La pol¨ªcia impidi¨® a los periodistas fotografiar a "Billy el Ni?o"
Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, conocido por Billy eI Ni?o, miembro destacado de la polic¨ªa pol¨ªtica del franquismo y, posteriormente, ayudante del comisario Conesa en la Brigada Especial de Operaciones, declar¨® ayer como testigo, a instancias de los abogados de la acusaci¨®n particular, ante el juez que instruye el sumario por la matanza de Atocha.
El anuncio de la declaraci¨®n del polic¨ªa Gonz¨¢lez Pacheco hab¨ªa producido expectaci¨®n despu¨¦s de no haber acudido a declarar en dos ocasiones anteriores, alegando razones de servicio, y de la resistencia reiterada de dicho funcionario a presentarse ante la autoridad judicial en diligencias incoadas en a?os anteriores por querellas interpuestas contra ¨¦l por presuntos malos tratos. En esta ocasi¨®n el juez instructor envi¨® la citaci¨®n al testigo con suficiente antelaci¨®n para que, en caso de que previera alg¨²n servicio el d¨ªa de la declaraci¨®n, pudiera ser sustituido de acuerdo con la decisi¨®n de sus superiores.El testigo se present¨® en el juzgado con hora y media de retraso sobre la hora fijada para la declaraci¨®n, que era las 9.30 de la ma?ana. Aparentemente sereno y fresco en el comienzo del interrogatorio, el testigo finaliz¨® su declaraci¨®n, que se prolong¨® durante dos horas y media, sudando abundantemente.
Completamente vestido de azul: traje azul claro de verano, camisa de rayas azules y blancas y corbata azul, el testigo ten¨ªa al t¨¦rmino de la declaraci¨®n abundantes manchas de sudor en su traje. Llevaba gruesas gafas de miope y una melena larga que casi cubr¨ªa sus hombros.
Antes de la hora fijada para la declaraci¨®n, los alrededores del juzgado hab¨ªan sido tomados por numerosos periodistas, sobre todo fot¨®grafos, dispuestos a aprovechar una de las raras ocasiones en que pod¨ªan fotografiar a Gonz¨¢lez Pacheco. Sin embargo, el aparato policial puesto al servicio de Gonz¨¢lez Pacheco frustr¨® los intentos de los fot¨®grafos, utilizando m¨¦todos expeditivos y la astucia.
Poco despu¨¦s de las 9.30 lleg¨® en un Seat-124 un grupo de polic¨ªas, entre los que parec¨ªa que se encontraba, a juicio de los periodistas, Gonz¨¢lez Pacheco, aunque ¨¦sta apreciaci¨®n result¨® ser falsa. Los fot¨®grafos comenzaron a disparar sus m¨¢quinas, si bien los polic¨ªas lo impidieron con frases de amenaza y hasta con la detenci¨®n de algunos de ellos, concretamente de dos redactores, uno gr¨¢fico y otro literario, del diario Informaciones. Los dos fueron llevados a la Direcci¨®n General de Seguridad, se les confisc¨® el carrete de pel¨ªcula y fueron puestos en libertad tras ser fichados.
Posteriormente, a las doce de la ma?ana, un comisario de polic¨ªa oblig¨® a los periodistas que cumpl¨ªan su deber profesional a abandonar la calle, por orden del director de la Seguridad del Estado, Alberto Salazar Simpson. Cuando poco despu¨¦s de la 1.30, Gonz¨¢lez Pacheco sali¨® de declarar, las inmediaciones del juzgado estaban vac¨ªas de periodistas y fot¨®grafos. La Federaci¨®n de Informaci¨®n de UGT hizo p¨²blico m¨¢s tarde un comunicado de protesta por la detenci¨®n de los dos periodistas de Informaciones y, al mismo tiempo, de solidaridad con los profesionales que ?mantuvieron hasta el l¨ªmite de lo posible el derecho a que la informaci¨®n sobre la declaraci¨®n del testigo fuera conocida por la opini¨®n p¨²blica?.
Presuntas relaciones con los ultraderechistas procesados
Mientras se produc¨ªan estos hechos, Gonz¨¢lez Pacheco lograba entrar en el juzgado a las once de la ma?ana, por una puerta lateral del mismo. Los abogados de la acusaci¨®n particular protestaron por lo que calificaron de ? desconsideraci¨®n reiterada? del testigo, que ven¨ªa a confirmar su retraso. El testigo argument¨® que no sab¨ªa la hora exacta de la citaci¨®n (la providencia de citaci¨®n se?alaba las 9.30 de la ma?ana) y que hab¨ªa estado dando vueltas alrededor del juzgado por razones de seguridad.
El interrogatorio, amplio y detallado, se centr¨® sobre las presuntas relaciones del testigo con algunos de los procesados por la matanza de Atocha, tanto antes como despu¨¦s de la detenci¨®n de los mismos en una operaci¨®n policial dirigida por el actual jefe superior de Polic¨ªa de Madrid, Francisco de As¨ªs Pastor. Al parecer, el testigo neg¨® cualquier relaci¨®n y conocimiento con los procesados, a pesar de que se le planteaban en las preguntas datos concretos de lugares y fechas.
Al t¨¦rmino de la declaraci¨®n, algunos abogados de la acusaci¨®n particular dieron algunos datos sobre el desarrollo del interrogatorio. ?Ha aportado datos que confirman nuestras sospechas de que los autores del crimen no eran un grupo aislado?, declar¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano. Por su parte, Jaime Sartorius manifest¨®: ?Ha declarado con un nerviosismo tremendo. Tanto que el traje azul que vest¨ªa estaba sudado hasta la cintura. ?
Beneficiado por la amnist¨ªa
Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, Billy el Ni?o, tiene un amplio dossier de diligencias judiciales por querellas por presuntos malos tratos interpuestas contra ¨¦l en los ¨²ltimos a?os del franquismo. En 1974 fue condenado, junto a otros tres polic¨ªas, por el Juzgado Municipal n¨²mero 19, de Madrid, por una falta de malos tratos y otra de coacciones al estudiante Francisco Lobat¨®n, hechos ocurridos en la facultad de Ciencias Pol¨ªticas de Madrid. Fue condenado a dos peque?as multas. Por otra parte, Gonz¨¢lez Pacheco se benefici¨® de la ley de Amnist¨ªa promulgada por el Parlamento democr¨¢tico en octubre de 1977. Desde 1973 ten¨ªa pendiente una querella por lesiones, que tardaron en curar noventa d¨ªas, y por malos tratos a Enrique Aguilar Ben¨ªtez de Lugo, detenido a ra¨ªz de la muerte de un inspector de polic¨ªa durante una manifestaci¨®n celebrada el 1 de mayo de 1973 en las cercan¨ªas de la plaza madrile?a de Ant¨®n Mart¨ªn. El juez instructor, el entonces titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 7, de Madrid, concluy¨® seis veces el sumario y otras tantas veces fue revocado por la Audiencia Provincial por faltar la declaraci¨®n del querellado. Este compareci¨® ante el juez poco antes de que fuera promulgada la ley de Amnist¨ªa, que tambi¨¦n se extendi¨® a ?los delitos y faltas que pudieran haber cometido las autoridades, funcionarios y agentes del orden p¨²blico con motivo u ocasi¨®n de la investigaci¨®n y persecuci¨®n de los actos Incluidos en esta ley?.
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