n las delicias de los versados en matem¨¢ticas y obligar¨¢n a otros a desempolvar sus conocimientos algebraicos del bachillerato. Otras, por el contrario, como, Las matem¨¢ticas aplicadas a la investigaci¨®n criminal o La estratagema de B¨²falo Bill, requieren ¨²nicamente l¨®gica e imaginaci¨®n. Finalmente, no faltan los toques de humor, como en los enunciados de La importancia del n¨²mero siete y en el de Las tres aspirantes a secretaria, con el que, sonriendo, Mariano Mataix cierra su obrita.

En conjunto, cincuenta problemas que, indudablemente, han de satisfacer a los amantes de los n¨²meros y, en general, a los aficionados a los pasatiempos no rutinarios.