El "rock" expresionista de Siouxsie and the Banshees
Ma?ana, y en el teatro Barcel¨®, va a actuar una de las m¨¢s interesantes bandas del nuevo rock, esto es: Siouxsie and the Banshees. lba a hacerlo en el Monumental, pero la empresa teme posibles altercados. Viene a Madrid, por una vez, algo estimulante, un grupo que no es m¨ªtico, ante el cual la gente puede sentirse libre para el aburrimiento, la juerga o cualquier otro tipo de sensaci¨®n m¨¢s o menos espont¨¢nea.
Siouxsie y sus cong¨¦neres son un grupo formado, no muy oficialmente, en septiembre de 1976, involucrado en la corriente punkie, que capitalizaron de forma casi exclusiva la m¨²sica y maneras de los Sex Pistols. De hecho, su primera actuaci¨®n sonada contaba con Sid Vicious a la bater¨ªa y Marco Pironi a la guitarra, junto al germen del grupo: la inquietante, y al tiempo fr¨¢gil, Siouxsie, cantando, y Steve Severin al bajo. Aquella primera actuaci¨®n es una leyenda, pues casi ninguno de ellos era m¨²sico, a pesar de lo cual se marcaron una versi¨®n de veinte minutos del Padre nuestro en plan, claro est¨¢, absolutamente ca¨®tico.Lo cierto es que al tiempo que aquella actuaci¨®n result¨® muy noticiable, les estuvo fastidiando durante bastante tiempo, cuando ya hab¨ªan cogido a John McKay a la guitarra y Kenny Morris a la bater¨ªa. Siouxsie and the Banshees comenzaron, a partir de entonces, a realizar una m¨²sica con sentido, pero su fama de desmadrados, ineptos y medio fascistas no desapareci¨®, sino mucho despu¨¦s.
Curiosamente, sus actuaciones eran verdaderos hitos: se presentaron varias veces en la televisi¨®n brit¨¢nica y segu¨ªa creciendo su prestigio. Nada de lo cual serv¨ªa para ponerles un contrato discogr¨¢fico al alcance de la mano. Muchos, much¨ªsimos grupos inferiores ficharon tanto por sellos independientes como por multinacionales, pero s¨®lo en junio de 1978 Polydor pens¨® que val¨ªa la pena intentarlo. El grupo quer¨ªa una multinacional porque desean disponer de los medios necesarios para llegar hasta el tope de sus posibilidades.
Tanto su primer ?single?, Hong Kong Garden, como su ?elep¨¦? The Scream (El grito) han a?adido enteros a su cotizaci¨®n. Veremos ahora qu¨¦ ocurre.
La m¨²sica de esta gente es sin duda rock, pero tambi¨¦n, sin duda, un rock muy especial. Las relaciones con el expresionismo morboso de un Fritz Lang o un Edward Munch devienen inmediatas, tanto por el ambiente como por el nombre del disco. Y, sin embargo, el disco, su portada, intenta reflejar una pesadilla: la agon¨ªa que produce bucear en una piscina llena de gente sin saber si encontrar¨¢s sitio para emerger y respirar (referencia a El nadador, de John Cheever, llevado posteriormente al cine).
Otra referencia que puede encontrarse son las producciones siniestras y sombr¨ªas que Bowie, Eno e Iggy Pop realizaron estos ¨²ltimos a?os en Alemania: muros de sonido, metal sobre metal, cada instrumento va por su lado y sus papeles no son los cl¨¢sicos. Pero sobre las alucinaciones de la guitarra, de las s¨ªncopas airadas de la voz de Siouxsie, siempre hay alg¨²n ritmo machac¨®n en el que uno puede engancharse, recibir y darle marcha al cuerpo. Es una l¨¢stima que las letras no se entiendan, porque, finalmente, y como ellos mismos dicen: ?La imagen no es im¨¢genes, no es lo que parece.?
Lo mejor que tienen Siouxsie and the Banshees es que no resultan obviamente ?enrollados?. Sus canciones son ¨¦xitos de venta y se presentan como inteligibles a numerosos niveles, desde el m¨¢s literario hasta el simb¨®lico. Claro que esto ocurre siempre, pero lo interesante de un personal como lav Dury Devo, Elvis Costello, XTC, Lene o Lovich es que todo parece intencionado, pero m¨¢s claro y vital que mil discusiones o pensamientos subterr¨¢neos.
Babelia
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