Madrid y Rabat negocian el contenido del viaje del Rey a Marruecos
A pesar de los problemas de dif¨ªcil soluci¨®n que inciden actualmente sobre las relaciones entre Espa?a y Marruecos, el aplazamiento por diez d¨ªas de la visita de los Reyes de Espa?a a Rabat, solicitada por el Gobierno marroqu¨ª, parece deberse principalmente a razones de ¨ªndole t¨¦cnica.
En efecto, el rey Hassan II, quien dirige personalmente los preparativos de sus conversaciones con Juan Carlos, se ha ocupado desde principios del mes de mayo de la Conferencia Isl¨¢mica que tuvo lugar en Fez, de recibir a los presidentes de Nigeria y Mali encargados por la OUA de presentar un proyecto de soluci¨®n al conflicto del Sahara, y de acoger durante cinco d¨ªas al rey Jaled de Arabia Saudita.Pocos d¨ªas antes de la visita del rey Juan Carlos, Marruecos fue sorprendido con la muerte en accidente a¨¦reo del primer ministro mauritano Uld Busseif, con la dosis de incertidumbre que ello representa sobre la evoluci¨®n de Mauritania. El lunes ¨²ltimo recibi¨® al subsecretario norteamericano para la Defensa, Charles W. Duncan, y el martes, al secretario general de la Conferencia Isl¨¢mica, Karim Gay, para precisar los detalles del trabajo del Comit¨¦ para la Liberaci¨®n de Jerusal¨¦n, cuya presidencia le fue encomendada a Hassan II en la pasada cumbre isl¨¢mica.
Todas estas visitas han ocupado personalmente al rey Hassan II, que no ha tenido tiempo material de preparar las conversaciones con Juan Carlos, a las cuales Marruecos hab¨ªa atribuido tanta importancia.
Al margen de estos hechos concretos, en los medios pol¨ªticos y diplom¨¢ticos de la capital del reino alauita se especulaba en los ¨²ltimos d¨ªas con la posibilidad de una postergaci¨®n del viaje de los Monarcas espa?oles. Los actos terroristas ocurridos en Espa?a a fines de la semana ¨²ltima llevaron a los dirigentes marroqu¨ªes a preguntarse si el Rey espa?ol no se ver¨ªa en la necesidad de aplazar su proyectado viaje.
Irritaci¨®n por Su¨¢rez
A todas estas razones de peso se unen los evidentes deseos de Marruecos de que la estancia aqu¨ª de los Reyes de Espa?a se traduzca en resultados positivos y concretos y, en alguna medida, compensatorios a la irritaci¨®n producida por el viaje del jefe del Gobierno espa?ol, Adolfo Su¨¢rez a Argel a fines de abril.
El paso durante unas horas por Madrid el martes de la ?eminencia gris? del rey Hassan II, su consejero Reda Guedira, ha permitido seguramente elaborar una agenda de trabajo m¨¢s cargada con las cuestiones que Marruecos, por un lado, y Espa?a, por otro, desear¨ªan discutir, principalmente el convenio de pesca. Y por parte marroqu¨ª la confirmaci¨®n, en un comunicado conjunto final, de que Espa?a no se ha apartado de su posici¨®n global en la zona.
Los resultados de este primer viaje oficial a tierra marroqu¨ª de Juan Carlos, el viaje en s¨ª mismo, pueden depender ahora de la acogida que las propuestas tra¨ªdas y llevadas por Reda Guedira tengan por parte de los dos reyes y Gobiernos.
Estas razones, por muy ciertas que sean, no permiten minimizar las dificultades que encontrar¨¢ esta visita. Las entrevistas celebradas a fines de abril en Argel por el presidente del Gobierno espa?ol, Adolfo Su¨¢rez, y sus contactos con el Polisario, han sido recibidos entre la clase dirigente marroqu¨ª como el punto culminante de lo que ellos consideran -con raz¨®n o sin ella- un viraje de la pol¨ªtica tradicional espa?ola en el Magreb y, en particular, de las relaciones hispano-marroqu¨ªes.
La oposici¨®n socialista, e incluso el partido participante en el poder, Istiqal, no dudaron en solicitar al rey Hassan II que aplazara sine die la venida de Juan Carlos, como respuesta a la actitud espa?ola.
El movimiento de los independientes, RNI, hasta hace poco en el poder, fue muy cr¨ªtico para las ¨²ltimas actitudes del Gobierno espa?ol con respecto al Sahara que no ha dudado en comparar con los intentos del anterior r¨¦gimen franquista de crear un Estado independiente en el Sahara en los momentos en que en Madrid se quer¨ªa evitar la descolonizaci¨®n del territorio.
Dureza comunista
M¨¢s recientemente, el pasado lunes, el diputado y secretario general del Partido Comunista marroqu¨ª, Ali Yata, solicit¨® en un proyecto de moci¨®n presentado al Parlamento, y apoyado por los socialistas, que el Gobierno someta a debate, con car¨¢cter urgente y prioritario, el convenio de pesca hispano-marroqu¨ª. Al mismo tiempo ped¨ªa a la C¨¢mara que lo rechazase un¨¢nimemente para que ?Espa?a entera, Gobierno, partidos pol¨ªticos y pueblo, sepan, de una vez por todas, que ya seremos tolerantes con ellos, como lo ha sido en el pasado el Marruecos oficial, sin contrapartida ni recompensa?.
Si se produce ahora la discusi¨®n del convenio de pesca en el Parlamento, la moci¨®n comunista que pide su rechazo corre el riesgo de obtener una abrumadora mayor¨ªa. S¨®lo la intervenci¨®n personal del rey Hassan II cerca de los grupos parlamentarios mayoritarios podr¨ªa evitar ese resultado, que coincidir¨ªa exactamente con la estancia del rey Juan Carlos, y ser¨ªa evidentemente una afrenta a su persona.
Sean las razones que fueren, lo cierto es que los marroqu¨ªes, incluso a un nivel alto de direcci¨®n, piensan que Espa?a, al cambiar de actitud como ellos creen que est¨¢ cambiando, puede hacer bascular las posiciones de Marruecos.
Para todos estos estamentos pol¨ªticos, la cuesti¨®n del Sahara est¨¢ definitivamente solucionada. Marruecos endurece desde el pasado mes de marzo su postura en el conflicto y no parece haber duda aqu¨ª de que estar¨ªa dispuesta a llegar a la guerra por el Sahara. En ese prop¨®sito es muy probable que tampoco dude en utilizar, si la necesidad llega, todos los medios de presi¨®n a su alcance -que en contra de -Espa?a no ser¨ªan pocos- si consideran que las actitudes de otros ponen en peligro su seguridad e integridad territorial.
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