Las puertas de la OTAN
HAROLD BROWN, secretario de Defensa de Estados Unidos, ha venido a Espa?a a explicar el alcance de los acuerdos SALT II y el, resultado de los tres d¨ªas, de conferencia de los ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, celebrada mientras en Budapest se reun¨ªan los de Asuntos Exteriores del Pacto de Varsovia. Se atribuye a Brown, sobre todo, el inter¨¦s de presionar sobre Espa?a para que entre en la OTAN, bien por la v¨ªa directa, bien por la de Francia (miembro del Pacto del Atl¨¢ntico, pero no de la organizaci¨®n militar). La misma intenci¨®n traer¨ªa Carter si tocase Madrid -es dudoso- en la escala de su viaje a Viena p¨¢ra entrevistarse con Brejnev. Sin embargo, algunos adelantan otras posibles tesis, quiz¨¢ prematuras: las de que Estados Unidos podr¨ªa preferir una actitud diferente por parte de Espa?a y un refuerzo de los pactos bilaterales.La idea ser¨ªa esta: si en la fase pr¨®xima de las SALT, en las que participar¨¢n ya directamente los dos bloques militares, se llegara a un acuerdo para la limitaci¨®n de armas t¨¢cticas y de misiles de cortio y medio alcance, si la reducci¨®n de tropas convencionales se fijase en el techo previsto de 700.000 hombres por cada parte, podr¨ªa convenir a Estados Unidos que un pa¨ªs quedara al margen; que pudiera tener un ej¨¦rcito propio superior a las cuotas y unas bases conjuntas donde Estados Unidos podr¨ªa almacenar los proyectiles proscritos en otras zonas.
Una cosa as¨ª -de cuya posibilidad es m¨¢s que conveniente dudar- quiz¨¢ podr¨ªa convenir a Estados Unidos, pero no creemos que conviniera a Espa?a. Las consecuencias de un ingreso en la OTAN pueden ser pol¨¦micas, las de la conversi¨®n en el ¨²ltimo pa¨ªs fortaleza de Europa ser¨ªan claramente negativas, aunque se hicieran a cambio de beneficios de otro orden -el econ¨®mico o la ayuda a la estabilidad pol¨ªtica- La idea de que en una negociaci¨®n superior entre la URSS y Estados Unidos pudieran intercambiarse, por ejemplo, Espa?a y Cuba -Espa?a como adelantada de Estados Unidos en una Europa menos armada, Cuba como fortaleza y arsenal de la URSS en Am¨¦rica- puede tener un sentido abstracto en una computadora, pero en Espa?a tiene otro y muy diferente.
Las filosof¨ªas pol¨ªticas y militares de las dos conferencias simult¨¢neas, la de Bruselas y la de Budapest, son opuestas. Desde el bloque comunista se propone una reducci¨®n continua de armas y hombres, que llegar¨ªa en el futuro a una disoluci¨®n pura y simple del Pacto de Varsovia y de la OTAN. La propuesta concreta es la reuni¨®n pr¨®xima de una conferencia en la que participasen todos los pa¨ªses europeos m¨¢s Estados Unidos y Canad¨¢ -una composici¨®n semejante a la Conferencia de Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa- para tratar el conjunto de estos temas. Pero no hay nada que garantice la sinceridad sovi¨¦tica, y expertos de la OTAN insisten en la denuncia de que la URSS no deja de aumentar su armamento en todos los sectores -?nuclear, qu¨ªmico, convencional, terrestre, mar¨ªtimo, a¨¦reo o espacial?- y en la necesidad de responder con un aumento en los presupuestos militares europeos.
En cuanto a la respuesta a la proposici¨®n de una conferencia general, parece que se le va a dar en el Consejo General del Pacto Atl¨¢ntico de fin de mes, en La Haya. El inter¨¦s de Espa?a -Independiente de la postura que se adopte, del escepticismo que se pueda tener- reside en que esa conferencia se celebre, y poder asistir a ella, junto con otros pa¨ªses europeos que se encuentran en circunstancias parecidas: se est¨¢ decidiendo un desarme o un rearme, que les afectan directamente, pero sin que puedan tener voz ni voto.
Y el inter¨¦s de los espa?oles es, como tantas veces se ha dicho desde aqu¨ª, que el Gobierno mantenga abierta la informaci¨®n, y un canal continuo en los dos sentidos: en el de emitir sus op¨ªniones y en el de recibir las de todos los dem¨¢s. La idea de que la delicadeza del tema militar implica el secreto no se sostiene f¨¢cilmente: otros pa¨ªses democr¨¢ticos de Europa mantienen la informaci¨®n y. el debate abiertos sobre estos mismos temas. El an¨¢lisis de algunas de estas cuestiones puede clarificar adem¨¢s el debate sobre la OTAN y Espa?a, hacerlo menos ideol¨®gico y m¨¢s pragm¨¢tico en definitiva.
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