Atentado frustrado contra Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s
Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s, director general de Instituciones Penitenciarias, fue objeto ayer de un atentado, del que sali¨® ileso gracias a que la agresi¨®n fue repelida por la escolta policial que le acompa?aba y que oblig¨® a una r¨¢pida huida a los supuestos terroristas. El atentado se produjo poco despu¨¦s de las dos y cuarto de la tarde, a la altura del n¨²mero 84 de la calle de San Bernardo, de Madrid, cuando el se?or Garc¨ªa Vald¨¦s, que era seguido en otro autom¨®vil por el subsecretario de Justicia, Juan Antonio Ortega y D¨ªaz Ambrona, se dirig¨ªa desde el Ministerio hasta su domicilio.?No recuerdo si mi coche estaba ya parado en un sem¨¢foro en rojo o si est¨¢bamos reduciendo velocidad. De repente vi por la ventanilla derecha del veh¨ªculo un hombre que ten¨ªa una metralleta en las manos. Le dije al polic¨ªa que me acompa?aba: "Jos¨¦ Manuel, vienen a por m¨ª." Desde el mismo coche mi escolta empez¨® a disparar y lo mismo hicieron los polic¨ªas que viajaban en el coche que nos segu¨ªa, as¨ª como las escoltas de Juan Antonio Ortega D¨ªaz Ambrona.? Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s relat¨® as¨ª a EL PA?S el atentado. ?Mi escolta me ha salvado la vida. Afortunadamente, ninguno de ellos sufri¨® tampoco el m¨¢s m¨ªnimo rasgu?o?, a?adi¨®.
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Atentado frustrado contra el director de Instituciones Penitenciarias
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Seg¨²n el se?or Garc¨ªa Vald¨¦s, que fue localizado por EL PA?S a ¨²ltima hora de la noche de ayer, el cristal de la ventanilla delantera de su coche salt¨® por los aires como consecuencia de un disparo efectuado por alguno de los miembros del comando. ?El parabrisas del coche-escolta tambi¨¦n qued¨® hecho a?icos. Ha sido una gran suerte que nadie saliera herido?, prosigui¨®. ?Los miembros del comando -cinco, cuatro hombres y una mujer, seg¨²n me ha dicho la polic¨ªa- debieron quedarse desconcertados ante la r¨¢pida reacci¨®n de la escolta. Yo me qued¨¦ quieto, dentro del coche, hasta que me dijeron que lo mejor era regresar al Ministerio de Justicia?, explic¨® Carlos Garc¨ªa Vald¨¦s, quien permaneci¨® pr¨¢cticamente toda la tarde de ayer en la sede del Ministerio.
El director general de Instituciones Penitenciarias se puso inmediatamente en contacto con el ministro del Interior, genera Ib¨¢?ez Freire, y recibi¨® las llamadas a lo largo de la tarde del presidente del Gobiemo, Adolfo Su¨¢rez, quien telefone¨® desde And¨²jar (Ja¨¦n), donde disfruta de unas vacaciones; fiscal general, del Reino, Jos¨¦ Manuel Fanjul; Landelino Lavilla, presidente del Congreso y ex ministro de Justicia, y otras autoridades. ??igo Cavero, ministro de Justicia, se traslad¨® sobre las ocho de la tarde a Madrid, desde Palma de Mallorca, para entrevistarse personalmente con el director general en la sede del departamento.
El se?or Garc¨ªa Vald¨¦s, que, a ra¨ªz del cese del se?or Lavilla y el nombramiento del se?or Cavero como ministro de Justicia, estudiaba la posibilidad de abandonar la Direcci¨®n General, se neg¨® a plantear su dimisi¨®n como consecuencia del atentado. ?Ahora lo pensar¨¦ todav¨ªa m¨¢s, porque nadie me va a inducir a dimitir con estos m¨¦todos. Cuando acept¨¦ la Direcci¨®n General ya sab¨ªa los riesgos; mi antecesor, Jes¨²s Haddad, acababa de ser asesinado, precisamente el Mi¨¦rcoles Santo del a?o pasado.?
Los autores del atentado, seg¨²n informaron distintos testigos presenciales a EL PA?S, se hallaban apostados en el tramo de la calle de San Bernardo comprendido entre las calles del Divino Pastor y de Manuela Malasa?a.
Cuando los cuatro autom¨®viles, en los que viajaban eI se?or Garc¨ªa Vald¨¦s, el se?or Ortega D¨ªaz-Ambrona y sus respectivas escoltas, se encontraban en espera de que se abriera el sem¨¢foro, dos de los agresores, que se encontraban en la mlsma esquina, efectuaron dos o tres disparos de pistola, a una distancia de unos quince metros, contra la luna delantera del primero de los veh¨ªculos, en el que, seg¨²n parece, viajaban dos polic¨ªas, que repelieron la agresi¨®n.
Uno de los polic¨ªas, a quien, seg¨²n los testigos, se le cay¨® la pistola al salir del autom¨®vil, logr¨® tomarla de nuevo y cruzar la calle. ?Entr¨® y dijo que nos tir¨¢ramos al suelo, y as¨ª lo hicimos, tanto empleados como clientes?, manifest¨® un ernpleado del bar El 87, situado enfrente; posteriormente entr¨® en eI portal de al lado, pero, al parecer, no tuvo que hacer uso de su arma, ya que los agresores, entre tanto, hab¨ªan huido por la calle de Malasa?a hacia la de Montele¨®n, posiblemente en direcci¨®n a la plaza del Dos de Mayo.
El otro polic¨ªa de escolta, seg¨²n parece, repeli¨® la agresi¨®n desde dentro del veh¨ªculo.
Sobre la presencia de otro joven y una chica que, seg¨²n dicen, era portadora de una pistola y una metralleta, respectivamente, los testigos informaron que antes de que comenzaran los disparos hab¨ªan salido corriendo por la calle de Malasa?a. El quinto miembro del comando podr¨ªa haberse situado cerca de la esquina con la calle del Divino Pastor, con el fin de avisar a sus compa?eros. La versi¨®n de varios vecinos, que vieron correr por esta calle a un joven bien vestido, con impermeable azul y con una metralleta debajo del mismo, podria confirmar esta hip¨®tesis. ?Me asom¨¦ para ver lo que hab¨ªa pasado y vi c¨®mo dos hombres y un ni?o se pegaban contra un escaparate de la esquina y echaban a correr; a los pocos segundos vino hacia m¨ª un joven de estatura media, moreno, de pelo no muy largo, y estuve a punto de preguntarle qu¨¦ pasaba. Pero ¨¦l cruz¨® de acera y el viento le levant¨® un poco el impermeable, por lo que pude ver debajo una de esas armas, como las que tienen los polic¨ªas?, manifest¨® la due?a de un establecimiento de la citada calle.
Seg¨²n inform¨® la Jefatura Superior de Polic¨ªa, en el lugar del atentado frustrado, en el que no hubo que lamentar ning¨²n herido, ?fueron encontrados varios casquillos de calibre nueve mil¨ªmetros corto y Parabellum. La Brigada Regional de Informaci¨®n se ha hecho cargo de las investigaciones?.
Aunque hasta el momento el hecho no ha sido reivindicado, la polic¨ªa no descarta la posibilidad de que se trate de miembros de los GPAPO.
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