Tensi¨®n en San Salvador tras la matanza de la catedral

Nadie en El Salvador se atreve a calibrar los posibles efectos de la matanza ocasionada el martes, en las mismas puertas de la catedral de San Salvador, por efectivos de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito. La muerte de diecinueve personas y las heridas sufridas por otras cuarenta en el indiscriminado ametrallamiento de un grupo numeroso de manifestantes antigubernamentales, ha producido en todo el pa¨ªs un estado de tensi¨®n de consecuencias dif¨ªcilmente calculables.

En un intento por explicar de alguna forma el incidente, el Gobierno del general Carlos Humberto Romero se?al¨® que los ocupantes de un cami¨®n de soldados que pasaba frente a la catedral hab¨ªan sido tiroteados desde el interior de ¨¦sta y que las tropas ?tuvieron que responder a la agresi¨®n?. Esta versi¨®n contrasta con la de testigos presenciales, que aseguran que no existi¨® ninguna provocaci¨®n por parte de los aproximadamente doscientos encerrados en el templo, en su mayor¨ªa militantes y simpatizantes del Bloque Popular Revolucionario (BPR). Estas personas piden la liberaci¨®n de cinco compa?eros encarcelados por el Gobierno y su acci¨®n sirve, al mismo tiempo, de apoyo a la ocupaci¨®n de las embajadas de Costa Rica y Francia en la capital salvadore?a.Concedido asilo pol¨ªtico

En la madrugada de ayer, las autoridades salvadore?as decidieron abrir el cerco militar de la embajada costarricense y los secuestradores, acompa?ados de sus rehenes, emprendieron la marcha hacia el aeropuerto de la capital desde donde se trasladaron a Costa Rica, que les hab¨ªa concedido asilo pol¨ªtico.

La identidad de los secuestradores del BPR ser¨¢ revelada despu¨¦s de que tengan una entrevista con el presidente de Costa Rica, Rodrigo Carazo. Los secuestradores salvadore?os se negaron a hablar con la prensa poco despu¨¦s de aterrizar en San Jos¨¦ de Costa Rica, siempre escoltados por dos polic¨ªas de seguridad.

Despu¨¦s del desenlace de la embajada de Costa Rica se supone que el comando que ocupa la embajada francesa, que mantiene como rehenes a siete personas incluido el embajador, pudiera obtener el mismo trato de las autoridades salvadore?as, que podr¨ªan autorizar la salida de los miembros del BPR del pa¨ªs con direcci¨®n a¨²n desconocida.

La ?matanza de la catedral? ha animado tambi¨¦n a las organizaciones guerrilleras y a los grupos sindicales de oposici¨®n a convocar manifestaciones y actos de protesta contra el Gobierno. Las Fuerzas Populares de Liberaci¨®n consiguieron la divulgaci¨®n radiada de un comunicado en el que se advert¨ªa de la falta de seguridad para los diplom¨¢ticos extranjeros. Ha llamado la atenci¨®n la toma de postura del Gobierno norteamericano, que, a trav¨¦s del portavoz Hodding Carter, deplor¨® el tiroteo producido en la catedral. El embajador estadounidense en San Salvador, Frank Devine, se entrevist¨® con el general Romero, presumiblemente para hacerle llegar la opini¨®n de su Gobierno. Es la primera vez que las autoridades de Washington adoptan una actitud de condena tan clara en la cada d¨ªa m¨¢s deteriorada situaci¨®n en El Salvador. No hay muchas esperanzas, sin embargo, de que la ola represiva desatada por el Gobierno salvadore?o se vea afectada por estas presiones exteriores.

La ola de disturbios ha provocado la paralizaci¨®n de los transportes urbanos en la capital, en especial de los autobuses, ante el peligro de que prosigan los incendios de estos veh¨ªculos. La polic¨ªa salvadore?a ha intensificado, en las ¨²ltimas horas, los controles de veh¨ªculos y personas, mientras la Asociaci¨®n de Maestros ha convocado una huelga nacional en solidaridad con las v¨ªctimas de la matanza de la catedral de San Salvador.