Arnold Wesker:"No ¨¦ramos tan j¨®venes ni tan airados"

Sopa de pollo con cebada, del dramaturgo brit¨¢nico Arnold Wesker, fue representada anoche en el teatro Bellas Artes, del Centro Dram¨¢tico Nacional, con asistencia del autor. Ma?ana, mi¨¦rcoles, tendr¨¢ efecto el estreno oficial de la obra, que, a finales de la d¨¦cada de los cincuenta, cuando fue estrenada en Londres, supuso un hito importante en la generaci¨®n teatral brit¨¢nica, que se dio en llamar ?movimiento de los j¨®venes airados?. El propio Arnold Wesker declar¨® ayer en una conferencia de prensa que la definici¨®n respond¨ªa m¨¢s al inter¨¦s period¨ªstico por poner etiquetas que a la propia significaci¨®n del mencionado movimiento, del que John Osborne y ¨¦l mismo han resultado ser las figuras principales.

La obra Sopa de pollo con cebada ha sido representada ya, con ¨¦xito, en Barcelona, seg¨²n una adaptaci¨®n de Ram¨®n Gil Novales. La direcci¨®n es de Josep Mar¨ªa Segarra y Josep Montanyes, y la escenograf¨ªa es de Jos¨¦ Mar¨ªa Espada. Uno de los aspectos del esfuerzo que el Centro Dram¨¢tico Nacional ha hecho para poner en escena esta obra lo ofrecen las reproducciones de los dibujos del pintor ingl¨¦s John Allin, que cubren, como telones, el escenario y representan situaciones del este londinense, donde se desarroll¨® la mayor parte de la vida de la familia proletaria de Arnold Wesker. Ante el estreno en Espa?a de Sopa de pollo con cebada, Arnold Wesker destac¨® ayer la significaci¨®n que para este pa¨ªs puede tener esta producci¨®n teatral, que arranca con referencias espec¨ªficas a nuestra guerra civil. ?Los temas que surgen en Sopa de pollo... pueden ser relevantes aqu¨ª y en cualquier parte del mundo, porque se refieren a la posibilidad de sobrevivir a la desilusi¨®n pol¨ªtica. Por otro lado, ha resultado interesante que se estrenara aqu¨ª, porque mucha gente ignora el gran apoyo internacional con el que se sigui¨® la guerra civil espa?ola.?Arnold Wesker se refiri¨® a su pertenencia a la generaci¨®n ?que periodistas en Inglaterra denominaron "de los j¨®venes airados". Nosotros no somos un grupo. La descripci¨®n ha tenido mucho ¨¦xito, pero, como gran parte de las cosas que hacen los periodistas, tiende a desorientar a la gente. Los informadores ten¨ªan que hallar un nuevo nombre que darle a aquel grupo de escritores, y este fue el que consiguieron. Yo dir¨ªa que nunca existi¨® en m¨ª la ira, sino una buena porci¨®n de energ¨ªa, de energ¨ªa fresca. ?La tengo todav¨ªa? Debo responder que tengo la energ¨ªa, pero soy demasiado viejo para conservar la frescura?. Arnold Wesker, autor, entre otras obras conocidas en Espa?a, de La cocina, Ra¨ªces, Cuatro estaciones y Patatas fritas a voluntad, naci¨® en Londres en 1932.

Su prop¨®sito al hacer una serie de obras que pod¨ªan confundirse con el realismo social, era el de escribir ?acerca de nuestra experiencia. Ustedes deben perdonarme, pero toda esta terminolog¨ªa acerca de la vanguardia y del realismo social no tienen sentido para m¨ª. No existen nuevas maneras en el teatro, sino que hay, o no, nuevos artistas. Yo no puedo decir que sea un genio. Cuando los genios aparecen en el horizonte, en el campo del teatro, no var¨ªan los aspectos fundamentales de este arte, que son el espacio, los actores, el escenario. En ese sentido, no conozco de cambio alguno que haya tenido efecto dentro del mundo teatral?.

Arnold Wesker cree que la crisis del teatro es un problema que surge en todas las generaciones. ?Cuando surgi¨® mi generaci¨®n, en 1957, la gente hablaba acerca de la muerte del teatro, pero en seguida surgieron obras como Mirando hacia atr¨¢s con ira, de John Osborne, y esta misma, Sopa de pollo con cebada, que se basaban en f¨®rmulas pasadas de moda del teatro, y que, sin embargo, fueron un impacto porque representaron una vuelta a la cuesti¨®n que est¨¢ en el principio de todo arte: la voz individual del autor. Si se presume que el teatro est¨¢ muerto en cualquier lugar del mundo es, me parece a m¨ª, porque no hay escritores.?

Arnold Wesker cree que la crisis de autores obedece a la tiran¨ªa que ejercen los directores de escena. ?Mi esperanza es que los escritores se conviertan progresivamente en directores, para llevar a la escena sus propias obras, entenderlas mejor y dirigirlas seg¨²n sus criterios. No estoy abogando por la desaparici¨®n de los directores, que seguir¨ªan existiendo para montar las obras cl¨¢sicas o las de aquellos que no sean capaces de llevar a las tablas sus propias producciones. ?

En cuanto al montaje de Sopa de pollo con cebada, Adolfo Marsillach, director del Centro Dram¨¢tico Nacional, destac¨® que su estreno en Madrid, despu¨¦s de haber sido representada en Barcelona por la misma compa?¨ªa, supon¨ªa un intento serio de contr¨ªbuir a la descentralizaci¨®n del teatro espa?ol. Para el Centro Dram¨¢tico, por otra parte, el estreno de esta obra, dijo Marsillach, es ?una gran satisfacci¨®n?.