Sarcasmo hist¨®rico

Es verdaderamente vergonzoso y propio del m¨¢s descarado cinisrno que en un pa¨ªs que se llama democr¨¢tico, en que se ha institucionalizado un Estado de derecho, como lo es el nuestro actualmente, se celebre un funeral en memoria del verdugo alem¨¢n, el m¨¢s s¨¢dico asesino de la Historia, y el peor enemigo que la Humanidad, la libertad y la cultura hayan tenido nunca: Adolfo Hitler.?C¨®mo es posible que parte del clero espa?ol -posconciliar- pueda brindarse a secundar tal tipo de actos? ?Qu¨¦ tipo de intereses le mueven a ello? ?Acaso pretenden -ignorar o pasar por alto el odio declarado de HitIer a la Iglesia cat¨®lica en particular y a los pa¨ªses no germ¨¢nicos en general, entre los que se encuentra Espa?a? ?Qu¨¦ nueva escalada de terror fascista se augura con tal celebraci¨®n, con la aquiescencia o, en el mejor de los, casos, indiferencia del Gobierno Civil, tan activo, por otra parte, en, reprimir otros aspectos de la vida ciudadana y de las p¨²blicas libertades?

Yo quiero aqu¨ª y ahora, como espa?ol y como dem¨®crata, denunciar p¨²blicamente tan burda farsa, haciendo patente mi protesta. El loco sanguinario que en Europa causara hace s¨®lo seis lustros millones de v¨ªctimas inocentes en aras de una ?pseudorraza superior? no merece que se celebren en tierra espa?ola semejantes actos p¨²blicos. Yo s¨®lo pido desde estas l¨ªneas un poco de ¨¦tica y de cordura. ?Se permitir¨ªan hoy en Francia o Dinamarca, en Polonia o Inglaterra, tal tipo de ?funerales? con la sangre de esos millones de v¨ªctimas a¨²n fresca, al menos en la memoria colectiva? ?Por qu¨¦ entonces se autorizan en nuestro pa¨ªs?