Treinta y tres a?os de poder ininterrumpido de la Democracia Cristiana
El refer¨¦ndum de 2 de Junio de 1946, que termin¨® con la monarqu¨ªa italiana, inici¨® una nueva etapa en la vida pol¨ªtica de este pa¨ªs. Sin embargo, los resultados (10.718.502 a favor de la monarqu¨ªa y 12.718.641 en contra) mostraban la persistencia de una fuerte corriente tradicional, teniendo en cuenta la vinculaci¨®n de la casa de Saboya con el r¨¦gimen de Mussolini.
El gran beneficiarlo de esta corriente ha sido la Democracia Cristiana, que desde la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica ha ocupado ininterrumpidamente el poder; hasta 1947, con socialistas y comunistas, y, a partir de diciembre de ese a?o, en distintas coaliciones de las que se ver¨¢ excluido el Partido Comunista.La f¨®rmula de ?centro? o ?centro derecha? se impondr¨¢ hasta diciembre de 1963, con la ¨²nica excepci¨®n de un ef¨ªmero Gobierno presidido por Fanfani (julio 1958 -enero 1959) de coalici¨®n con los socialdem¨®cratas. A partir de esa fecha, ser¨¢ sustituida por la soluci¨®n de ?centro izquierda? (democristianos, republicanos, socialdem¨®cratas y socialistas), que ir¨¢ deterior¨¢ndose, como consecuencia de la crisis econ¨®mica y social. El principal perdedor ser¨¢ el Partido Socialista, que estuvo a punto de desaparecer del mapa pol¨ªtico tras una d¨¦cada de alianzas con la Democracia Cristiana.
Desde diciembre de 1971, la inestabilidad pol¨ªtica es uno de los signos distintivos de la vida italiana, algo parad¨®jico en un pa¨ªs regido por un ¨²nico partido, solo o en coalici¨®n, desde 1946. Al mismo tiempo, el continuo avance en n¨²mero de votos del Partido Comunista va polarizando las sucesivas elecciones, en una opci¨®n casi bipartidista. Sin embargo, desde finales de 1973 va abri¨¦ndose paso la posibilidad, propuesta por Enrico Berlinguer, de una gran coalici¨®n que englobe ?las fuerzas cat¨®licas, socialistas y comunistas?.
Las elecciones de junio de 1976 dan como resultado ?el Parlamento m¨¢s dif¨ªcil de la Rep¨²blica?. La Democracia Cristiana sigue siendo el primer partido, pero seguido muy de cerca por el Partido Comunista, que consigue el 34,4% de los votos. La b¨²squeda de una f¨®rmula de Gobierno que traduzca los resultados electorales es especialmente complicada, ya que se trata de conciliar dos objetivos totalmente conflictivos: el deseo de acceder al poder de los comunistas y las presiones nacionales e internacionales para que no lo consigan. En una primera fase, hasta enero de 1978, Andreotti preside un Gobierno ?monocolor? democristiano, que se beneficia de la abstenci¨®n del Partido Comunista en el Parlamento. Este, en contrapartida, fue consultado sobre el programa de Gobierno en junio de 1977.
Contradicciones
Las contradicciones de esta situaci¨®n no tardaron en hacerse notar. La tregua entre los ?enemigos hist¨®ricos?, especialmente patente tras el secuestro Y asesinato de Aldo Moro, estaba abocada al fracaso.
En las filas comunistas crec¨ªa el descontento de los militantes ante una situaci¨®n que hab¨ªa sido presentada como la antec¨¢mara del poder y que, de hecho, les colocaba en una especie de tierra de nadie, que la tesis oficial de ser al tiempo ?un partido de Gobierno y un partido de lucha? no acababa de explicar de forma satisfactoria. El declive comunista en las elecciones regionales de junio de 1978, tras veinte a?os de avances ininterrumpidos y la disminuci¨®n del n¨²mero de militantes en unos veinte mil, en su mayor¨ªa en beneficio de la extrema izquierda, fueron las muestras m¨¢s evidentes de los efectos negativos del nuevo compromiso pol¨ªtico. En estas condiciones, la ¨²nica alternativa posible era la vuelta a la oposici¨®n.
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