Maldici¨®n, estamos rodeados
Rin, rin, me llama Mendoza, maldici¨®n, estamos rodeados, no empieces, t¨ªo, que s¨ª, la Trilateral, aaagggh, lee mi libro, ya lo he le¨ªdo, muy bueno lo tuyo, te sigo/ te sigo, la Tri, bouommm!, la burbuja de Harr¨ªsburg, gluagh, gluagh, gluagh, don Juan de la Cierva que huye en autogiro (tratratratr¨¢) con toda la pasta, y Alvarez/Alvarez que nos avisa con buenas palabras a ver si Tierno va a hacer un Kremlin de la Casa de la Villa.He ido en taxi (cierre la puerta despacio, gracias, se ruega no fumar, pap¨¢ no corras) hasta la Plaza de La Villa. Todav¨ªa no han puesto los cebollones bizantinos tipo Moscowa (que es como dec¨ªan Mosc¨² en las novelas de Paul Morand), pero parece que Tierno se los ha encargado ya, de cart¨®n, a un fallero valenci¨¢.
Catacrock, splasssh, zouoummm. Los rojos en la Diputaci¨®n, los rojos en el Ayuntamiento, los rojos en la c¨¢rcel (que los Lerdos se van por su pie), Felipe vendido a la Tri, Carrillo vendido a la Tri, Abril vendido a la Tri.
?Y Su¨¢rez? -salta el parado.
Toc, toc/toc, toc/toc, toc. Un golpeteo tranquilo de raquetas es lo ¨²nico que se escucha en la Moncloa. Bajo las onomatopeyas plurales y encontradas del gran comic nuclear, el pespunteado sordo y elegante de la pelota, yendo y viniendo en la cancha de la Moncloa. El presidente juega al tenis (toc, toc/toc, toc) con Olof el bueno.
Olof el bueno se trajo a Madrid una raqueta, as¨ª c¨®mo Olof el malo se tra¨ªa una hucha. A Ihuchazos no hubieran pod¨ªdojugar al tenis. ?Es al latido de la pelota en las raquetas o es el pensamiento que late en las sienes de Su¨¢rez?
Toc, toc. Toc, toc. ?Qu¨¦ piensa el presidente de lo que est¨¢ pasando? ?Por qu¨¦ no le manda, ya a Altabella, que es una mano inocente, sacar del bombo electr¨®nico la loter¨ªa de los cargos? Al fondo de una perspectiva de M¨¢ximo/Chirico se oye la voz viril y orfe¨®nica de los camisas viejas del ucedismo:
-?Adolfo, que estarnos descolgados!
Salvador P¨¢niker (qu¨¦ gran ensayista si hubiera buenos lectores) publica La dificultad de ser espa?ol:
-Aqu¨ª la gente tiene que aprender a aprender -dice.
Pero los futuros futuribles, o sea subsecretarios, quieren aprender ya cobrando. Se llevan la Feria del Libro a la,Casa de Campo para que la cultura no se: contamine con la burbuja de Harrisburg. ?Y la burbuja de Lem¨®niz? Gluagh, gluagh, gluagh. Don Juan de la Cierva, familia de inventores, ha cerrado la tienda antes de que le haga burbujas una chimenea.
Estos La Cierva siempre inventando cosas en la Historia de Espa?a. El primero se invent¨® el autogiro (raaaa¨¢, raaaa¨¢, raaaa¨¢). El segundo se invent¨® a Franco. Porque Franco es un invento de don Ricardo. Como figura hist¨®rica merefiero. Para do?a Emilia Pardo Baz¨¢n, que paseaba en burra con mi abuela, Franco no era m¨¢s que un tenientillo que le hab¨ªa quitado el Pazo de Meir¨¢s para, desde all¨ª, dirigir una guerra.
Don Ricardo convierte a Franca en un fasc¨ªculo, y Vizca¨ªno-Casas lo convierte en un best-seller. Don Juan de la Cierva acaba de inventar el convenio colectivo que queda solventado mediante huida en el autogiro del abuelo. Todas las industrias nacionales tienen burbuja de inflaci¨®n, menos las de la Tri. Parece que en Salamanca ha puesto la Tri una f¨¢brica de rodamientos de bolas con gerentes japonesitos. El gran Unamuno en bronce de Pablo Serrano se lo grita todas las ma?anas:
-?Que inventen ellos!
Inventan ellos, pero en Espa?a. Lo que no podemos hacer es quitarle al currante nada de lo que le dio Franco. Que vengan las diligencias de la Tri y nos rodeen el poblado. Luego les haremos huelgas salvajes, danzas de la tribu -bua, bua, Manit¨², Manitowa- y aros; de fuego. El sindicalismo espa?ol, gracias a Pablo Iglesias (me piden un poema para un libro conmemorativo), es todav¨ªa rupestre y no pasta fiel a la honda de los honderos entusiastas de los partidos. Rin, rin, que Carmen D¨ªez de Rivera no pide ni acepta cargos. Qu¨¦ alivio, t¨ªa, qu¨¦ peso, O sea, me has quitado. Te debes unas invitaciones, rubia. Todos vendidos a la Tri. La izquierda y la derecha. Ahora se trata, pues, de hacer la guerra desde dentro de la tr¨ª. La Cierva se ha ?do en avioneta y Lerdo en Sempr¨²n. Maldici¨®n, estarnos rodeados de multilaterales. Aaaaagggh! ?Y la Moncloa? Toc, toc/toc, toc.
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