El fin de la era del autom¨®vil
?El encarecimiento de los carburantes, la saturaci¨®n del tr¨¢fico en las grandes ciudades, la posibilidad de que se implante una restricci¨®n del uso de veh¨ªculos determinados d¨ªas de la semana, el ya casi inaccesible coste de los turismos y el enorme peso de los impuestos, el seguro y las reparaciones han hecho del autom¨®vil un lujo, cuando parec¨ªa haber pasado a ser un simple instrumento de trabajo. (...)Pronostican los soci¨®logos que a finales de este siglo las distancias superiores a quinientos kil¨®metros se realizar¨¢n en avi¨®n; las comprendidas entre doscientos y quinientos, en tren, y s¨®lo las inferiores a doscientos kil¨®metros se efectuar¨¢n en autom¨®vil. Esta previsi¨®n relega a los veh¨ªculos de turismo a poco m¨¢s que juguetes para el fin de semana en los alrededores de las grandes ciudades. Suponiendo que este pron¨®stico tienda a cumplirse, ?sabr¨¢ la industria automovil¨ªstica reaccionar y transformarse de acuerdo con los condicionantes externos que le vienen impuestos por las transformaciones econ¨®micas y sociales del presente y del porvenir? (...)
Pero los tiempos presentes sit¨²an a estas industrias en una encrucijada. La reducci¨®n del n¨²mero de modelos Y de las cilindradas, la concentraci¨®n de empresas y las transformaciones habidas en la participaci¨®n financiera de las empresas automovil¨ªsticas obligan a un replanteamiento a fondo de la pol¨ªtica sectorial. (...)
1 de junio
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