Cuixart: "Pinto para conocerme"
El pintor catal¨¢n expone en Madrid
La pintura, dice Cuixart, es una forma de vida. Una responsabilidad llena de tensiones, que obliga a cierto recogimiento. ?Yo no pinto s¨®lo para vivir -dice-, sino para conocerme. La obra me conoce a m¨ª m¨¢s que yo mismo: siento que yo y el mundo somos materia opinable, opini¨®n subjetiva, y en cam bio en ella est¨¢ el post mortem que ignorar¨¦.? ?Mi vanidad -dice- es que tengo la posiibilidad de morir me: como todos. Mi humildad es que todav¨ªa puedo decir lo que acabo de decir.? Cuixart, cofunda dor de Dau al Set, puntal, junto con T¨¢pies de la Escuela de Barcelona; expone durante todo el mes de abril en la galer¨ªa Rayuela, de Madrid.A la entrevista trae papel y l¨¢piz, esa necesidad de expresi¨®n manifiesta en su pintura, oscura y finalmente barroca. Algo hace que, sin embargo, ¨¦sta se convierta en dos horas de conversaci¨®n s¨®lo al final relacionada con la pintura de Cuixart y en cambio muy directamente con su persona, con su sentido de fugacidad y escepticismo, que llega, naturalmente, a su propio mundo.
?Escribir, obviamente sin pretensiones, ha sido para m¨ª siempre una salida de urgencia. Echo mano de ella porque, en mi caso, al escribir no me interesa el oficio. Pero curiosamente escribiendo concreto ideas urgentes o fugaces que luego desarrollo en mis cuadros.? El pintor catal¨¢n, que iba a ser m¨¦dico (y cu¨¢l ser¨¢ la curiosa relaci¨®n entre la medicina y el arte) y que empez¨® escribiendo, describe las cosas con una visi¨®n fundamentalmente pl¨¢stica: los hechos, la pol¨ªtica o el mundo art¨ªstico, son cuadros en sus palabras. ?Es deformaci¨®n profesional. Pero la relaci¨®n entre la escritura y la pintura es ambigua y fuerte. Hay, por ejemplo, escritores que pintan con, las palabras. Un ejemplo cl¨¢sico es Valle Incl¨¢n, que m¨¢s de una vez ha escrito un paisaje cubista, que podr¨ªa ser un Picasso o un Juan Gris. Lorca o Alberti, por ejemplo, coinciden con la esencia de la pintura.? Y luego, la reducci¨®n contraria, de la pintura ala palabra: ? Luego est¨¢ la cr¨ªtica y la filosof¨ªa del arte, dos invenciones de nuestro tiempo, que se automotivan. Una es fuente de creaci¨®n de otra. A todos los pintores nos ha ocurrido alguna vez ver en los cr¨ªticos dimensiones impensables, o al menos impensadas, de nuestros cuadros... Leonardo da Vinci, aconsejaba a sus disc¨ªpulos que antes de pintar meditaran sobre las manchas de la pared, sobre las marcas de la humedad. Porque la pintura -dec¨ªa- es una cosa mental. Y ah¨ª, en ese car¨¢cter mental. se da lo que ahora llaman la integraci¨®n de las artes.? ?La pintura -sigue Cuixart- es tan mental como el sexo, como el amor.? Y luego insiste y aclara: ?Llamo mental no s¨®lo a lo estrictamente racional, sino tambi¨¦n a lo emotivo, a la seducci¨®n, el atractivo, la intencionalidad, el enga?o. Lo mental es el resultado de dos ¨®rganos en perfecta relaci¨®n, y urio de ellos es expresivo, y el otro, callado: el cerebro y el h¨ªgado.? ?Es que nosotros nos apartamos muchas veces del concepto animal de nosotros mismos, de nuestra sujecci¨®n al cuerpo. En cambio, en el lenguaje popular se usan para los hombres las palabras que nombran a los animales, y algo habr¨¢ de profundo en lo popular.? Por eso Cuixart es defensor y practicante de la hidroterapia, que el relaciona con su afici¨®n a la buena mesa, al buen vino y a esa serie de humedades m¨ªticas que inundan sus cuadros, desde los colores casi biol¨®gicos al origen final del mar. ?Yo creo que la sexualidad es fundamental en mis cuadros y en la vida. Y yo creo que el tema de la feminidad es el desborde. Nunca he encontrado una mujer que no sea atractiva por algo... Y si mis cuadros han sido le¨ªdos a veces como f¨¢licos, lo cierto es que siempre esta actividad se dirige pl¨¢sticamente a lo femenino. La mujer tiene algo que la relaciona con el mar: Venus naci¨® m¨ªsticamente del mar, y esa concha de la que surge es la misma que llamamos a las Mar¨ªas. Hay algo en lo femenino de salino y de h¨²medo, que llena la mar de una simbolog¨ªa incre¨ªble.?
Curiosamente, Barcelona no hace sentir que es una ciudad mar¨ªtima. M¨¢s bien al contrario. ?Creo -dice Cuixart- que la burgues¨ªa catalana mont¨® su comercio como comercio y estableci¨® una frontera con el mar. Se separ¨® de ella, mont¨® el muro y le dio la espalda. Yo mismo lo he descub¨ªerto tarde.? De s¨ª mismo dice Cuixart que ?soy real¨ªsta, seguramente por mi ser de catal¨¢n o de fenicio. Me refugio en Palafrugell y en sus gentes, que son abiertas, pero ¨¢cidas, ir¨®nicas, mordaces. Y como pintor, me ocupo much¨ªsimo del oficio. Yo soy artesano y grabador, y en pintura como en cocina, es muy importante la mano, el mester, el oficio. Creo que coincido con nuevas corrientes del entendimiento de la pintura, a las que interesa mucho la cocina de la pintura v a las que deja de interesar ya el arte gestual y pobre, que tuvo su funci¨®n, y muy importante.? ?Estoy convencido -termina Culxart- de que ha habido, hay y habr¨¢ pintores muy superiores a m¨ª, pero como yo, no.?
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