"Te mataremos si nos identificas"
Natalia Figueroa explic¨® a los periodistas, en casa de sus padres, que, despu¨¦s de desconectar todos los tel¨¦fonos, los ladrones preguntaron por la caja fuerte y por un Rembrandt, quedando muy extra?ados de que no hubiera ninguna de las dos cosas. Para inmovilizar a los empleados de la casa, los ataron de pies y manos y los tendieron sobre una cama. Natalia fue sacada de su cama a punta de pistola a la una de la madrugada.La v¨ªctima del secuestro asegur¨® tambi¨¦n que uno de los atracadores la sigui¨® en todo momento en sus desplazamientos por la casa. Cuando Natalia Figueroa prepar¨® una papilla para el ni?o peque?o, el ladr¨®n la dijo que ella no podr¨ªa comprender nunca que hay gente que no come y a la que se le ha negado todo.
Uno de los ladrones pidi¨® a Natalia Figueroa que firmara un cheque por valor de medio mill¨®n de pesetas. Tras contestarles que no pod¨ªa hacerlo, porque el dinero estaba a nombre de Raphael, le dijeron que tendr¨ªa que hacer ir a su padre, el marqu¨¦s de Santofloro.
Conectaron uno de los tel¨¦fonos, y mientras un atracador le apuntaba con una pistola, Natalia llam¨® a su padre y le dijo que el ni?o peque?o se hab¨ªa puesto enfermo y que estaba muy grave, que acudiera urgentemente. Poco despu¨¦s, el marqu¨¦s de Santofloro telefone¨® a su hija para decirle que trasladara al ni?o al hospital de la Cruz Roja y que all¨ª ir¨ªan ellos. Ante esto, decidieron dirigirse al domicilio de la viuda del conde de Romanones, t¨ªa de Natalia Figueroa, a la que robaron joyas, cuadros y otros objetos de valor.
Los padres de Natalia, extra?ados de que su hija no llegara al hospital, telefonearon a su casa, donde una empleada de hogar les dio la versi¨®n real de los hechos.
Seg¨²n un portavoz de la casa paterna de Natalia, los secuestradores ordenaron a la doncella -al parecer finalmente la dejaron sin atar- que no hiciera nada hasta que no le dieran ¨®rdenes en otro sentido, y le dijeron que uno de ellos se quedar¨ªa en la casa para prevenir cualquier intento de dar la alarma.
Por otra parte, en casa de la condesa viuda de Romanones, la inesperada visita de los secuestradores afect¨® en gran manera a la anciana condesa, do?a Blanca de Borb¨®n, quien, enferma del coraz¨®n, sufri¨® un gran susto. ?Usa marcapasos y hubo que avisar al m¨¦dico.?
Natalia Figueroa, a las once y media de la ma?ana, fue trasladada desde la residencia de la viuda del conde de Romanones, en Puerta de Hierro, a la de sus padres, en la calle de Castell¨®n de la Plana, n¨²mero 3. ?Sin comer, se acost¨® a las cuatro de la tarde?, se?alaron fuentes familiares de la casa paterna. Entre tanto, recibi¨® a los periodistas y declar¨® ante la polic¨ªa.
Amenaza de muerte
?Natalia no va a reconocer a nadie de entre las fotograf¨ªas que le pueda mostrar la polic¨ªa. No quiere saber nada de este tema. Los secuestradores la han amenazado de muerte si llega a identificar a alguno, y Natalia no est¨¢ dispuesta a nuevos disgustos?, explicaron en casa de sus padres.
Inspectores de la Polic¨ªa Nacional, se?ala Efe de fuentes policiales, se personaron en el domicilio del matrimonio Martos, a fin de proceder a un recuento de los objetos de valor y de arte sustra¨ªdos. Seg¨²n las mismas fuentes, la polic¨ªa ha interrogado a Natalia, a fin de conocer su versi¨®n de los hechos, y ha sido citada en la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid.
Por lo que respecta al esposo de la secuestrada, el cantante Raphael, actualmente en gira art¨ªstica en M¨¦xico, hasta mediada la tarde de ayer la familia de Natalia no pudo establecer comunicaci¨®n con ¨¦l. Fue el cantante quien, gracias a los avisos que se le hab¨ªan dejado, llam¨® a Madrid, a casa de los padres de Natalia, para interesarse por lo sucedido. En vista de que no se han producido da?os personales, el cantante no interrumpir¨¢ su gira.
En cuanto a los objetos robados, parecen existir algunas dudas. Por una parte, fuentes de la casa paterna de Natalia han se?alado que, tanto en la casa de Natalia como en la de su t¨ªa, la viuda del conde de Romanones, los secuestradores ?expoliaron lo que quisieron?. Sin embargo, en la residencia de Puerta de Hierro se niega que los delincuentes se llevaran nada, ?ni un alfiler?, inform¨® una de las hijas de la viuda.
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