Gonz¨¢lez Pacheco, alias "Billy el Ni?o", un polic¨ªa estrella
Se le conoce como Billy el Ni?o. No porque su aspecto personal sea infantil, sino por su comportamiento, especialmente en los interrogatorios, con modos y maneras propios de las pel¨ªcul as del Oeste. Su forma de llevar la pistola, su lenguaje, sus gestos y posturas, cuyo ¨²ltimo fin era provocar el derrumbamiento del detenido durante el interrogatorio, le valieron al polic¨ªa Luis Antonio Gonz¨¢lez Pacheco el apodo de Billy el Ni?o. Se lo pusieron en los medios de la oposici¨®n estudiantil, durante los ¨²ltimos a?os de la represi¨®n franquista.Si estos m¨¦todos no hubieran pasado la raya del efectismo psicol¨®gico, la fama de Luis Antonio Gonz¨¢lez Pacheco no habr¨ªa llegado a tanto. Sin embargo, su nombre ha estado ligado a numerosas denuncias por malos tratos, interpuestas por personas a las que ha detenido o interrogado. De todas estas denuncias, al parecer, s¨®lo ha sido condenado una o dos veces al pago de alguna peque?a multa por sentencia en juicio de faltas y antes de que, en 1974, se dispusiera que los funcionarios de polic¨ªa s¨®lo podr¨ªan ser juzgados por la Audiencia Provincial.
Alg¨²n compa?ero suyo de la Brigada Especial Operativa ha comentado que ?a Gonz¨¢lez Pacheco le endosan todo; es un nombre que suena y ya todo lo hace ¨¦l. En cuanto un detenido sale a la calle, dice que ha sido torturado por Gonz¨¢lez Pacheco. Yo s¨¦ de unos que lo acusaron y s¨¦ tambi¨¦n que Gonz¨¢lez Pacheco ni los lleg¨® a ver?.
Recientemente, poco antes de las elecciones del 1 de marzo, el inspector Gonz¨¢lez Pacheco fue desarmado en plena calle por un polic¨ªa nacional. Al parecer, protagoniz¨® cerca de la calle Alberto Aguilera, de Madrid, un incidente, pistola en mano, frente a una se?ora a la que, presuntamente, hab¨ªa golpeado en la nariz. El inspector fue conducido a una comisar¨ªa y la se?ora a un centro sanitario pr¨®ximo. Se desconoce el posterior curso legal de estos hechos. Pero en esos d¨ªas surgieron los primeros rumores respecto al posible futuro de ?esta clase de polic¨ªas?, como comentar¨ªa un cualificado funcionario. Su comentario fue este: ?Lo mejor para todos es que se jubilen y que se dediquen a jefes de seguridad de alguna empresa privada; no tienen otro futuro. Lo que pasa es que a¨²n perduran porque todav¨ªa siguen siendo ¨²tiles a alguien?.
En cumplimiento de servicio
El inspector Luis Antonio Gonz¨¢lez Pacheco es un joven funcionario, de unos 35 a?os de edad, destinado actualmente en la Brigada Especial Operativa (la brigada antiterrorista), dirigida hasta su reciente jubilaci¨®n por el comisario Roberto Conesa, y con el cual ejerc¨ªa funciones de segundo.Gonz¨¢lez Pacheco procede, como otros miembros de esta brigada, de la desaparecida Brigada de Investigaci¨®n Social, uno de los servicios de la tambi¨¦n desaparecida Comisar¨ªa General de Investigaci¨®n Social (antes, Pol¨ªtico-Social), a la que corresponde buena parte de la responsabilidad en la actuaci¨®n pol¨ªtico-social de la polic¨ªa durante el anterior r¨¦gimen.
?La Brigada Operativa tiene cerca de doscientos hombres. La mayor¨ªa ha pertenecido a servicios de la polic¨ªa pol¨ªtico-social del franquismo. Pero, de todos modos, de las cuestiones principales s¨®lo se enteran Conesa, Pacheco y pocos m¨¢s. El resto hace las pesquisas que les mandan, sin conocer nunca el conjunto de la operaci¨®n?, se?alan fuentes policiales.
Gonz¨¢lez Pacheco, uno de los hombres que m¨¢s saben en la Brigada Operativa, ha recibido varias citaciones judiciales, cursadas por el Juzgado Central de Instrucci¨®n n¨²mero uno, para que se presentara a declarar en relaci¨®n con el su m ario de la matanza de Atocha. La ¨²ltima citaci¨®n es del mes de mayo, esta vez cursada por el Juzgado Central de Instrucci¨®n. n¨²mero tres. En ella se indica que, caso de prever que este funcionario pudiera estar de servicio el d¨ªa 8 de junio (o sea, ma?ana), sus superiores arbitren la f¨®rmula adecuada para eximirlo de ¨¦l y para que pueda prestar declaraci¨®n.
