Fracaso de los candidatos oficiosos para la presidencia del congreso socialista

El XXVIII Congreso Federal del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) se inaugur¨® ayer con una seria derrota de los candidatos oficiosos para la presidencia del Congreso y bajo la tensi¨®n provocada por la actitud de la mayor¨ªa de los delegados, que parec¨ªan dispuestos, desde el primer momento, a hacer bien patente, con aplausos y otros actos informales, su ¨¢nimo critico y su deseo de que el PSOE no renuncie al marxismo en su definici¨®n ideol¨®gica.

El congreso se inici¨® a las once de la ma?ana, casi con una hora de retraso sobre el horario previsto. El primer secretario, Felipe Gonz¨¢lez, disculp¨® la ausencia del presidente del PSOE, Ram¨®n Rubial, v¨ªctima de un ataque al coraz¨®n, y anunci¨® que muy posiblemente ser¨¢ dado de alta antes de que finalice el congreso. Los delegados tributaron una ovaci¨®n en honor del se?or Rubial. Alfonso Guerra, secretario de organizaci¨®n, n¨²mero dos del partido y una de las personalidades m¨¢s pol¨¦micas dentro del PSOE, cogi¨® la batuta moment¨¢neamente para explicar el significado del lema del congreso -?Construir en libertad?- y dirigir la sesi¨®n hasta que se eligiera la mesa.El primer orador fue Enrique Tierno Galv¨¢n, en su condici¨®n de alcalde de Madrid y de presidente honorario del PSOE. La capacidad del se?or Tierno para conectar con los delegados se puso de manifiesto en la gran ovaci¨®n que le concedieron nada m¨¢s levantarse de su asiento. Enrique Tierno, cuyas palabras resumimos en estas mismas p¨¢ginas, habl¨® con su habitual tono de moderaci¨®n y parsimonia, e hizo un llamamiento a la responsabilidad. Cuando parec¨ªa que su discurso -breve- iba a discurrir s¨®lo en ese camino, el alcalde de Madrid se lanz¨® a la pol¨¦mica ideol¨®gica que subyace en este XXVIII Congreso y arranc¨® fuertes ovaciones al afirmar que ?el abandono de cualquiera de los aspectos ideol¨®gicos del PSOE Implicar¨ªa abandonar un espacio que hoy no debe estar en otras manos que en las de los socialistas?. El viejo profesor fue interrumpido en otras dos ocasiones por los aplausos, y se sent¨®, en medio de ellos.

Alfonso Guerra se dispuso a conceder la palabra a otro orador, pero un sector de los delegados -representantes de Madrid, fundamentalmente- se puso en pie, e interrumpi¨¦ndole comenz¨® a cantar, pu?o en alto, la Internacional. Consiguieron arrastrar r¨¢pidamente a sus otros compa?eros y a la propia mesa. Todos los miembros de la ejecutiva, salvo Enrique M¨²gica y Jos¨¦ Prats, alzaron tambi¨¦n el pu?o, y result¨® visible el entusiasmo de Luis G¨®mez Llorente, quien abraz¨® efusivamente al profesor Tierno.

El presidente de la Federaci¨®n Socialista Madrile?a, Jos¨¦ Prats, uno de los militantes hist¨®ricos del PSOE, arranc¨® suaves aplausos cuando aludi¨® al siglo de trabajos, sufrimientos y esperanzas transcurrido desde la fundaci¨®n del partido, y otros m¨¢s fuertes, al mencionar a la Uni¨®n General de Trabajadores (UGT). Una voz an¨®nima grit¨®: ??Viva la UGT!?, grito acogido con un un¨¢nime ??viva!? por los delegados. A lo largo de la sesi¨®n inaugural fue una constante la calurosa acogida por el congreso de cuanta menci¨®n se hizo del s¨ªr¨ªdicato socialista y de Carlos Marx.

Elecci¨®n de la mesa

Se procedi¨® seguidamente a la elecci¨®n de la mesa, integrada por un presidente, un vicepresidente, dos secretarios de actas y dos secretarios de notas. La importancia de la figura del presidente en ¨¦ste, como en cualquier congreso de un partido pol¨ªtico -la direcci¨®n de los debates depende, en ocasiones, del contenido del mismo-, concede especial relieve a la derrota sufrida por el candidato oficioso, Gregorio Peces-Barba, secretario del Grupo parlamentario Socialista del Congreso de los Diputados y uno de los art¨ªfices de la Constituci¨®n. El se?or Peces-Barba, propuesto por la delegaci¨®n de Castell¨®n, perdi¨® la presidencia del XXVIII Congreso del PSOE frente a Jos¨¦ Federico de Carvajal, propuesto por Avila. El se?or De Carvajal, que presidi¨® la Comisi¨®n Constitucional del Senado en la anterior legislatura, se present¨® a las ¨²ltimas elecciones por una de las circunscripciones m¨¢s dif¨ªciles: Avila, la patria chica de Adolfo Su¨¢rez, y no fue elegido.

La elecci¨®n de Jos¨¦ Federico de Carvajal como presidente del congreso socialista se interpret¨®, m¨¢s que como un ¨¦xito personal, como consecuencia del rechazo del se?or Peces-Barba por parte de los delegados. Pese a no tener una figura especialmente relevante dentro del partido, el se?or De Carvajal, abogado, se ha definido siempre como marxist a convencido.

En la elecci¨®n del vicepresidente se produjo una derrota a¨²n m¨¢s espectacular de Gregorio Peces-Barba. Se presentaron Inicialmente tres candidatos: el propio se?or Peces-Barba, Antonio Garc¨ªa Duarte y Joaqu¨ªn Ruiz Mendoza. En una primera votaci¨®n de tanteo -a simple vista y sin recuento de los votos-, Alfonso Guerra estim¨® que hab¨ªa resultado elegido Gregorio Peces-Barba, pero entre los delegados se oyeron gritos, de ?no?, y r¨¢pidamente el secretario de organizaci¨®n -?no hay problema, no hay problema?- organiz¨® una votaci¨®n formal. Antonio Garc¨ªa Duarte -quien probablemente se benefici¨® de algunos de los votos concedidos inicialmente al se?or Ruiz Mendoza- obtuvo 140 votos, mientras que el se?or Veces-Barba se quedaba en 125 y Joaqu¨ªn Ruiz Mendoza no superaba los 43. Nuevamente, el candidato oficioso que se neg¨® a aceptar la propuesta de una delegaci¨®n para que se presentara a la elecci¨®n como secretario de actashab¨ªa resultado derrotado.

La elecci¨®n de secretarios de actas y notas fue m¨¢s r¨¢pida. Felipe Guardiola y Manuel de la Rocha fueron elegidos secretario prI mero y segundo de actas, respectivamente, y Antonio Ojedo y Julio Busquets (diputado, ex militar), secretarios primero y segundo de notas, respectivamente.

Mar¨ªa Izquierdo, secretaria del Congreso de los Diputados, no acept¨® la sugerencia de algunos de sus compa?eros para que se presentara como candidat¨¢ a una de las secretar¨ªas de actas. Tampoco acept¨® Leonor Rojo.

El reci¨¦n elegido presidente del Congreso, Jos¨¦ Federico de Carvajal, concedi¨® la palabra a Felipe Gonz¨¢lez para que presentara su balance de la gesti¨®n de la ejecutiva. El se?or Gonz¨¢lez fue acogido con grandes aplausos, m¨¢s fuertes en el sector de invitados y observadores que en el de delegados. Su discurso figura resumido en estas mismas p¨¢ginas.