A la oposici¨®n despu¨¦s de once a?os en el poder
Un liberal de 57 a?os ha regido desde hace m¨¢s de una d¨¦cada los destinos de m¨¢s de veintitr¨¦s millones de canadienses. Canad¨¢ es el segundo pa¨ªs en extensi¨®n del mundo, despu¨¦s de la URSS, y la estructura de su poblaci¨®n explica buena parte de sus problemas pol¨ªticos.M¨¢s del 60 % de esta poblaci¨®n es angl¨®fona, pero hay, un 27 % de franc¨®fonos, concentrados sobre todo en el estado de Qu¨¦bec, un 2,6 % de alemanoparlantes, un 2,5 % de italoparlantes y casi un 8 % que hablan una infinidad de lenguas. Es el precio a pagar por un pa¨ªs que construy¨® su desarrollo econ¨®mico a base de la mano de obra emigrante. Pierre Trudeau dirige la Federaci¨®n canadiense desde el a?o 1968 y es, por tanto, el primer ministro occidental que m¨¢s a?os ha permanecido en el poder. Ahora acaba de perder su cuarto round electoral frente a los conservadores.
Idealista pragm¨¢tico, Trudeau participa de las dos ra¨ªces de la cultura canadiense. Hijo de padre franc¨®fono y madre de ascendencia escocesa, naci¨® en el seno de una, familia acomodada de Montreal en el estado franc¨®fono de Qu¨¦bec. Su biculturalismo personal le ayud¨® a comprender en buena parte el biculturalismo de su pa¨ªs.
Educado en un ambiente elitista, se diplom¨® en Derecho y en Ciencias Pol¨ªticas y Econ¨®micas. Fue abogado franc¨®fono en Qu¨¦bec y angl¨®fono en Ottawa, director de una revista progresista, profesor de universidad y viajero-aventurero por diversos pa¨ªses del mundo.
En 1965 ingres¨® en el Partido Liberal Federal de Lester Pearson y, un a?o m¨¢s tarde, fund¨® el ala quebequesa del mismo. Pronto pas¨® a la capital, Ottawa, a defender sus tesis federalistas y la necesidad de convivencia de las dos comunidades en el seno del gran Canad¨¢. Fue secretario parlamentario y poco m¨¢s tarde ministro de Justicia.
En 1968 sucedi¨® a Lester Pearson en la jefatura del Partido Liberal e impuso una forma din¨¢mica de hacer pol¨ªtica en las elecciones de dicho a?o. Apareciendo jovial y moderno, con un portentoso do minio del medio televisivo, gan¨® las elecciones y fue elegido primer ministro en medio de un clima de euforia.
"Trudeaman¨ªa"
Hizo discurrir la vida pol¨ªtica canadiense por nuevos cauces. Era tal su popularidad en aquella ¨¦poca que los tratadistas empezaron a hablar de la ?trudeauman¨ªa?. Su equipo inici¨® numerosas reformas en casi todos los campos, pero los fines del l¨ªder, orgulloso y seguro de s¨ª mismo, no fueron lo suficientemente comprendidos por el electorado. En las elecciones de 1972 sali¨® elegido con escasa diferencia de votos y tuvo que pactar con los neodem¨®cratas para poder gobernar. Y gobern¨® de firme, intentan do recuperar su antigua imagen En 1974 provoc¨® unas elecciones anticipadas con el fin de consolidarse en el poder. Su campa?a electoral se bas¨® en virulentos ataques contra los conservadores y su l¨ªder, Robert Stanfield, as¨ª como en su dominio de las relaciones p¨²blicas y la imagen de su joven esposa, Margaret. La feliz pareja lleg¨® a simbolizar el Canad¨¢ moderno y unitario que los liberales promet¨ªan. Una vez en el poder, y enfrentados a los graves problemas econ¨®micos, tuvieron que aplicar buena parte del programa econ¨®mico conservador.
El campo econ¨®mico ha sido el terreno donde la pr¨¢ctica ha batido a los liberales, que han sido acusados de excesivamente progresistas o de reaccionarios, desde ambos lados del espectro pol¨ªtico. Los resultados econ¨®micos de la gesti¨®n de Trudeaurio pueden calificarse de buenos. El paro supera el 8 % de la poblaci¨®n activa, la inflaci¨®n Casi alcanza el 10 % y el d¨®lar canadiense se encuentra en la cota m¨¢s baja desde 1933. La dependencia econ¨®mica de EEUU ha llegado a ser muy peligrosa para la soberan¨ªa canadiense. Los norteamericanos controlan el 97% de la industria automovil¨ªstica del pa¨ªs, el 92 % de la aeron¨¢utica, el 93 % de la inform¨¢tica y casi el 80 % de la industria qu¨ªmica.
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