Hasta la fecha, la inhibici¨®n de Gonz¨¢lez Pacheco a declarar en el sumario de Atocha, como la inhibici¨®n del comisario Conesa a declarar en el proceso por los secuestros de los se?ores Oriol y Villaescusa, han estado respaldadas por sus superiores. En ambos casos, la incomparecencia se ha justificado por ?estar de servicio? los citados En el caso del comisario Conesa, su ¨²ltima citaci¨®n coincidi¨® adem¨¢s con un per¨ªodo de internamiento en la Cl¨ªnica Puerta de Hierro. Y en el caso de Gonz¨¢lez Pacheco, con el rumor de que se hab¨ªa marchado a Venezuela, contratado como jefe de seguridad de una empresa privada de este pa¨ªs. El rumor fue desmentido posteriormente por la Direcci¨®n General de Seguridad, que lo localizaba otra vez en ?cumplimiento de servicio?.
Hubo un tiempo en que fue el comisario Yag¨¹e (Brigada de Investigaci¨®n Social), hasta que se muri¨®. Otro en que ha sido el comisario Conesa (Brigada Especial Operativa), hasta que se ha jubilado. Y, siempre, alg¨²n inspector, como Gonz¨¢lez Pacheco. Estos -es decir, unos pocos- han acaparado la atenci¨®n general de la opini¨®n p¨²blica sobre el cerrado y misterioso aparato policial. Ellos, como puntas de icebergs, han polarizado todo lo negro, oscuro y retorcido.
Elevados casi a la categor¨ªa de mitos han atra¨ªdo sobre s¨ª iras populares y medallas oficiales (Mart¨ªn Villa concedi¨®, por orden ministerial de 13 de junio de 1977, la medalla de plata al M¨¦rito Policial a Luis Antonio Gonz¨¢lez Pacheco).
Sin embargo -recuerdan en fuentes policiales-, ?por encima de un inspector, de un comisario, de una brigada y hasta de una comisar¨ªa general existe una esfera de superior poder y responsabilidad, de la que aqu¨¦llos son s¨®lo una pequena muestra. Creer que la polic¨ªa pol¨ªtico-social es o ha sido simplemente una determinada brigada o comisar¨ªa general es una ingenuidad. El engranaje es m¨¢s complejo?. Esta misma fuente a?ade: ?Por supuesto, dentro de los diferentes servicios, las secciones m¨¢s directamente ligadas a la funci¨®n pol¨ªtica de la polic¨ªa, seg¨²n la orientaci¨®n del pasado r¨¦gimen, estaban nutridas en su mayor parte por polic¨ªas que se adaptaban fielmente a esa l¨ªnea, bien por convicci¨®n o bien por buscar una v¨ªa de promoci¨®n profesional m¨¢s r¨¢pida.? Y resume as¨ª: ?La polic¨ªa pol¨ªtica fue o es algo m¨¢s que una comisar¨ªa general, pero tampoco todos los polic¨ªas han sido sociales, ?
Por otra parte, en el ¨¢mbito policial no falta quien afirma: ?Pacheco, como otros muchos, es un polic¨ªa que cumple ¨®rdenes. Yo estoy dispuesto a aceptar la responsabilidad que me corresponde, si alguna vez he cometido violencia en un interrogatorio. Pero si as¨ª ha sido es porque desde arriba te est¨¢n exigiendo, te est¨¢n diciendo que saques lo que hay que sacar. Pacheco es un polic¨ªa m¨¢s entre los muchos que hay. Si ¨¦l ha pegado, alguien le ha permitido pegar. Pero a los jefes nadie se acuerda de responsabilizarlos personalmente. Sobre todo, a los cargos m¨¢s altos, a los pol¨ªticos. Luego, todos los golpes son para los de abajo.?
?Si a una brigada como es la Operativa?, a?aden en este sentido otras fuentes policiales, ?se le permite acusar en una conferencia de prensa a un detenido, del que se dice que es de los GRAPO, como autor de la muerte de un polic¨ªa municipal, y luego, al ponerlo a disposici¨®n judicial, no consta tal cargo en ning¨²n sitio, es porque esa brigada est¨¢ apoyada por esferas superiores, por razones que muchos polic¨ªas no logramos alcanzar. Y, desde luego, rechazamos tales m¨¦todos, que son reminiscencias de otros tiempos y sugieren la existencia de manipulaciones oscuras.? Insisten estas fuentes: ?A¨²n quedan estos coletazos en la polic¨ªa. No se ha cambiado tanto.?
En base a todos estos datos, en el seno de la polic¨ªa existe una corriente de opini¨®n favorable a que Luis Antonio Gonz¨¢lez Pacheco acuda a declarar ma?ana ante la autoridad judicial. Y, m¨¢s que eso, a que aumente la claridad. Sobre esta idea gen¨¦rica parte el editorial de la reci¨¦n aparecida Tribuna Policial, de la asociaci¨®n profesional de estos funcionarios, aunque, evidentemente, siguen las zonas oscuras.
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