Felipe Gonz¨¢lez, s¨ªmbolo de la renovaci¨®n del PSOE
Felipe Gonz¨¢lez se ha convertido en el s¨ªmbolo de la renovaci¨®n operada en el seno del Partido Socialista Obrero Espa?ol, que ha producido un espectacular crecimiento del partido y un ¨¦xito importante en las elecciones del 15 de junio de 1977, confirmado -aunque no superado- en las del 1 de marzo de 1979.Felipe Gonz¨¢lez, abogado laboralista sevillano, de 38 a?os de edad, ingres¨® en las Juventudes Socialistas en 1962, y dos a?os m¨¢s tarde pas¨® a formar parte del Partido Socialista Obrero Espa?ol. Desde 1965 a 1970 ocup¨® puestos en el comit¨¦ provincial de Sevilla y en el comit¨¦ nacional del partido- antecedente del actual comit¨¦ federal -, y desde el congreso de 1970 forma parte de la ejecutiva del PSOE.
Felipe Gonz¨¢lez y su equipo -esencialmente integrado por Alfonso Guerra, Guillermo Galeote y Luis Y¨¢?ez- ejercieron un papel decisivo en la ca¨ªda de la direcci¨®n del exilio, que ostentaba Rodolfo Llopis, en colaboraci¨®n con representantes de otras federaciones, tales como Pablo Castellano, Francisco Bustelo y Luis G¨®mez Llorente (Madrid) y Nicol¨¢s Redondo y Enrique M¨²gica (Pa¨ªs Vasco).
El entorno de Felipe Gonz¨¢lez ha ido variando un poco en el transcurso del tiempo, y sus relaciones con Pablo Castellano empeoraron notablemente, mientras que la colaboraci¨®n con G¨®mez Llorente se ha mantenido de una forma un tanto precaria. Unicamente Enrique M¨²gica ha conservado en todo momento estrechas relaciones con Felipe Gonz¨¢lez, cuya colaboraci¨®n personal ha quedado por encima del llamado ?pacto del Betis?, que llev¨® a dicho n¨²cleo dirigente al poder en el PSOE durante el congreso de 1974.
Felipe Gonz¨¢lez, considerado radical dentro del PSOE durante la ¨¦poca de su elecci¨®n como secretario general -congreso de Suresnes, 1974- ha ido evolucionando hacia posiciones m¨¢s moderadas, aunque conservando siempre un espacio a su derecha, que en la actualidad pueden representar personas como Enrique M¨²gica. La conmoci¨®n causada por el anuncio de su no presentaci¨®n a la reelecci¨®n como secretario general es una prueba del creciente ¨ªndice de aceptaci¨®n de su persona en la sociedad espa?ola.
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