Teolog¨ªa y universidad
Somos estudiantes de teolog¨ªa de la Universidad Pontificia de Salamanca y queremos dar a conocer un problema que todos los a?os se viene repitiendo. Se trata del cobro de las becas para estudios teol¨®gicos universitarios. Seg¨²n tenemos noticia, nuestras becas se concedieron en noviembre; sus listas se dieron a conocer en marzo; y a estas alturas, cuando quedan tan s¨®lo quince d¨ªas para terminar el curso, no hemos visto un duro. ?D¨®nde ha estado y est¨¢, congelado o explotado, ese dinero, dirigido a costear nuestro trabajo de estudiantes? Nadie parece saberlo. Y si alguien lo sabe, debe de tener mucho inter¨¦s en no darlo a conocer. En la Delegaci¨®n de Salamanca nadie sabe nada; en Madrid se lavan las manos; y, mientras, nosotros revisamos la posibilidad de dar vacaciones a nuestro est¨®mago para que no se aburra tanto.Nosotros queremos ser tratados como estudiantes universitarios, sin discriminaci¨®n de favor o de da?o. Esto es lo que somos a efectos de responsabilidad del Ministerio de Universidades e Investigaci¨®n. Nuestros companeros de otras facultades han cobrado ya dos plazos de sus becas, dato del que nos alegramos, aunque les falta el ¨²ltimo. Adem¨¢s, mientras a ellos se les concede la ayuda de 68.000 pesetas las nuestras -este a?o por primera vez- es de 45.000. (Los anteriores inmediatos cobr¨¢bamos 25.000 pesetas en todo el a?o.)
,Por qu¨¦ esta discriminaci¨®n? Desde hace tiempo se expuls¨® a la teolog¨ªa de la Universidad espa?ola. Su supervivencia lamentable durante el r¨¦gimen anterior se consider¨® t¨®picamente como ?privilegios de la Iglesia?. Y ahora, cuando parec¨ªa que se nos daba la carta normal de ciudadanos, por lo visto el se?or Gonz¨¢lez Seara quiere acabar con nosotros. Quiz¨¢ el se?or ministro -con otros- nos considera peque?os burgueses; o, a lo peor, considera a la teolog¨ªa como un entretenimiento para beatas. Que se asome, por favor, a otras democracias occidentales -tan celebradas ahora- donde a cualquier facultad de teolog¨ªa (cat¨®lica o protestante) se le concede el mismo status administrativo y acad¨¦mico que a las dem¨¢s ramas del saber. De una vez por todas: no queremos privilegios, queremos derechos y deberes.
Quiz¨¢ el retraso de una beca -disminuida hoy y amenazada para ma?ana- no sea m¨¢s que la simple an¨¦cdota de un problema mucho m¨¢s grave: el talante, dudosamente liberal y no dogm¨¢tico de los que, hoy como ayer (no sabemos ma?ana), tienen la administraci¨®n de los bienes p¨²blicos.
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