El "im¨¢n" de Gaza, asesinado por su apoyo al tratado egipcio-israel¨ª
La autonom¨ªa palestina se ha cobrado ya su primera v¨ªctima: el jeque Jhazindar, im¨¢n de Gaza, asesinado por haber sostenido abiertamente la iniciativa de paz de Sadat y haber exhortado a los palestinos a participar en las negociaciones sobre la autonom¨ªa. ?Esta es la suerte que aguarda a todos los que colaboran con Egipto e Israel?, dice el comunicado de la OLP difundido por la radio palestina de Belrut.En El Cairo, el pasado mes de abril, un responsable del ala moderada de la OLP nos hab¨ªa dicho a prop¨®sito del jeque Jhazindar: ?Es un insensato. Habla demasiado. Se har¨¢ matar. Quiz¨¢ por su propio hijo.?
Nativo de Gaza, de una vieja familia palestina, era muy respetado por su sinceridad y, en virtud de su liderato religioso en la regi¨®n, gozaba de una gran influencia entre la poblaci¨®n musulmana.
Desde 1969 se hab¨ªa pronunciado p¨²blicamente a favor de la paz con Israel, durante un coloquio israel¨ª-palestino en Tel-Aviv. ?Solamente la paz con el Estado jud¨ªo ofrece a los palestinos una suerte real de conseguir la independencia como Estado, federado o no con Jordania?, dec¨ªa entonces el im¨¢n de Gaza, y a?ad¨ªa: ?Hay que dejar de enervarse con las palabras y enfrentarse directamente a los hechos. En lugar de so?ar con una victoria militar imposible que hiciese saltar al Estado de Israel como una pompa de jab¨®n, habr¨ªa que proponer a los israel¨ªes la paz y, como contrapartida, de la retirada de sus tropas de los territorios palestinos de Cisjordanla y Gaza.? Las primeras amenazas de muerte que recibi¨® datan de aquella ¨¦poca.
Cuando el presidente Sadat lleg¨® a Israel, en noviembre de 1977, el im¨¢n de Gaza fue del grupo de notables ¨¢rabes que acudi¨® al aeropuerto Ben Guri¨®n a saludar al dirigente egipcio.
Una vez m¨¢s, las amenazas de muerte dirigidas contra ¨¦l comenzaron a circular por Gaza y al poco una bomba explot¨® frente a su casa, sin causar v¨ªctimas. Entonces pens¨® que resultar¨ªa prudente desplazarse a Egipto, ya que dos de sus hijos estudiaban en la Universidad cairota. Fue aqu¨ª donde encontramos al viejo im¨¢n, poco antes de la visita de Begin a El Cairo. Ante la puerta de su apartamento, un guardia de corps egipcio. ?Una cortes¨ªa del Gobierno de El Cairo?, nos dijo.
?Yo soy un hombre ya viejo?, afirmaba. ?Demasiado viejo para aprender ahora a mentir tras setenta a?os diciendo la verdad. No hay opci¨®n. S¨®lo se muere una vez.? Sus dos hijos, el mayor de veintisiete a?os, estudiante de Ciencias Pol¨ªticas, y el peque?o, de Medicina, de veintr¨¦s a?os, asistieron silenciosos a nuestra entrevista. Visiblemente ellos respetaban y adoraban a su padre, pero no estaban de acuerdo con sus opciones pol¨ªticas. M¨¢s tarde, al regreso, uno de ellos nos dijo: ?Sadat ha vendido los palestinos a Begin. Mi padre no quiere ver esto. Pertenece a la vieja generaci¨®n. No comprende lo que pasa. Nosotros le suplicamos que no hable pol¨ªticamente. Le matar¨¢n... Los israel¨ªes est¨¢n locos si creen que van a conseguir sus prop¨®sitos con personas como mi padre, el alcalde de Gaza o con el mismo Yasser Arafat. Viejos todos, desbordados por la historia. ?
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